Vivo con el miedo constante de que Megan y Bruno se harán cómplices y usarán todos los medios para destruir lo mío con Lucas. Él ya me enseñó una vez que no amenaza en vano y ella... pues, con lo que le hizo a su ex, quién sabe de lo que es capaz.
Pero cada vez que trato de arreglar yo misma los problemas que creé, siento que todo saldría aun peor. Mi sinceridad dejaría atrás el desastre. A veces me parece que uso como excusa los otros problemas de mi pareja y que en el fondo yo no quiero salir de esta relación. Simplemente no quiero sacarlo de mi vida. No me hago a la idea de que tengo que sacarlo. Qué pena que eso de hacerse el tonto ante los sentimientos no funciona para arrancarlos de raíz.
Hay días cuando sólo quiero imaginar que empezamos como cualquier pareja normal, cuando quiero disfrutar sin importar cuales sean los riesgos. Pero me cuesta. Más allá del miedo de salir lastimada, me veo lidiando con la culpa. Yo le fallé.
— ¿Cuándo terminas con él? —la insistencia de Mónica me saca de mis pensamientos
—Si me quedé callada la primera vez que me hiciste la pregunta, fue por algo. ¿No crees?
—Te enamoraste.
No trato de negarlo. Debería hablarle de lo que en realidad me agobia pero no creo que vendría con consejos. Sólo tendría más motivos para insistir. Aunque sé que quiere mi bien, es hora de que deje de hacer esto.
—Mira... Voy a seguir con Lucas como si nada hubiera pasado. Y quiero que respetes mi decisión.
Sus ojos entrecerrados, esa mirada amenazante... No es sorpresa verla así.
— ¿Cómo te hago entrar en razón?
Ladeo la cabeza de un lado para otro, mostrándole que no tiene caso que siga con lo mismo. Que ni siquiera desgaste su energía...
—Sé que puede ser peligroso pero... Sabes, Eric era un patán como novio. Lucas es- tiene todo lo que quiero en un chico. Todo. Y aunque quizá esto es demasiado bonito para ser verdad, el balance inclina a su favor y estoy dispuesta a jugármela.
—Estás loca —dice seca—. Te lavó el cerebro. Te robó ese corazón que debía ser intangible. Todos tus esfuerzos se fueron a la mierda.
—No voy a discutir.
Por un momento se queda helada, viéndome. Luego, sin soltar una sola palabra acerca de sus intenciones, empieza recoger sus cosas. La observo boquiabierta. Se me hace que está exagerando y me incomoda que lleguemos a tener problemas por no poder estar de acuerdo con ciertas decisiones personales.
— ¿Ya no vamos a estudiar?
—Me quiero ir a mi casa —apunta; no volvemos a cruzar miradas ni una sola vez, lo evita a toda costa.
Ah, perfecto. Que haga lo que se le pegue la gana.
Poco después se sale del cuarto sin siquiera despedirse. Me muerdo el labio inferior mientras batallo con las ganas de llorar. Al final me desquito con una almohada a la que la arrojo contra la puerta ya cerrada.
. . .
El lunes por la mañana, Lucas y yo ingresamos al colegio llevados de la mano. Es la primera vez que lo hacemos desde que decidí no ocultarnos más. Para mí es como un nuevo comienzo, cada paso que doy por los pasillos representa un paso más lejos de la farsa que construí durante los primeros meses.
Debo admitir que me daba curiosidad saber cómo se lo tomarían y, tal como lo sospechaba, hay alguno que otro murmullo, comentario, mirada. Algunos me ven con lástima. No olvidan que supuestamente Lucas le fue infiel a su ex y ya me ven como la próxima víctima. También hay quienes me miran con envidia. Vaya.
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El primero en la lista © |COMPLETA| VERSIÓN DEFINITIVA
RomanceNicole no quería volver a enamorarse, menos de alguien a quien todos en el colegio tachan de infiel. Pero en vez de alejarse, ella lo ve como un reto; un reto que consiste en ignorar sus propios sentimientos, romper el corazón de ese chico y consegu...