Laila: Una Llegada Confusa

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Cuando llegamos tres días después del campamento. En el camino había personas construyendo lo que parece ser casas, cosechando frutas y verduras, pero lo que más había eran Sombras Nocturnas lo que Seth me dijo eran sus soldados. Lo que sea que sea un soldado. Tienen armaduras de hierro negras y cascos que les cubren el rostro. Le pregunté a Seth por qué algunos tenían una tira gruesa de un color específico ciertos soldados. Él me dijo que eso define el rango de poder de cada soldado.

 Cuando llegamos a una gran edificación con una puerta de hierro que sube con un sonido chirriante. Una mujer de aspecto arreglado y serio nos recibe en la entrada de una escalera que al final hay una inmensa puerta de madera. Seth le dice a la mujer que me lleve a la torre noroeste y que me instale allí. Le pregunto a Seth si me puedo ir con él, pero lo único que recibo es una mirada de desprecio y se va con Irami otra vez a galope con sus imponentes caballos.

 Ya cuando estoy dentro del castillo, intento hablar con la mujer de trenza, con vestido marrón en un escote en forma en V trenzado por al frente y botas altas. El castillo no se parece en nada al de Kenan, este es de ladrillo oscuro y pocas ventanas. Le pregunté a la mujer trenzada, así le digo porque no me quiere decir su nombre, si no tenían jardín para jugar y no fue necesario que me contestara porque pasamos por el pasillo que daba vista a un árbol no muy grande y unas bancas. Está cerrado por todos lados el pobre árbol que está en el medio de los pasillos.

Le diré a Seth para hacer un jardín lindo a las afuera del castillo, será Lindo, ya lo verás Ikal.

"Sí, claro sobre todo Seth te hará caso"

No seas así, él vendrá y le voy a decir, ya verás.

"Te hará caso solo porque le dijiste todas las habilidades que tienes y que la usará a su conveniencia"

 Dejo hablando solo a Ikal y la mujer me conduce por una torre altísima de no sé cuántos escalones y por lo visto, es hasta el final de la torre donde quedará mi habitación. Espero que sea grandísima para poder jugar y hacer mis hechizos en paz. Al llegar al último escalón cansada por cargar mis cosas, la mujer abre la puerta agarrando una barra de hierro y la hala a la izquierda abriendo la puerta y dejando ver su interior. Mi primera impresión fue de absoluta sorpresa y no de la buena. El piso de madera está del asco; chilla cada vez que camino. No hay ningún armario donde pueda guardar mis cosas y tampoco cajones. Solamente hay una cama toda fea y sucia. Y el espacio tampoco es muy grande que digamos.

 Le pregunto a la mujer trenzada por las cosas y ella me mira burlona y me dice:

—Esto fue lo que mi señor me ordenó —responde sin emoción.

—Pero está todo sucio y feo —le contesto. Cosa que no le gustó porque me toma del brazo y me dice:

—Si quieres que tu habitación quede limpia lo harás tú. No estás aquí para jugar mocosa, estás para trabajar —exclama irritada.

 Dicho eso me suelta y se dirige hacia la puerta, pero antes que se vaya me dice:

—Si quieres agua, tendrás que sacarla del río no muy lejos de aquí —señala con el dedo la esquina donde está un balde, cuando ya está en la puerta y maldice dentro de su mente volteándose hacia mí—. El peor error que puedes cometer aquí es pensar que serás libre.

 Se va dejándome sola. No entiendo por qué me habrá dicho eso. Me dirijo hacia la cama que es la que menos fea está, dejo caer mis cosas en el piso e indago la situación de la cama. La madera de la cama está en buenas condiciones, pero la estabilidad de la cama es floja. El colchón le falta relleno, pero eso se puede resolver.

 Me dispongo a arreglar la cama con mis poderes haciendo que la magia fluya a través de mis manos pegando cada parte floja o suelta de la misma. Busco el hueco donde le ponen el relleno de la cama que resulta que está en la esquina superior izquierda, teniendo que rodar la cama para poder ver, debido a que está pegada de la pared. Veo dentro de la misma y veo paja fea y mal oliente; la retiro todo perdiendo la forma de esta.

 Después de tardar casi toda la tarde en arreglar la cama y la estructura del piso, me dispongo en bajar con la cubeta para llenarla de agua. Salgo de la torre que al parecer tiene dos salidas una por donde llegué y otra que da lugar a un campo mal cuidado y grande. Me hago camino por el campo con la cubeta, pero no da resultado. Lo que se me ocurre una grandiosa idea. Respiro profundo y poco a poco voy flotando haciéndome liviana, elevándome por encima del inmenso follaje del campo. Cuando estoy a una altura decente me impulso y veo donde queda el dichoso río que al parecer no es muy lejos. Puedo distinguir que hay personas allí así que desciendo levemente para no llamar la atención.

 Al llegar al río inmediatamente las personas se dan cuenta de mi presencia y eso que me devolví al suelo antes de llegar. Sus miradas son de sorpresa y miedo al mismo tiempo. Nunca había sentido el temor tan inmenso de las personas, así que camino un poco lejos de ellos y sumerjo la cubeta en el agua. No quiero que me miren.

"lee sus mentes"

 Leo rápidamente sus mentes y el contenido es inquietante. Resulta que están aquí gracias a que Seth y sus jinetes les arrebataran sus casas, pertenencias y están forzados a trabajar para él.

"Por eso te dijo eso la mujer trenzada"

 Me voy lentamente otra vez del campo, camino una distancia considerable para que las personas no me vean y me aparezco otra vez a mi habitación la cual me lleva más tiempo en terminar de arreglar ante de que llegue Seth.

Los Dos Reinos [I Libro De La Saga Dioses Universales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora