Capítulo 16: La partida de Faith

463 56 96
                                    

Noche ciento dos sin Luna

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Noche ciento dos sin Luna.

El agua fluía a través de los seis grifos situados en cada pared, cálida y ligera como las caricias de unos dedos. Nedi estaba sentado en el centro de aquella cascada, a la espera de que el calor hiciera efecto en sus agotados músculos. La presión y temperatura del agua cambiaban de vez en cuando, y entonces se transformó en una lluvia tibia. Pero unos pesados goterones helados cayeron en sus hombros para recorrer el resto de su cuerpo. La sensación refrescante le animó a suspirar con alivio. Ese proceso se repitió varias veces hasta que llegó a un estado tan profundo de relajación que empezó a notar un hormigueo en las piernas y los brazos.

Kurtis dio tres toques con sus nudillos en el cristal que delimitaba la ducha, y Nedi vio su rostro impaciente en un círculo libre de vaho.

—Vamos, ya has tenido suficiente hidromasaje por hoy. Deberías salir y vestirte ya. A no ser que quieras ir a la cena de Victoplus como una pasa.

Nedi echó la cabeza hacia atrás, estiró el cuello y disfrutó de los últimos segundos bajo el roce del agua. Salió a los vestuarios de su zona de entrenamientos con una toalla enrollada en la cintura. Kurtis estaba frente al espejo de los lavabos con las mejillas llenas de espuma de afeitar. Una extremidad de metal salió de uno de los azulejos, fina y afilada. Era un robot de Cuidado Facial. El espejo que reflejaba la cara de Kurtis proyectó unos hologramas con varios tipos de afeitado a seleccionar. Kurtis escogió un fino bigote muy próximo a sus labios carnosos y las anchas patillas que siempre solía llevar. El robot comenzó a retirar la espuma con su hoja hasta descubrir su piel oscura sin ningún rasguño.

—En la Nostradamus no tenemos estos cacharros tan maravillosos... —dijo Kurtis mientras se quitaba los restos de espuma con una toalla—. Podría acostumbrarme a vivir en Plutón, ¿sabes?

—Mejor di que te acostumbrarías a vivir en un palacio. Apuesto a que no echarías de menos este mundo si viviéramos en la Bona Wutsa.

—Prefiero mantenerme alejado de la Tierra por más tiempo. Cualquier rincón está controlado por las garras de Krasnodario... Me cuesta imaginarnos allí viviendo como amigos políticos del presidente y durmiendo en una habitación de invitados en la Bona Wutsa.

—Pues si hemos venido aquí es para volver en unos años.

Kurtis se cruzó de brazos y apoyó su espalda en la pared.

—Nedi, a ti no hay quien te entienda. Estabas deseando huir del planeta después de lo que pasó, escapar de tu padre... —Hizo una pausa para mirarle a los ojos—. Y ahora que estás lejos y tienes la oportunidad de olvidar, lo único que haces es pensar en volver.

—El motivo para olvidar las cosas también nos hace recordarlas.

—Eso depende del punto de vista.

—Pues tienes una perspectiva muy limitada si no ves que todo este teatro que estoy haciendo estaba pensado desde un principio para regresar y plantar cara a los Krasnodario.

Hipersomnia: Segundos Confederados | SC #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora