Raphael.
Dejo a Simón en el suelo cuando entramos a la sala, Magnus se levanta de inmediato mientras revisa al polluelo por todos lados, pero cuando no encuentra ninguna herida lo abraza con fuerza, el brujo se ha asustado mucho, más cuando se ha encariñado tan rápido con el pequeño, Simón parece sorprendido por aquella reacción pero le devuelve el abrazo, me incomoda esta situación y quiero separarlos ahora ¿Por qué se abrazan por tanto tiempo? Sé que Magnus está así porque cualquier persona joven que aparece a su vista y no le llama la atención de una manera romántica lo considera como un hijo o hermano, como yo o Ragnor, pero no tiene que hacer esos afectos tan demostrativos.
— Magnus, deja de abrazarlo— murmuro—. Él está bien, a salvo.
— Me asusté mucho, Alexander me dijo lo que sucedió, espero no ver a esa chica nunca porque me la va a pagar. Con mis niños no se meten.
Magnus me ignora y habla con Simón aún abrazado, este intento separarse pero el brujo lo tiene bien agarrado, pero después de un momento lo deja y lo mira mientras deja escapar un suspiro, al parecer si se ha asustado, coloca una mano en el hombro de Simón y yo ya estoy más que incómodo, y no entiendo porqué razón, no es como si fuera la primera vez que siento está incomodidad, si cada vez que veo que Ragnor o Fran también lo tocan de manera inconsciente la incomodidad se posa en mi y quiero decirles que dejen de hacerlo, cuando la Lightwood lo toco en su visita repentina tuve que huir de ahí ¿Será porque es mi mano derecha? Nunca he experimentado tener una mano derecha, y puede ser la razón, pues una mano derecha es como un amigo muy íntimo que se tendrá para todo, aunque aún no hablo con eso con Simón.
— Magnus, estoy bien, Raphael estuvo ahí. No te preocupes, no me voy a acercar más a Clarissa, y no me meteré en más problemas.
— Uy si hubieses visto a Raphael cuando te fuiste, ya estaba detrás de tus pasos— se burla Magnus.
— Magnus.
Si le permito seguir hablando pasaré mucho vergüenza por sus palabras, no me siento muy bien de mis acciones hace unos momentos atrás, cuando Simón se estaba yendo, ahora que lo pienso exagere un poco, estaba por entrar en crisis al pensar que cuando el polluelo saliera de la casa ya lo matarían, no fue tanto que se fue que salí detrás de él para vigilar que nada les sucediera. Veo como Magnus asiente y sonríe mientras coloca un dedo en su dedo como indicando que va a hacer silencio.
— Gracias a ambos, mi vida ha cambiado mucho con ustedes.
Simón camina hacia la cocina de una manera encorvada mostrando que sus ánimos no son del todo bueno, me quedo con Magnus quien parece estar interesado por el estado de ánimo del pequeño, yo también lo estoy, hemos visto que su estado de ánimo es mucho más intenso por su condición en su sangre, así que tendremos que hacer algo para que no le afecte tanto, estoy pensando si los Nephilim saben de esta condición que tiene el polluelo.
— ¡Agh! Esa niña, estoy muy molesto, podría ir y convertirla en un ogro como su corazón— dice Magnus.
— Esta bajo el mandato de Robert Lightwood, que le debe haber llenado la cabeza— le digo— escuché que consideraba a Simón como un usurpador del cuerpo de su mejor amigo, un monstruo, esas son palabras de esas personas.
— Pero lo bueno es que el salvador Raphael fue en la salvación de su amado, eso fue hermoso.
— ¡¿Qué dices?! Cállate.
Veo como Simón se acerca hasta el umbral mientras el contorno de su labio está manchado de un color carmesí de la sangre, nos mira de una manera rara y lleva su mirada al cielo para caminar hacia nosotros sin siquiera limpiarse el desastre, cuando menos quiero pensarlo ya estoy sacando el pañuelo de mi saco y estirando mi mano para llegar a su cara, pasando el pañuelo por su labio viendo como me mira sorprendido, y Magnus también lo hace. Cuando me doy cuenta saco mi mano sosteniendo el pañuelo y bajando la mirada avergonzado.
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Al Lado Tuyo. •Saphael•
Fiksi Penggemar||Saphael|| Raphael Santiago mano derecha de Camille Belcourt fue encarcelado bajo las órdenes de los Nephilim del instituto de Nueva York, bajo las órdenes de Robert Lightwood, culpándole de un error nunca había cometido. Pero lo que ellos querían...