Capítulo 5: La importancia de lo importante... (parte final)

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Al llegar al día siguiente a la cita acordada, estaba él sentado a la orilla de la fuente. Un hombre no extremadamente hermoso, pero muy viril y sensual. Me atraía, pero no como para caer rendida a sus pies, por lo menos no todavía. Hablamos de todo durante las dos horas en que Kairi estaba en su salida madre/hija acostumbrada. A la reina Sophie le gustaba mantener el vínculo con la pequeña todo lo que pudiera.

Cuando llegó la hora en que debía marcharme, me despedí y él se me quedó mirando muy fijamente, como perdido en mis ojos y comenzó a acercarse lentamente. Supe de inmediato que quería besarme, pero con una hábil maniobra se lo impedí; al insistir y yo resistirme, de pronto cayó de espaldas a la fuente y al salir del agua comenzó a reír fuerte y ampliamente. No se esperaba un chapuzón en vez de un beso, pero sin embargo, yo le dejé ahí riendo y me fui en busca de la princesa.

Nos vimos cada día durante casi 3 semanas y aunque me encantaba estar con él y conversar de todo, aun no le dejaba disfrutar de mis labios. Lo que me encantaba es que siempre fue respetuoso, nunca presionó por que sucediera, sólo estaban esos intentos de galán que siempre le habían dado resultado; las peripecias con las que conseguía ligar seguro, pero que para mí no eran más que juegos de niño.

Esa tarde todo cambiaría. Yo quería besarle y en vista que en sólo 3 días más, las delegaciones que asistieron al cumpleaños de Kairi dejaban Aldentain, él se iría también y no quería dejarlo partir, sin al menos ese recuerdo mío. Mala idea, ahora lo sé…

Iba de camino a mi romántico encuentro, con la convicción de que hoy sería el momento más especial, desde que decidiera cortejarme, cuando mi padre se me puso en frente.

“No lo hagas Mariah, – me dijo seriamente – no puedes darle esperanzas a ese joven guerrero; porque no podrás corresponderle nunca. Tu historia está trazada y tu destino es demasiado importante para ponerlo en riesgo por un capricho de juventud”.

“No lo entiendes padre, me gusta Granher; en verdad me agrada. – le reclamé – Sé que tengo un futuro de importancia, sé que no puedo quedarme a su lado, pero por lo menos quiero conocer lo que es el amor”.

“¡Entiende, Mariah! Si lo incluyes en tu vida, serás la única perjudicada. Él se irá en un par de días y luego no podrás volver a verlo. Debes comprenderlo”.

No sabía qué pensar. Debía tomar una decisión. Cómo podría dejar de ver al hombre que se había convertido en una parte de mi vida que no conocía. Quisiera poder explicarle, para que entendiera. Sí, eso haré. Le contaré sobre mis más íntimos secretos, le diré de mis orígenes y le explicaré que si queremos estar juntos deberemos buscar la manera; sé que él lo comprenderá y estará dispuesto a que lo solucionemos.

Me fui convencida de que esa era la mejor opción; enfrentaríamos esto juntos y sólo pensaba en cuánto quería besarlo, pero no preparé mi mente para lo que siguió.

Llegué a la fuente 5 minutos antes de lo habitual, esperando aprovechar cada minuto de él. Pero el tiempo pasaba lenta y dolorosamente y Granher no aparecía. Nunca se había retrasado y no entendía que significaba. Cuando pasó una hora entera y mis nervios estaban demasiado alterados, me apronté al palacio, hacia donde estaban alojadas las delegaciones para averiguar qué era lo que sucedía. Al llegar, me di cuenta que los viajeros continuaban allí, pero no lo encontraba. Al preguntar, me enteré que se había marchado esa misma mañana.

Mi mundo colapsó y nunca logré entender los motivos de su prematura partida. No tuve el tiempo de sufrirlo y creo que eso ha hecho falta. Granher para mí es un tema no superado y ni siquiera con la edad y la madurez que la vida me ha dado, he logrado sanar mi corazón roto.

Las implicancias de todo lo sucedido no las entendí hasta ahora...

Princesa EsclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora