Tengo 14 años y el proximo año en Mayo cumplo 15, y we me quiero festejar en un crucero por Orlando, pero tengo miedo de morirme como la Rouz en el Titanic y peor sin mi Chack xdxd. Comenta: Te queremos viva Giuliana, y tal vez me traigan wuena suerte.
Oh y también comenten mucho en la historia, para subir otro mañana gg. Lofiu.
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Erick jadea cuando el rizado besa su cuello y lo detiene empujandolo con sus mantitas hasta dejarlo alejado.
─Joel, tenemos que comer ─le recuerda riendo y el mayor deja un besito en su mejilla rojita atrayendolo por la cintura.
─Te puedo comer a ti ─propone mordisqueando su cuello─ Ñam Ñam.
─Comeremos comida de verdad ─indica alejandolo nuevamente y suspira al ver lo guapo que amanecio.
Tiene todo el cabello alborotado y esa típica cara de sueño y le encanta que sea así.
Decide besarlo una vez más antes de dirirse hacia el refrigerador.
─¿Qué comemos Joey? ─cuestiona mirando todas las opciones que tiene en el refrigerador.
─¿Seguro no quieres mi propuesta? ─pregunta besando su espalda y mordisquea su cuello de nuevo.
─No ─dice levantandose y camina hasta el mesón con huevos y salchichas en sus manos.
Acomoda todo en la barra y gira hacia el mayor con una sonrisa en el rostro cuando se acerca a apoyarlo contra esta.
Ataca sus labios unos segundos antes de alejarse para que le explique como se harán las cosas.
─Bueno ¿Qué quieres hacer?
─¿Puedo elegir no hacer nada? ─cuestiona divertido pero para el ojiverde no lo es así que gira dándole la espalda.
─Idiota.
─Esta bien. ¿Te parece si hago los huevos?
─Si los quemas o los haces caer al piso, te lo voy a hacer tragar todo, aunque no quieras ─amenaza y Joel pasa saliva con miedo.
No cagarla.
Fácil. O eso piensa hasta que se distrae mirando el perfil de su Omega que pica las salchichas con delicadeza en sus movimientos.
─Mierda ─dice cuando al girar nota todos los huevos quemados.
─Te los vas a comer.
─Pero mi amor... me distraje por ver lo hermoso que eres.
─¿Me hechas la culpa de tus errores? Te los comerás, Joel. No me importa, porque yo te lo advertí.
─¡Pero esos huevos saben asqueroso!
─Igual los tuyos y no digo nada ─suelta tratando de no reír por su comentario y ve que el mayor camina hacia él como si lo estuviera acechando y ríe cuando sujeta su rostro para mirarlo bien.
─¿Quíeres probar mis huevos de nuevo? ─pregunta con una sonrisa seductora para luego morder su labio inferior.
─Buen intento, Romeo ─dice alejandolo y camina hasta el sarten para poner todos los huevos en un plato─ Ahora sientate y comete todo esto mientras yo preparo un buen desayuno.
─Pero bebé...
─Hazlo, Joel.
Joel asiente ya rendido y empieza a comer haciendo caras de asco al pasar el alimento.
En el momento en el que el ojiverde deja de prestarle atención bota todo al basurero y sonríe triunfante porque no se ha dado cuenta.
─Ahora lo voy a sacar de basurero y te lo vas a comer ─le avisa sin voltear en ningún momento.
─¡Pero como te diste cuenta!
─Soy tu Omega tonto, yo lo se todo ─responde mientras da los toques finales al desayuno.
─¿Tienes como un poder? ─cuestiona girando hacia él incredulo.
─No, era mentira, solo escuche el ruido del basurero abrirse y lo supuse ─confieza encojiendose de hombros y el rizado hace un puchero sintiendose credulo.
El Omega camina hacia él dejandos dos platos con lo preparado y que se ven deliciosos.
─No te comerás lo del basurero, Joey, tranquilo, tu bebé no es tan malo ─dice inflando sus mejillas y Joel lo besa antes de comer de su rico desayuno.
Los siguientes minutos se basan en risas y besitos que se regalan el uno al otro mientras conversan de sus vidas y de su relación.
─¿Caminamos por el bosque, mi amor? ─cuestiona sujetando su mano y la besa mirándolo a los ojos.
─Me parece una buena idea ─opina sonriente levantandose de su silla y lo jala para la puerta abriendo esta─ Vamonos, caminaremos un ratito y luego volveremos.
El mayor asiente emocionado pensando en cual de los muchos árboles se lo cojera.
Cierra la puerta sin percatarse de que al parecer no la deja cerrada por completo si no que entreabierta, y es debido a la pequeña roca que lanzó la castaña ahí.
La ojiverde entra sintiéndose la campeona del mundo por su plan tan inteligente.
Esperar a que esos dos se vallan y entrar, fácil.
Conoce a su Joel y sabe que no aguanta nada en cuestión de resistencia, aunque solo camine hablando con el bicho andante se cansará y volverá con ganas de beber lo primero que capte su vista.
La droga en sobre que trajo prestada de su amigo del club no es tan fuerte, pero si es suficiente para dejarlo confundido y con la vista borrosa.
Ve un jugo de naranja a medio tomar que quedo del desayuno y abre el sobresito metiendo un buena cantidad de la droga.
Lo bate y suelta un risita. Con eso basta.
Pasa el tiempo y se apresura en desaparecer de la cocina cuando escucha la puerta abrirse.