T o d o a l r e v é s ♡ | ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ ©

2 9 |¡Alfa En Celo!

—No te mortifiques tanto, Angel–Kun—aconsejó él Beta.     

Morinaga se encontraba con el rostro pegado a la barra revolviendo sus cabellos con ambas manos muy frustrado.

—¡Es que soy un idiota!—lloriqueo—. ¿Cómo pude decirle eso?.

—Solo es lo que sientes, tranquilo, seguro tu querido Senpai corresponderá esa confesión.

—¿Y si no lo hace?—levantó el rostro con lágrimas desbordando por sus ojos—, Senpai es impredecible, tal vez hasta me termine por eso.

—¡No seas negativo!, ¿por qué eres así?—cuestiona pasando su mano por todo el rostro sintiéndose superado por él Joven Alfa.

  

   
 
 
 
 
 
 
 
  
 

Souichi había notado algo, el menor nuevamente optó una actitud extraña durante la semana de clases, pues siempre se le pasaba tras de él y en esos momentos no lo hacía. Solo trabajaba en el laboratorio, sin hablar o hacer un gesto, y si Souichi trataba de entablar una conversación, él chico salía huyendo con excusas tontas e incluso en los almuerzos finjia que tenía cosas que hacer para proyectos inexistentes.

—¡Y Bien! ¿que demonios pasa contigo?—preguntó de brazos cruzados.

Tetsuhiro pego un grito asustado, el mayor había aparecido de la nada, por sus espaldas, tomándolo por sorpresa.

—Senpai, hola... ¿cómo estás?—titubeó en el intento de responder. Souichi le miró serio—, ¿todo bien?.

—Eso debería preguntarlo yo, ¿todo bien casita?—inquirió con tono molesto.

Él Joven Alfa rasco su nuca—. Sabés... tengo que ir a buscar un libro en la biblioteca, con permiso—se giro sobre sus talones dispuesto a irse a zancadas. Souichi lo tomó del cuello de su camisa—. ¡Senpai!

—No irás a ningún lado, excusas tontas—gruñó arrastrando al chico con fuerza.

—¡Espera! ¡espera!—pidió juntando sus manos en señal de clemencia.

—Callate, y ven conmigo—le tomó de la oreja ya que el menor se negaba a ir.

  
  
  
 
  
 
 
 
 
 
 
 

—Siéntate—lo lanzó a la banca del parque. Moringa intentó escapar de un lado pero él Omega subió su pierna bloqueando el camino—, habla ahora.

—No quiero—desvío la mirada apretando los labios.

—Me estas obligando a contar hasta tres—gruñó—, y sabes que pasa cuando llego a ese número.

Morinaga trago en seco, pero de igual forma no iba a hablar.

—¿Es por eso?—preguntó—, ¿por lo que me dijiste antier?—el menor mostró inquietud, entonces Souichi entendió que estaba en lo correcto. Inspiró para luego sentarse al lado del Joven Alfa—. Si que eres un tonto.

—Lo soy realmente—jugó con su dedos—, no sé en qué estaba pensado al decirlo, creo que fui muy rápido y no tome en consideración lo que sientes.

—¿Y para eso tienes que tomarme en cuenta?—bufo—. Son tus sentimientos, no tiene nada de malo—agregó.

—Pero...

—Si en verdad me amas—miró al contrario—, puedo vivir con eso y si quieres una respuesta te la daré.

—No—interrumpió—, no es necesario.