-Yo pagaré el rescate.
-¿Cómo?. ¡Es mucho dinero!.
-Tengo más del que podría gastar en mi vida así que no me importa en absoluto. Aún así, yo quiero algo a cambio.
-¿Qué clase de "algo"?.
-Cásate conmigo.
¿Cásate conmigo?. ¿Estamos locos o se ha puesto el mundo patas arriba sin yo enterarme?.
-¿Belle?. ¡Oh, hermanita!. ¡Cuánto me alegro de verte!.
Salí corriendo hacia ella tan pronto la vi entrar en casa de nuevo. Pierre y mi padre venían a su lado. Supuse que la operación rescate había salido bien y no como esas películas americanas donde el secuestrador se queda el dinero y mata a la persona en venganza aunque en aquel momento, lo que más me importaba era mi hermana. La abracé con fuerza, recibiendo otro abrazo suyo en respuesta.
-¿Cómo estás,Belle?.
-No mal del todo. Pasé miedo al principio pero, aunque resulte extraño, nadie me trató mal en ningún momento.
-Ya eres libre-sonreí-.
-Creo que mi secuestro empieza ahora.
-¿Por qué lo dices?.
-¿Crees qué mamá nos dejará ahora hacer lo que nos de la gana?. Nos pondrá guardaespaldas y no nos dejará salir siquiera a la boulangerie de al lado.
-Ya..
Me encongí de hombros y fuí hasta la cocina con la excusa de ayudar a mi padre a servir unos refrescos para celebrar la llegada de Belle. Ella tenía razón: mamá, no la dejaría sola fuera de casa pero lo mío era otro asunto.
A mí no me iba a prohibir nada, ni tan siquiera contratarme un guardaespaldas y no lo haría porque yo había sacrificado mi libertad por la de Belle, mi poder de elección por el negocio de mi padre. Ninguno de ellos se merecía sufrir pudiendo tener yo la solución en las manos y esa no era otra que casarme con Pierre.
Él había cumplido con su parte del trato y ahora yo debía cumplir con la mía.
-¿Cómo estás, papá?.
-Bien-me sonrió-.
-¿Bien?. Te conozco lo suficiente para saber que estás pensativo.
-¿También tú dices que alzo una ceja?.
-No-reí-. ¿Mamá dice eso?.
Asintió con la cabeza.
-Aunque no te hayas guiado por la ceja, has dado en el clavo, Zara. Me preocupáis tú y Belle. Este secuestro ha sido extraño, muy raro, incluso ella dice que la han tratado bien pero no dejo de pensar en quiénes serán nuestros enemigos y en qué es lo que harán la próxima vez que os quieran hacer algo. Quizás la próxima vez no haya tanta suerte. Y luego está el asunto de Pierre Fave. No se como voy a ser capaz de devolverle el favor.
-Siento interrumpirlos. Tan sólo venía por si podía ayudarlos y he escuchado más de la cuenta sin querer.
El imponente y sexy Pierre, mi prometido en realidad, hizo su aparición estelar en nuestra cocina. Lo miré a los ojos por primera vez desde nuestro pacto. Tanta era la vergüenza que me daba que había estado evitándolo.
-No se preocupe, señor Fave. No es nada que no le haya transmitido ya a usted.
-Ya le he dicho que no debe devolverme el dinero. A mí no me supone ningún esfuerzo. La felicidad de Zara es mi mayor recompensa.
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Traición
RomanceEl matrimonio de Zara y Pierre parece ir viento en popa. A pesar de las circunstancias que los han llevado a él y los años de diferencia, parecen llevarse bien. Él es agradable con ella y ella le agradece todo lo que hace por su persona pero hay al...