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Nicholas Fury no era un hombre de dar discursos, o al menos así era como lo había conocido su hija, Madison.

Es por ello que estaba muy extrañada cuando lo vio arriba del podio, pero como su entrenamiento y costumbre decía se irguió ante un superior y escuchó atentamente las palabras, aunque la constante voz del idiota de Francis no la dejaba en paz, hasta el punto de hacerla perder la compostura y pellizcarlo. Incluso le hubiera dado un golpe si no hubiera sido por Samantha Strange quién prefirió impedírselo.

No entendía cómo era posible que el hijo de dos grandes agentes de S.H.I.E.L.D pudiera ser tan irrespetuoso, aun cuando estaba en presencia de tantos héroes y de sus padres también. James al menos había tenido la decencia de encogerse cuando notó que su padre lo estaba observando desde el escenario, aunque sabía que no prestaba nada de atención al discurso.

Aunque no era como si ella prestara real atención, más que todo por la interrupción de los demás, pero cuando escuchó al Capitán América se alarmó.

― Se les pedirá que pasen por una serie de pruebas que nos permita medir sus habilidades y ver lo que hay que mejorar. Así acomodaremos sus horarios. Se iniciara con diez estudiantes, escogidos al azar.

Madison se volvió de inmediato a su hermano, mientras escuchaba de fondo los murmullos de los demás jóvenes que ingresarían a la Academia. Michael negó a la pregunta silenciosa de ella, porque ninguno tenía idea de que habían planeado para el Proyecto A.H, esa parte no lo habían sugerido ellos.

Rebeca se puso nerviosa y como Cassandra había ido a buscar a su padre al no ser una estudiante, a Samantha no le interesaba la hija de Banner y Torunn parecía estar buscando a alguien en la multitud de alumnos, Madison tuvo que tranquilizarla.

Mientras estaba hablando con Rebeca se dio cuenta de que algunos estudiantes iban desapareciendo por portales dorados que aparecían gracias al poder de Stephen Strange, así que todo eso había sido planeado por los superhéroes. Era escalofriante.

Pensaba en eso cuando sintió la energía detrás de ella, por un momento imaginó que se la llevarían a ella o a Rebeca, sin embargo al que se llevó fue a James Rogers Romanoff, tan rápido que ni le dio tiempo a reaccionar. Azari y Henry quedaron con las manos extendidas pues el portal desapareció y tanto Francis como Torunn estaban sorprendidos por la falta de su amigo pelirrojo.

― A los estudiantes que no fueron escogidos, se les llamara cuando los primeros diez terminen sus pruebas ―aseguró Steve, demasiado calmado para el gusto de Madison.

El Capitán América le cedió el puesto al director Fury una vez más, y otra vez Madison se enderezó automáticamente, aunque la extrañeza de ver a su padre en un escenario no se iba del todo.

― Ya pueden retirarse. Mientras esperan exploren las instalaciones a su gusto o terminen de desempacar. ―Con un seco movimiento de cabeza y la expresión más vacía de todas terminó―; A todos les deseamos la mejor de las suertes.

Sin decir otra palabra los demás adultos se fueron retirando. Los alumnos aún hablaban nerviosos entre ellos cuando las luces en el escenario se apagaron y se encendieron las normales, asimismo la puerta doble se abrió de golpe, todo tan rápido como había pasado la primera vez.

Madison se estremeció levemente, aunque nadie lo notó. Todo aquello era emocionante y aterrador a partes iguales, sobre todo siendo su propio padre el que supervisara el proyecto en persona. Tenía que dar lo mejor de ella, ambos hermanos Fury tenían que hacerlo.

Estaba muy metida en sus pensamientos cuando Samantha rio de forma estruendosa, haciendo que todos los del pequeño grupo dejaran de hablar y la miraran confusos.

Academia de HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora