Capítulo 7 |versión 2019|

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Abro la puerta con cuidado y encuentro a Lucas sentado en la orilla de una camilla. Su cabeza está agachada y su mirada perdida en el suelo. Sus manos descansan en sus rodillas y en una de ellas se pueden notar unos golpes. No es nada grave pero aún no encuentro alivio. Su posición no me permite ver qué hay en su cara.

Abro la boca con intención de saludar, sin embargo no pronuncio ni una palabra. Las lágrimas se acumulan en mis ojos hasta el punto de nublarme la vista. Ese pedazo de su conversación aun retumba en mi cabeza. Parpadeo para quitar el ardor y otra vez trato de hablar.

—Hola.

Mi murmullo es casi incomprensible. Aunque es suficiente para llamar la atención... y ganarme una mirada que parece querer matarme. Está molesto —tan molesto que mis lágrimas pasan desapercibidas.

También me percato de que tiene una herida en el labio inferior y un moretón en el pómulo... No me gusta verlo así. Bruno no debió responderle... ¡Pudo haberlo ignorado! ¿Qué ganaron?

— ¿Cómo te sientes?

— ¿Me estás engañando?

Freno mis impulsos a tiempo y en vez de mostrar que me ofende, me limito a ofrecerle una respuesta educada.

—No.

No insiste. Vuelve a mirar el suelo y no parece importarle que el silencio se adueña del lugar. Ni siquiera parece dispuesto a tener una conversación. Luce... No puedo dejar las cosas así, menos después de saber que su ex le fue infiel. Tiene que saber que yo no lo hice, me niego dejar que pase por lo mismo... Bueno, si es que de verdad le importa y le afecta una infidelidad de mi parte. Me atrevería decir que sí. Luce pésimo. Además no pudo quedarse tranquilo cuando escuchó el rumor...

¿Qué me pasa? ¿Acabo de preocuparme por lo que vaya a sentir? ¿Por qué siento este afán de sacarlo de este estado?

— ¿Por qué no me crees?

—Te creo. Es sólo que... Sabes, después de lo de Megan, no quise dejar de creer en el amor. Al contrario, quise encontrar una persona que me mostrara que no todo estaba perdido, que no todas eran iguales. Me negué generalizar y perder la esperanza.

En cambio yo sí pensé que todos terminarían haciendo lo mismo que Eric.

—Apareciste tú —añade; bajo la cabeza al instante—. Cedí muy rápido y me fui enamorando. Me dejé llevar hasta que la intensidad de mis propios sentimientos le abrió paso al miedo. No lo pude evitar. Más de una vez me pregunté si había sido buena idea entregar mi corazón, si tú terminarías haciéndome lo mismo. Sé que suena horrible. Es muy injusto de mi parte, tú no tienes la culpa de lo que ocurrió en mi relación anterior.

Así como él no tiene la culpa de lo que me hizo Eric. Esto es lo que me diría Elizabeth.

—El día que vi a ese tipo coqueteando contigo... sentí que mi peor pesadilla se hacía realidad. Te hice esa escena de celos y cuando entendí que estaba exagerando, no había marcha atrás.

Si supiera que yo fui la que provocó a Bruno...

—Pero esta mañana volví a ser víctima de mis propias inseguridades. Me volví loco cuando escuché el chisme. Fui a buscar respuestas pero en vez de hablar, le pegué un puñetazo y... bueno, aquí estoy.

—No te estoy engañando. —necesito repetirle

O lo estoy haciendo pero no de la forma en la que él cree. Bueno, no es igual que una infidelidad y además puedo renunciar y hacer como que nunca pasó. Él no tiene por qué enterarse.

El primero en la lista © |COMPLETA| VERSIÓN DEFINITIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora