Princesa Esclava

Capítulo 10: La prueba de amor...

CAP. 10: LA PRUEBA DE AMOR...

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“Así que Jarrod dejará el palacio… hmmm… Esto puede convertirse en algo bastante conveniente. Debo actuar rápido, pues esta ventaja no durará para siempre… Necesito poner en marcha mi plan lo antes posible, pues ya sólo faltan dos días para la boda, aunque siempre está la posibilidad de que el príncipe no regrese… jajajaja… Eso sería perfecto. Muy bien, mientras tanto, empezaré con los preparativos, tengo mucho que hacer…”

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Me despedí de Kairi faltando dos días para nuestra boda. Ella no lograba entender que partiera sin permitirle acompañarme y lo que más le intrigaba era que no le dijera dónde iría. Pero finalmente entendió que debía confiar en mí y sólo entonces me dejó ir.

De hecho nadie, excepto Letos, que me acompañaría, estaba enterado del lugar al que iría, ni mucho menos sabían lo que me proponía; era un secreto tan importante para mí que ni siquiera se lo comenté a mi madre, o no me permitiría ir.

Esta misión me fue mostrada en sueños la noche anterior y más que decidirlo, creo que es algo que está escrito en mi destino. Porque la Oráculo de Bellus no suele perder el tiempo en necedades sin importancia y si me mostró lo que debía hacer, pues no me negaría; aceptaría el reto con valor y en prueba del amor que siento por esa increíblemente hermosa mujer que me espera para entregarse a mí en matrimonio.

Recuerdo el sueño con todo detalle. Era como si lo repitiese en forma inconsciente en mi memoria para no olvidarme de nada. Estábamos en la ceremonia de boda; Kairi estaba radiante, era casi como ver un ángel a mi lado, Carmine se había lucido esta vez, aunque siempre es más fácil trabajar cuando quieres resaltar una belleza como la de mi amada Kairi. Ella me sonreía y me miraba atentamente y con dulzura durante todo el evento, hasta que llegó el momento en que, por tradición, debía entregarle a mi esposa un regalo único y especial, que demostrara mi amor y representara que con ese obsequio le entregaba mi corazón para toda la vida. La verdad yo llevaba días pensando en qué le regalaría, pero no había en el palacio nada digno para tan grande propósito y había comenzado a asfixiarme al no encontrar una respuesta; por eso decidí recurrir a la oráculo.

Entonces, en el sueño yo sí tenía un obsequio para ella. Yo me volvía hacia Letos, mi padrino de bodas, quien me entregaba un cofre de oro blanco, hermosamente labrado y adornado de zafiros. Su tamaño era medianamente grande, por lo que no podía tratarse de una joya; yo tenía el presentimiento de saber su contenido, al menos eso sentía en mi sueño, pero la verdad es que no lo sabía aún. Yo le presentaba el cofre a Kairi y lo abría, ofreciéndole su interior. Ella se asomaba a mirar y cuando veía su contenido, se quedaba sin aliento, lanzando el sonido ahogado de cuando olvidas respirar de emoción. Sus ojos brillaban y no lograban convencerse de que eso que allí había era para ella. Pero cuando introdujo una de sus manos dentro del cofre para tomar su obsequio y mostrarlo al mundo, mi sueño se acabó y desperté, sabiendo lo que debía hacer para conseguirlo y dónde lo encontraría, pero no tenía idea de qué era.

Al despertar busque a Letos para contarle sobre mi sueño y como lo imaginaba y esperaba, me dijo que si partíamos de inmediato estaríamos de vuelta antes de la ceremonia, por lo que preparamos todo muy rápidamente.

El primer lugar al que debíamos ir era a la cima del monte Lujur, en donde, bajo la densa nieve de sus picos nevados, encontraríamos la puerta ancestral labrada en piedra que todos conocían por leyendas, pero que nunca nadie vio. Yo tenía la seguridad que la encontraría, porque estaba impulsado por la fuerza más grande de todas, el amor.