Academia de Héroes

✬ 22 ✬

Por debajo de la Academia, la habitación que resguardaba los Reactores Arc era sin duda alguna un complicado laberinto de tuberías y cables, que estaba escasamente iluminado y daba esa sensación de escena de una película de terror. 

Torunn no había tenido ningún problema para llegar, puesto que Ethan se había encargado de dejar un camino de estragos durante su recorrido, lo que incluía paneles de control destrozados y puertas arrancadas de sus bisagras. Una verdadera muestra de lo enfurecido que estaba.

Y cuando llego a los Reactores Arc, se encontró con su medio hermano, concentrado frente a un teclado, aunque dejo de presionar los botones en cuando Torunn apareció, pero no la miró directamente.

— Parece que llegaste, pequeña molestía. ¿Pudiste derrotar a papá? Vaya sorpresa.

La joven diosa evito gruñir ante el toque de burla en el tono del mayor, y se detuvo lo suficientemente cerca como para que él la observara, pero sin dejar el espacio necesario para esquivar un ataque repentino. Sabía que no podía confiar en él.

— Detén esto, Ethan. Entrégate. Nightmare ya fue derrotado y padre se enterara de lo que hiciste. No vas a ganar.

— Papá no te devolvió la espada —observó él, tras mirarla de reojo e ignorando completamente sus palabras—. ¿Por qué luchar contra mi desarmada?

— No quiero luchar. Quiero que entiendas que si haces lo que sea que planees, no saldrá bien. Ethan, no tienes la suficiente resistencia como para soportar una explosión tan cerca. ¿Pensaste en lo que harás cuándo alteres los reactores? Morirás si no logras salir a tiempo.

— Y tú también, aún no tienes todos tus poderes completos. —Se volvió hacia Torunn con lentitud, con la sonrisa brillante y un destello peculiar en sus ojos, tan azules como los de ella, aunque con algo más que la joven Diosa no logro identificar—. Pero realmente no importa, porque ya estarás muerta cuando haga mi trabajo.

Con un rápido movimiento de mano, Ethan formó su espada de hielo al momento en que se lanzaba hacia ella. 

La velocidad de él la tomó por sorpresa, sin embargo logró reaccionar a tiempo como para retroceder y conseguir que el arma de hielo impactara contra una tubería, ocasionando un corte que dejo escapar un espeso humo blanco que retrasó al muchacho. La menor aprovecho para escabullirse, sin embargo los pasos de Ethan eran notorios y su voz retumbaba en las paredes mientras la perseguía.

— Quería que papá te eliminara, o alguna de las criaturas de pesadillas, pero supongo que tendré que hacerlo yo mismo. 

El mayor apareció de improvisto frente a ella, blandiendo la espada directo a su cuello. Torunn tuvo pocos segundos para retroceder, pero el filo del arma mágica le alcanzó, aun así por el susto pudo generar la suficiente energía mágica como para hacer un ataque de luz que le dio directo en el rostro a Ethan y lo dejo lo suficientemente desorientado como para poner distancia entre ambos. Afortunadamente la espada de Ethan sólo había dejado un pequeño corte en su mejilla.

— ¿Por qué hacer esto?

— ¿Por qué? Yo tenía que ser el verdadero heredero de Asgard. ¡Nací primero, soy el mayor! Tú fuiste sólo un error que me arruino toda la vida. 

Volvió a blandir la espada tras recuperarse un poco y Torunn sintió tanto enojo por la forma de pensar de Ethan que dejo de huir. Esquivó los torpes ataques del semidiós, resultada que su medio hermano no tenía una estrategia, ni seguía ninguna forma de combate, atacaba por puro instinto y con toda la rabia que sentía.