Gua a subir la cantidad de comentarios a 50 porque osea se que pueden llegar :D Adiu.
>>>
─Joven Erick, ¿necesita que llame a su mamá para...?
─No, no la necesito ─contesta casi levantando la voz y su mirada da para el otro lado de la calle─ si no vino es su problema, no necesito nada de esa mujer.
─¿Está seguro?
─Muy muy seguro ─afirma moviendo la cabeza suavemente porque aun siente el maldito llegando a su cuerpo─ ¿Puedes por favor abrirme las puerta?
El hombre camina hasta el automovil abriendolo para él, y limpia un poco el polvo del asiento trasero.
Cuando le está cerrando la puerta una mano delicada la detiene.
─Cariño ─dice aquella mujer con su lápiz labial brillante─ Se que no me conoces, soy la madre de Joel ─se presenta con una sonrisa.
El ojiverde asiente mirándola confundido.
Se parece mucho a su nuevo Alfa. Demaciado tal vez.
─Tu mami, me encargo que te de tus maletas. Vino aquí por la tarde y lo dejo todo acá.
─¿Ya están en la maletera? ─se atreve a soltar palabras por fin.
─Si pequeño ─afirma mirandolo con dulzura y lleva su mano repleta de objetos de oro a su mejilla rojita por el clima─ Joel puede ser un poco molesto y difícil de comprender aveces, pero tiene un lindo corazón, aunque pareciera que ni tuviera ─ríe con la mirada del más bajo atenta en ella─ yo se que tu lograrás cambiar su comportamiento.
─¿Usted cree?
─Yo lo sé, pequeño.
Esa señora con unos minutos de charla fue mejor madre de lo que fue su verdadera madre en tantos años.
─Gracias ─agradece con sinceridad y sube al auto dirigiendole una última mirada acompañada de una sonrisita.
Patricia da la vuelta sonriente y puede ver a Joel aun parado tan solo mirando como meten sus maletas a la maletera.
─Joel ¡Por dios! Se les hará tarde, sube al carro por favor.
─Aveces eres insopotable ─responde caminando hacia el auto pero su madre lo detiene─ ¿Qué quieres ahora? ─gira hacia ella bufando.
─Parece que tu Omega, tiene frío ─avisa señalandolo y Joel rueda los ojos por séptima vez esa noche─ Se caballero, y dale tú chaqueta ─ordena.
─¿Qué? ¡no! ─niega alejándose de ella y mueve sus manos en señal de negación─ ¿Estas loca? Yo me estoy congelando, y para ti es más importante darle mi chaqueta a ese estúpido.
─No es estúpido, Joel. Es tu Omega.
─No lo es ─afirma caminando hasta el carro─ Es demaciado poca cosa para mi, he visto Omegas más lindos.
Mentira.
Sus ojos jamás se cruzaron con unos tan bellos como los que posee ese Omega, y no tiene ni palabras para describir lo perfecto que se ve cuerpo.
Sin despedirse de nadie abre la puerta y se mete empujandolo sin ser tan brusco.
Erick se queda a un costado temblando y cuando el automovil avanza pega su cabeza al vidrio respirando suavecito para mantenerse calmado.
─Ten ─dice el rizado pasandole su chaqueta sin dirijirle la mirada.
─¿P-Por qué? ─cuestiona dudoso en tomarla pero al final lo hace.
─No me hace tanto frío a mi ─se apura en aclarar─ Además mi mamá me obligó a hacerlo, yo jamás haría nada por tí.
Si eso es. Defíntimamente, el no lo haría por otra cosa.
─Oh ─suelta algo decepcionado bajando la mirada y termina de colocarse la chaqueta negra que huele a su Alfa.
Huele delicioso.
Los horas pasan y Joel casi adormilado siente una cabellera negra asiendo un pequeño peso sobre su hombro.
Cuando voltea, solo es Erick.
Sus ojitos cerrados y su respiración calmada, le sacan una sonrisa.
Sube su mano acomodándolo un poco para que este mas cómodo y deja un besito en su cabeza viéndolo removerse aun dormido.
Su Omega es demaciado adorable.