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Simón.

No creí que esto pasará, que aquel Nephilim pudiera ser capaz de asesinar a una mujer subterráneo, no importa si ha hecho cosas malas, si fue una mujer malvada o cometió algún error, no importa porque no merecía terminar así, una muerte nunca hay que desearla ni esperarla, no importa quien sea, Camille no merecía está humillación ¿Por qué Robert Lightwood sigue con esto? Sé que me quiere a mí, pero no he hecho algo tan malo para que quiera mi cabeza, solo cambie de destino, me fui de su lado y dejé de ser su sirvienta ¿Por qué no me deja en paz?

 Tampoco que yo hubiese sido importante para ellos, siempre llamándome mundano, ni recordaban mi nombre, me trataban como basura, ahora me fui, si me conocen sabe que nunca hablaría de lo que he visto en el instituto ¿Acaso sabía de qué había bebido sangre de Jace? Pero si quiere matarme, no hay nada que pueda conseguir a su favor.

— Me siento tan aterrado Simón, ese hombre está loco, no está en sus cinco sentido, tengo tanto miedo de que venga al hotel y nos mate a todos.

— Fran, Simón ¿Están aquí?

Ambos vemos cómo Ragnor se asoma por la puerta, Fran sonríe un poco aliviado pero le da la espalda para que no lo vea, yo mientras tanto le dedico una sonrisa tranquilizadora al brujo que me da indicaciones de que no ha venido para ver si yo estoy bien, sino que ha venido a ver a mi compañero que está dándole la espalda, Ragnor vino en su búsqueda, como lo dije en la casa de Magnus, eso significa que le quiere, me acerco a Fran para darlo vuelta quien baja la cabeza para no ver al brujo, tendré que dar un pequeño empujón, después de toda esta desgracias tengo que firmar un arcoíris por lo menos.

— Me hace feliz que hayas llegado Ragnor, Fran y yo estábamos tan asustados, ahora ambos nos sentimos muy aliviado con tu presencia ¿O no Fran?

Este asiente despacio, y veo como Ragnor en su cuerpo de joven, en aquella cara tan jovial, ese mismo que decidió cambiar en los primeros días que vivimos juntos, muestran en sus ojos una chispa diferente, se acerca despacio como temiendo hacer daño, y yo estoy aquí sintiendo envidia por este ambiente tan hermoso que hay, porque Fran está teniendo su amor a primera vista, y está siendo aceptado, aunque el brujo no lo diga, sus ojos lo muestran ¿Pero cómo? Si hace dos semanas o más habían tenido una pelea, se veían distanciado y Fran pasaba las noches con Ragnor solo para cuidar de su enfermedad ¿Será ahí donde el brujo comenzó a ver más allá de lo pensado? Pues cada uno merece tener su amor, hasta los brujos con muchos años de vida.

— Fran ha pasado un mal momento, fue el primero quien vio aquella cabeza ¿Ragnor no notas su piel un poco más pálida de lo normal?

— ¿Estás descompuesto?

Cómo un reflejo involuntario del brujo, este deja su mano en la frente del menor, de ella sale un color verde brillante mientras que su otra mano suelta el bastón y va a la mejilla de Fran, un brujo que no usa su magia para nada pero que al primer auxilio por algo tan mínimo usa su magia sin dudarlo, si eso no es alguna sentimiento de afecto amoroso por parte de Ragnor ¿Entonces qué es? No puedo no dudar de que Ragnor siente algo por este polluelo de mi lado, nadie se resiste a Fran, ningún brujo de siglos de vida.

— Estoy bien— balbucea Fran.

Y yo no puedo evitar carcajear por esto, porque después de que Ragnor notará donde estaban sus manos y se alejara rápido cayendo de trasero por no tener su bastón, y Fran se tapa su cara de vergüenza por lo que ha sucedido, ambos aún no dejan de mirarse y perder su atención, espero que puedan aceptar sus sentimientos, se confiesen y puedan amarse, pues ambos son inmortales y pueden tener una relación larga si eso lo requiere. Yo seré su Cupido.

— ¿Y si cortamos la tensión que se ha formado con una función de un beso protagonizada por ustedes dos?

Entonces recibo dos golpes, uno por cada uno de ellos, pero no me importa, esto puede despejar mi cabeza de todo lo malo que está sucediendo a mi alrededor, me gusta darle siempre la mirada importante a lo que da felicidad, lo que da optimismo a la vida, es aquello que me hace sentir mucho más seguro, me alimento de lo bueno porque si no mis emociones me pueden jugar una mala jugada. 

Al Lado Tuyo. •Saphael•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora