Capítulo 4 |versión 2019|

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Llevo unos días trastornada debido a esa conversación que tuve con mi novio, ¡es que no puedo seguir así! Más allá de las dudas que tengo respecto a su comportamiento y sus palabras, está esa sensación que conozco perfectamente y que sólo surge cuando alguien me importa. Me estoy preocupando por él. No puedo pensar en otra cosa y no puedo tranquilizarme, la mejor manera sería... saber que Lucas resolvió sus problemas. Y se supone que me da igual todo lo que tenga que ver con él. No debe afectarme que sus padres no se lleven bien y que eso lo termine perjudicando...

Por fin suena la campana, poniéndole fin a la última clase de hoy. Puedo irme a mi casa y llenar mi tiempo con cosas productivas, quizá distraerme de una vez por todas. Sobra mencionar que una cita con mi novio está fuera de mis planes. Voy a ponerle la excusa más barata que encuentro: no me siento bien.

De pronto veo a Mónica a lado de mi pupitre, ya lista para partir. Parece que hay alguien más ansioso que yo de salir de este lugar.

— ¿Me acompañas a la biblioteca? Ya es hora de recoger datos para el proyecto.

— ¿Cuál proyecto?

—Últimamente andas en otro planeta... —comenta tras un corto silencio— No dejes que... ya tú sabes qué interfiera con el rendimiento escolar.

No protesto porque es un consejo bien merecido.

—Es más complicado de lo que pensaba... —pienso en voz alta

—Sólo tienes que echarle ganas, entregar los trabajos a tiempo, estudiar para los exámenes... y claro, antes que nada, prestar atención en clase. Ya sabes cómo se hace. Tienes que esforzarte un poco para volver a tu ritmo...

—No me refería a eso.

Una vez recogidas mis cosas, dejo el asiento y nos ponemos en marcha. Pospongo la plática hasta que salimos del salón y logramos zafarnos del alboroto que se crea en los pasillos durante cada recreo. Nos dirigimos hacia la biblioteca, al menos eso pretendemos, cuando una escena nos hace detenernos bruscamente.

Megan y un chico están besuqueándose en uno de los rincones menos frecuentados. Hasta aquí, nada extraño.

Intercambiamos miradas y concordamos que debemos alejarnos antes de interrumpir su momento íntimo.

—Ese era...

—Él mismo —completo—. El tipo al que utilicé para poner celoso a Lucas.

— ¿Estás pensando lo mismo que yo?

— ¿Que todos son unas ratas?

—Que estuviste coqueteando con el novio de tu amiga.

— ¡Yo no sabía! —me tomo una pausa para calmar mi tono— Pero a él no le molestó coquetear con otra mientras tenía pareja. ¿¿¿Por qué todos son así???

Toma mi mano y la aprieta; sabe muy bien que los malos recuerdos son la causa de mi estado. A veces quisiera que me borraran la memoria. No basta liberarse del dolor. Hace meses que el dolor se fue, olvidándose llevarse el rencor que me envenena el alma. La desconfianza que gobierna mis actos. No obstante, esa misma desconfianza me protege de una nueva decepción. Me hace inmune a los intentos de Lucas y otros imbéciles que vayan a acercarse a mí.

Pero Megan no está a salvo. Parece que le dio otra oportunidad al amor.

—Tengo que advertirla antes de que sea demasiado tarde.

—Espera el momento adecuado, ni se te ocurra hacerlo delante de él.

—Claro que no. Vamos a la biblioteca, tenemos un proyecto pendiente.

El primero en la lista © |COMPLETA| VERSIÓN DEFINITIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora