El bestiario una bruja en París

cap 7

¿No ha cambiado de forma, verdad?- preguntó nino nervioso, después de todo, estaba a unos metros de una bestia que podría deborarlo con sus dientes.

-no, ha estado así desde que lo capturaron- dijo Adrien incomodo. Estar cerca de la bestia y que esta lo mirara todo el tiempo se estaba volviendo raro...una mala sensación.

-si yo fuera él, tampoco cambiaria de forma- comentó Alya pensativa. -después de todo, lo capturaron en contra de su voltuntad-

-¡oye!- se quejo Adrien un poco enfadado. -yo no sabía que ibamos a tener al cambiaformas, fue mi padre quien lo pidío-

-oh, lo siento Adrien...no lo sabía- se disculpó Alya, por alguna razón, Adrien se sintío pesar en su disculpa. Ella fue sincera.

-no...yo también lo siento- dijo Adrien avergonzado de haberse enojado. Alya solo estaba opinando.

Nino y los demás compañeros notarón que el ambiente se puso diferente. Nadie dijo nada después de eso. Felix entró poco después para llevarse a los compañeros de Adrien, Gorila los llevaria personalmente a sus casas. Todos se emocionaron al saber que viajarian en limusina.

Cuando Marinette paso a su lado, pudo sentir...esa extraña sensación...no era mala como con el lobo. Pero era desconocida para Adrien. El rubio la tomó del hombro con cuidado, Marinette sintío escalofríos y se dío la vuelta sonrojada.

-¡ah, yo lo siento!- dijo adrien nervioso, el también estaba sonrojado lo que sorprendío a Marinette.

-t-te veo en la escuela Mari- se despidío Adrien y Marinette también se puso nerviosa. Era la primera vez que veía a Adrien sonrojado y era tan lindo. Su corazón estaba latiendo como loco pero no pudo ocultar su sonrisa y felicidad de Alya.

-mmm-sonrío Alya interesada en lo que había pasado.

-vas a tener que contarme lo que ocurrío- dijo Alya tomando a Marinette del brazo para no dejarla escapar.

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Felix le comentó a su padre y Adrien sobre la reunión con los Selwyn este fin de semana. Su padre reaccionó con gusto y se retiró a su oficina.
Adrien también estaba contento y era facíl notarlo.

-nunca he conocido a una familia de magos...¿cómo son ellos- preguntó el hermano menor hacía su mentor. Felix y Adrien se habían unido más que nunca cuando su madre murío. No fue tan difícil, solo había 3 años de diferencia entre ambos.

-los Selwyn son talentosos, educados y mantienen su distancia como cualquier familia magica- Felix ayudaba a su hermano a recoger su habitación, aunque no estaba muy desordenada, solo había libros o lapices en lugares equivocados. Pero Felix siempre terminaba ordenandolos.

-además los gemelos son de tu edad, podrían llevarse bien- Adrien recordó a los albinos. Pensó que probablemente podrían hacerse amigos, le costaba hacerlos y...ser amigo de unos magos, era alucinante.

-lo intentare- dijo Adrien con positivismo. Felix sonrío y le dío las buenas noches a su jermano mientras acomodaba el ultimo libro en el estante. Se retiró a su habitación confiando en que su hermano se dormiría.

Más sin embargo, Adrien permanecía inquieto en su cama. Esta noche en especial había varias cosas que lo molestaban:

Una, que podía detectar su olor en su pijama y en sus sabanas. ¿Cómo sabía que era su olor?, ni él sabía, pero ahora sabía como era su escencia.

Dos, la herida del dedo donde comenzó una molesta picazón, se había extendido a toda su mano. Y por más que rascaba seguía ardiendo pero era soportable, así que no dijo nada. Y si empeoraba, mañana le diría a Felix o a Natalie.