Los Dos Reinos [I Libro De La Saga Dioses Universales]

Cosmo: El Lugar Que Mereces

En cuanto Aryana y Venus se van, le digo a mi tía que en vez de bailar con algunas de las mujeres de la familia bailaría con Aryana.

—Sobre mi cadáver sucederá eso —se cruza de brazos.

—Lo siento tía —replico intentando ocultar mis temores—, pero es algo que ya decidí.

—Y yo no apruebo —protesta enojada.

 En ese momento entra mis padres acompañados de Seth, la señora Liora con su esposo e hija.

—¿Nos perdimos de algo interesante? —pregunta Seth divertido.

—Que Cosmo quiere bailar con su novia —dice Tabitha sin emoción, ella se acerca a su padre para abrazarlo—. A mí no me molesta, con tal de no bailar con él.

—¿Y Vania dónde está? —pregunta Seth pasando su brazo por los hombros de su hija.

—Se quedó en la ciudadela investigando algo —responde enojada por no quedarse también.

—¿Bailarás con Aryana? —pregunta mi madre esperanzada.

—Todo esto es culpa tuya mujer —le recrimina mi tía despectiva.

—Ella no hizo nada, tía Por favor —defiendo a mi madre.

—No sabía que Cosmo tenía novia —comenta la señora Liora—. Laila, déjalo que baile con esa chica con tal eso no significa nada por los momentos.

 Miro mal a mi otra tía, pero me da igual. Nos acomodamos todos para salir por orden de naturaleza. Primero los dioses de la luz, luego los centrales que nada más son mi padre y mi madre, y por último los dioses oscuros que somos mi tía Laila, Tabitha y yo. Mi tío en sí, si es oscuro, pero como está muerto solo forma parte él de los dioses de la muerte.

 Al bajar las escaleras veo como Aryana se ve hermosa con ese vestido blanco; lo había mandado a modificar porque quería que resaltara, que se notara que ella es superior a todas las mujeres que había conocido, ella es todo lo que quiero para mí. No lo tendré fácil con mi tía y algunos aliados que esperaban que sus hijas me conquistaran.

 Al empezar el primer baile con Aryana, recibí muchas miradas de asombro ya que el primer baile simboliza la unión y lealtad con dicha casa o familia, y como siempre bailaba con cualquier mujer de mi familia significaba que mi lealtad iba exclusivamente con mi familia. Empezó el baile de las demás parejas y yo me dirijo con Aryana a la gran mesa con algunos familiares ya que Marte y Venus, Seth y Tabitha están en la pista de baile.

—Aryana, me da gusto encontrarte aquí —expresa mi madre abrazando a Aryana antes de que se pudiese sentar.

—Es bueno verla señora Eva —contesta tímida.

—Disculpa si no me pude presentar la otra vez que nos conocimos —se lamenta—. Hijo, me llevaré a tu novia por un rato.

 Se lleva a Aryana al final de la mesa para hablar qué cosa, no sé. Mi padre en ese momento toma asiento a mi lado.

—Tú también me vas a juzgar —digo a la defensiva.

—No soy nadie para juzgarte —agarra una copa y un sirviente se la llena—. Me alegra que hayas encontrado la felicidad, claro, a expensas del enojo de Laila.

—Ella se preocupa de que mi elección perjudique al reino —digo un poco preocupado.

—Eso sucederá si dejas que te afecte —da un largo sorbo a su copa—. Eres fuerte y has mantenido a este reino estable por un largo tiempo y en peores condiciones que escoger a una mujer común.