cap 18

41 4 0
                                    

Alya había investigado, cada parte de su ser lo había hecho se lo había pedido a gritos. Investigar era su pasatiempo decían sus padres, pero ella lo veía como una pasión. Una necesidad de descubrir la verdad detrás de todo esto.

Tenía la radio encendida, en todos los canales había por lo menos una mención a esto, los periodicos lo tenían en primera plana, los chismes y rumores corrían como polvora, Alya había colgado partes importantes de esto en su pared, recortes, fotos, entrevistas y notas. Todo conectado por hilos de diferentes colores y tachuelas, uniendo todo esto.

Pero...

¡¿qué ocasiono todo esto?!

Se llevó las manos a la cabeza frustrada, ya lo había repasado pero no podía asegurarlo. El origen de todo esto era un misterio.

-demonios...- levantó sus gafas para tallarse los ojos cansados de todo esto. Aun no podía rendirse, esto era algo grande que no había pasado nunca.

Se estaba haciendo historia justo en este momento.

Y Alya quería vivirlo.

Quería ser investigadora en la magia, estudiar a cada criatura magica, sus componentes, sus limitaciones y alcances. Así que esto era un paso más a lo que quería ser de mayor.

Revisó las fotografías, se ajustó los lentes y miró una foto con más visibilidad, se trataba del cambiaformas que aparecío recientemente en la fiesta de los gemelos Selwyn.

"Demonios", Alya deseaba haber estado en esa fiesta.

Se trataba, por la pobre calidad de la imagen, de una pantera negra, de alrededor de un metro con setenta, un extraño cuerpo híbrido entre felino y hombre. Con los ojos brillando de un verde esmeralda.

La bestia aparecío después de la activación de la magia, como si hubiera despertado, en una casa de magos. Esto era curioso, había claramente un patrón pero Alya estaba olvidando algo.

._____.

El árbol se partío a la mitad, una tajada perfecta con una cuchilla. Kagami miró al objeto cortado con su reciente poseción. La espada que le habían obsequiado los Selwyn.

-kagami, vuelve a repetir el entrenamiento- dijo su madre sentada detrás del patio de entrenamiento.

-si madre- dijo ella con la misma seriedad, madre e hija no tenían una expresión en concreto, por lo que siempre mantenían un rostro y una postura difícil de leer.

Kagami se llevó la sastifacción de que la espada y ella se llevaban bien, como si se hubiera hecho solo para ella.

"La espada de tus ancestros"

La voz de aquella chica había vuelto a su memoria, se preguntó como había terminado en una colección de magos si había sido de los tsurugi.

Aunque hubiera sido eso, no podía negar de que su conexión con el esgrima se había hecho más fuerte. Cada golpe parecía cortar el aire, más veloz, más precisa. Estaba demostrando su potencial y lo probaría ante el mundo.

Cuando terminó su entrenamiento, se sentó juntó con su madre a descansar un poco. Respiró y llenó sus pulmones de aire fresco, bebío agua como si se estuviera quemando por dentro, había sido un entrenamiento arduo.

La señora Tsurugi estaba consiente de que Kagami había mejorado, sus movimientos eran veloces y efectivos. Por eso mismo la había puesto a entrenar más duro ahora, había incrementado de manera excelente su entrenamiento.

-madre...- dijo Kagami de repente, la señora Tsurugi asintió y levantó sus dedos de su bastón pidiendole a kagami que continuara. Por lo general, kagami y ella preferían pasar los descansos en silencio.

-¿cómo fueron mis antepasados, los tsurugi?-

La pregunta la meditó un rato la mayor de las Tsurugi. Era extraño que su hija preguntara eso, por lo general, kagami solo hablaba con ella de los entrenamientos, escuela o de ese chico, Adrien.

-¿por qué la pregunta Kagami?- respondío su madre. Kagami un poco nerviosa, le confesó que solo era curiosidad. En parte era verdad, la duda la había estado comiendo durante días, la espada que ahora portaba era prueba de que había algo más.

Su madre sujetó su bastón y habló con voz tranquila pero orgullosa de quienes eran sus ancestros.

-tus antecesores Kagami, eran guerreros y guerreras cómo tú, determinados y habilidosos en el arte de la espada. Fueron valientes en cada batalla que se les ponía enfrente...- kagami sujetó el mango de su espada con fuerza, remarcando una vez más, que esta espada fue hecha a su medida. -eramos guerreros Kagami, no lo olvides, tu portas su sangre y el apellido Tsurugi, combatimos frente a bestias debora hombres y demonios que amenzaban a nuestro hogar...- Kagami sintío un escalofrío recorrerle el cuerpo, un estraño sentimiento en la nuca la dejó inquieta.

-¿demonios?- repitió ella.

-las bestias magicas no son tan aterradoras en las historias ni en lo cuentos ¿cierto?, pero la realidad de nuestras leyendas es que eran demonios que amenazaron el mundo una vez...por eso el hombre los borró de su historia haciendolos desaparecer...- Kagami reflexionó esto ultimo, ¿de verdad les tenían tanto miedo que por eso los habían extinguido?. Al parecer si por que casi les funciona.

Casi...

Ahora que la magia estaba incrementandose otra vez, todos los seres magicos volverían a poblar la tierra, Kagami sintío un escalofrío recorrerle. En silencio se mantenían ambas, pero era una calma inquietante. Kagami se aferró más a su espada, preguntandose si tendría que volver a usarla después de siglos de estar guardada.

Kagami los descubriría pronto. Pues el lazo del cazador y el cazado era fuerte.

El bestiario una bruja en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora