Capítulo 3 |versión 2019|

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— ¿Y esto?

Lucas me acaba de traer una rosa. Esa es la parte obvia. Lo que tardo en comprender es el motivo, pues hoy no es nuestro aniversario... tampoco mi cumpleaños.

—Planeaba dejártela en la mesa junto a la nota. Encantado lo hubiera hecho pero tú no quieres que sepan que andamos y... o sea hubiera llamado la atención y...

—Pero sí dejaste la nota.

A la que terminé rompiendo y tirando a la basura...

—Bueno, no era una prueba tan obvia y- ¿En serio estamos teniendo esta conversación?

—No era necesario —aviso mirando la flor—. Digo... Ya lo arreglamos...

—Empiezo creer que no te gustan las flores. Siempre te dejan indiferente.

¿O sea que sólo pretendía impresionarme? Y me encantan las flores pero no cuando vienen de gente con malas intenciones. Si no supiera la clase de persona que es, las cosas que puede llegar a hacer, me estaría derritiendo por el gesto... tal como lo desea. Y él podría burlase y alcanzar sus metas.

Aún no se me olvida que esta mañana me conmovió con un pedazo de papel y no puedo permitir ni un error más. Tengo que echarle más ganas o termino perjudicándome a mí misma.

— ¿O es que sigues enojada conmigo?

Ay, lo está malinterpretando. Tampoco quiero dejarle la impresión de que sigo molesta por la escena de celos. Al contrario, prefiero que enterremos el suceso.

Junto el valor de disminuir la distancia existente entre nosotros, mientras mi mirada se muda en sus labios. Mis sentidos se ponen en alerta por la cercanía, el corazón enloquece como si esto fuera la gran cosa... Estoy a punto de besarlo, no significa nada. Siempre es lo mismo... Quizá si Lucas no besara tan bien, esto no me estaría sucediendo... Pero sus roces...

Casi retrocedo a último momento. Temo no poder controlarme al sentirlo pero me consta que no puedo evitar las muestras de cariño y despertar sospechas... tiene que pensar que siento cosas por él. Tengo que demostrarle que no sigo molesta.

Un leve jadeo de su parte traiciona las ganas que tiene de unir su boca con la mía. Debe estar hirviendo al notar que pospongo el momento. Le pongo fin a su tortura cuando atrapo su cara entre mis manos y lo atraigo hacia mí. El acto apasionado que imaginaba se torna en un baile delicado y lento, tan placentero que no sé a quién le atormenta más... Sí, la maldita sensación de placer se hace presente como las otras veces. Con cada segundo que transcurre, menos ganas tengo de parar.

Son las hormonas; una excusa que retumba en mi cabeza cada vez que pierdo el control. No puedo atribuirle a él todo lo que despierta en mí cada vez que nos besamos. Es mi cuerpo inexperimentado y ansioso quien lleva la culpa. Lucas no puede tener este efecto en mí... Me niego. Hago amago de apartarme y no me sorprende que me lo impida, que me envuelva en sus brazos y coloque una mano en mi nuca... Su boca se adueña de la mía, usa las técnicas exactas para convencerme que igual no tiene nada de malo seguir... A quien trato de engañar, soy la primera que necesita creer que no tiene nada de malo seguir. ¡Porque me encanta esto!

La falta de aire nos interrumpe y, estando ya a salvo de sus labios, puedo tener la fuerza de resistirme a otra... ronda.

—Cada día me enamoro más.

Qué mentira más bonita. De esas que le habrá dicho a su ex antes de engañarla. De esas que yo misma escuché antes de que Eric me- La diferencia es que a él le creí, fui una estúpida y pagué muy caro.

—Te confieso que... hubo un momento en mi vida cuando deseé no volver a hacerlo.

¿Qué?

— ¿Qué hacen ahí parados? —interviene una voz; es cuando me percato de que volví a besuquear a mi novio sin tomar en cuenta que podrían atraparnos mis padres

El primero en la lista © |COMPLETA| VERSIÓN DEFINITIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora