CAP. 9: PREPARATIVOS DE BODA...
La noche del banquete me quedé con Mariah en su habitación toda la noche y gran parte de la mañana. De hecho las criadas que nos asignaron acá en palacio, al ver que no habíamos ido a desayunar a los comedores, nos trajeron el desayuno a la habitación, lo cual no sólo hicieron por nosotras, sino por casi toda la realeza que disfrutó del baile hasta altas horas de la noche y estaban hoy con una tremenda resaca, aunque en palacio se decía elegantemente que se encontraban indispuestos.
Mariah se había dormido cansada de llorar y de suspirar. Su angustia no amainaría pronto, pero al despertar, aunque se notaba su pesar por el rostro gris y alicaído que tenía, trataba de disimularlo, así que yo hacía como que lo estaba logrando y eso la tranquilizaba.
Lo que no me esperaba era lo que venía. “Princesa, voy a necesitar de su ayuda para poder averiguar todo lo que podamos de la visita de Granher a Aeroldia hace ya bastantes años – sonaba decidida y concentrada - y los motivos de su repentina e incómoda partida. Deben ser mis habilidades especiales las que me están poniendo sobre aviso, porque no dejo de pensar que él dice la verdad y que sinceramente no me recuerda en lo absoluto, pero debo averiguar el por qué.”
Pocas veces recuerdo haber visto a Mariah empecinada con alguna misión u obsesionada por la búsqueda de la verdad en algún asunto, pero yo sabía lo importante que Granher había sido para ella y le ayudaría a todo lo que esté a mi alcance.
Seguimos desayunando y ella tenía una energía y una determinación increíbles. A ratos se sumergía en un mundo completamente ajeno al que estamos, mirando fijamente hasta el fondo de su taza de té. Sus largos silencios y su velocidad al masticar me decían que claramente estaba tramando algo y que ese plan necesitaría de toda la ayuda posible; pero acá en el palacio, éramos sólo ella y yo, además de confiar en la ayuda de Jarrod y de Letos. De momento no teníamos más aliados, ni deseaba tener más, porque significaba revelar mis capacidades a más personas y eso pondría en peligro nuestros planes.
Luego de desayunar, fuimos a caminar a los jardines, con la idea de que el sol y el aire fresco nos harían bien para reponernos del todo de lo trasnochadas que estábamos. El día estaba hermoso y agradable y si bien el baño de tina me había refrescado antes de bajar, el aire primaveral proveniente de las cumbres nevadas del monte Lujur me tenían extasiada.
Nos sentamos en una banca en una orilla de uno de los 12 jardines principales y comencé a observar a los peces Koi multicolores que tenían en la fuente. Eran hermosos y brillaban de bella manera a la luz del sol.
De pronto desde uno de los costados del jardín vemos venir a 3 soldados, con su vestimenta completa y toda la parafernalia que completaba el atuendo. Era casi una armadura. A medida que iban pasando, se acercaban indirectamente a donde estábamos nosotros y pude distinguir que era el General Granher de Von y dos soldados más que no conocía. Miré de reojo a Mariah, esperando que no se diera cuenta, pero era tarde, ya tenía la mirada fija en él y no hacía ni decía nada.
Pasaron casi rozándonos por delante y Granher hizo un ademán de saludo cordial, “Señoras, buen día”, dijo sin siquiera reparar en que era la misma chica que anoche le había reprochado no recordarla y que segundos después era llevada notoriamente afectada a su recámara.
Mi rostro se descompuso de ira, tanto así que uno de los soldados más jóvenes debió notarlo y se acercó a mi lado, hizo una referencia y me preguntó si algo en particular me molestaba y si podía hacer algo por mí.
“Lo que pasa es que ese General Granher es un maleducado. – le reproché al chico que ninguna culpa tenía en realidad – Nos saluda como a dos extrañas, cuando en verdad nos conoce mucho mejor y nos merecemos un trato diferente.” El chico me escuchó pacientemente y luego con unos dulces ojos y una voz melodiosa y casi melancólica me dijo “No se moleste con el General, señorita. Desde hace algunos años ha sufrido de la memoria. Hay momentos en que no recuerda ni quién es. Pero no se lo diga, porque se entristece demasiado y se siente vulnerable. Debe ser la edad, aunque no tiene tantos años todavía. Ahora si me disculpa, debo continuar con él su recorrido acostumbrado, a ver si recuerda algo, con su permiso”.
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Princesa Esclava
FantasiEsta historia trata de Kairi, una princesa que fue dada en matrimonio al príncipe de otro reino, al cual ni siquiera conoce, para mantener la paz entre ambas ciudades, pero los motivos de este matrimonio son lo que aun no está claro. Sigue las viven...