Traición

Zara, mi vida

Me había enamorado de Zara el mismo día en qué la vi y no había sido precisamente el día del secuestro de su hermana. Había sido antes, meses antes cuando la vi caminar por los Campos Elíseos junto a mi cuñada. Ambas reían mientras Zara sostenía un ramo de flores en la mano.

-Crees qué le gustarán a mamá?-preguntó inocentemente a su hermana-.

-Claro que sí, Zara. Ya te he dicho una y otra vez que deberías confiar más en tí misma. Has hecho una excelente elección.

Ellas no se percataron de que las miraba y yo pensé en lo poco importante que podría ser en su vida. Ella no tenía pinta de llegar siquiera a los veinte cuando yo ya los había dejado atrás hacía tiempo. Su juventud y frescura estaban demasiado lejos de mi alcance pero aún así pude jurar en aquel momento que nunca jamás había visto a una mujer más bella y que, si de mí dependiese, no querría a otra a la que amar.

-Pareces ido. Has visto a un fantasma?-me preguntó Fabio cuando llegué al café donde quedaba con él todos los últimos viernes de mes-.

Fabio era mi amigo de la infancia, me caía bien y lo tenía en gran estima pero había algo que me incomodaba al hablar con él. Quizás fuese su manifiesto amor hacia mí o el hecho de que me besase cuando era un adolescente. En realidad no lo sabía pero me incomodaba. Sin embargo, no quería dejarlo de lado. Decidí seguir guardando la relación pero manteniendo las distancias. Sabía a ciencia cierta que él se haría ilusiones de ser más habituales nuestras reuniones.

-Estaba pensando en cómo poder darle largas a los inversores de Qatar. Sí te soy sincero, no me apetece pasarme meses allí.

Mi contestación era una preocupación real pero ver a aquella diosa pasear por la calle me había robado hasta el alma.

-Estás acostumbrado a viajar, Pierre. Qué son unos meses en Qatar cuándo apenas pisas París? Hoy he conseguido verte después de aplazar la reunión durante meses. Cuando no es Roma, es Barcelona y cuando no, Atenas. No entiendo a qué viene tanta preocupación. Te puedo acompañar si necesitas compañía.

Puede que la necesitase pero Fabio no era la compañía elegida. Necesitaría establecerme y dejar de ser un nómada? Por qué nunca había pensado en formar una familia y ahora sí??.

Me despedí de Fabio con la escusa de tener que cenar con mi madre. Siempre le daba escusas para pasar el mínimo tiempo posible a su lado pero cómo contarle que había visto a la mujer más bella del mundo si cuando cumplí veintidós años y le presenté a mi novia formal de la universidad se las arregló como pudo para que Paula, que así se llamaba, huyese y nunca más volviese a hablarme?. Y así con Ely y con Louise....
No era factible hablar de temas sentimentales con él y en aquel momento, sólo me apetecía hablar con el mundo de precisamente eso.

Meses después, conocí a Zara formalmente por casualidad y me las arreglé como pude para que se casase conmigo. Ella accedió por amor a su hermana aunque yo usé unas armas demasiado sucias de las que ahora me arrepiento.

Su cabeza reposa sobre mis hombros, su respiración es suave y calma, su entrega a mí fue apasionada y romántica y joder las cosas cuando nos encontramos en tan bello momento, me parece triste. Tres años sin apenas mirarnos para ahora que somos felices confesarle el secreto?. Sería malo no contárselo? Sería moral evitar decírselo?. Realmente mi mujer se merece eso?