cap 10

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Felix fruncío el ceño, sorpreñndido y confundido al mismo tiempo.

Tosió. -ustedes son muy pacientes- dijo finalmenta tratando de pensar con la cabeza fría. Hace 14 años a penas había nacido su hermano menor Adrien, ¿sera posible que desde ese momento ya los querían conocer?.

-no se imagina cuanto- contestó el niño, se acercó a un personal de la casa con bocadillos y tomó un par de pastelillos de crema rosa. Le ofrecío uno a Felix pero este la rechazó amablemente, a pesar de que esta situavión estaba fuera de lo que sabía, sus modales tenían que estar ahí. Además, era probable que el niño ni siquiera entendiera lo que estaba diciendo.

El niño alzó los hombros y empezó a comer ambos bocadillos para el solo.

-dime pequeño...- Felix trató de recordar el nombre del niño pero ahora se daba cuenta de que nunca se presentaron. -...disculpa, ¿tú nombre es?...-

-Jodan- respondío el pelinegro acabandose de una mordida sus pastelillos, sus mejillas ahora tenían crema rosa que Jodan limpiaba con su mano.

-bien, Jodan- repitío Felix. -¿podrías decirme por qué la familia de magos Selwyn nos invitó a esta reunión?- el rubio cruzó los brazos manteniendo una postura de defensa. El niño mantenía un cuerpo relajado y mirada aburrida. Como si supiera la respuesta pero le daba irritación decirla.

-la verdad...creo que si vas a la biblioteca podría explicartelo mejor- dijo el niño dando media vuelta ignorando que Felix iba a preguntarle algo.

"Que muchacho tan grosero" dijo Felix rechinando los dientes. No le quedo de otra más que seguir al niño.

._____.

El muchacho a su lado bebía su té elegantemente, su cabello blanco bien peinado con un traje formal para la ocasión. Sus ojos verdes como dos piedras de jade miraban a Marinette de una manera diferente.

La chica no se intimidaba del chico, desde el principio este fue amable con ella y le sirvío té y galletas. Aunque apenas había tomado un par de ellas y ningún sorbo de té.

Después de minutos de silencio, Marinette levantó la voz temerosa de lo que pudiera pasar. Como un ajedrez, donde tenía que planear bien cada movimiento.

-d-disculpe...- intentó decir Marinette. El gemelo Selwyn, como fue que el chico se presentó, levantó los ojos y Marinette no pudo seguir con su pregunta. El chico bebío otro poco de su té.

-¿haz oído la leyenda de la flor de la creación y la bestia de la destrucción?- preguntó este dejando la taza en el escritorio. Marinette parpadeó confundida y no respondío pero si sabía la respuesta.

"El cuento de hadas..."

El chico prosiguío con lo que iba a decir.

-cuentan que cuando la magia a penas le daba forma a los primeros seres que serían en un futuro hadas y humanos, estos estaban llenos de tantos sentimientos de experimentarlo todo por primera vez y el mundo solo era para ellos...- el chico le pidío a Marinette que continuara la historia pero esta tardó unos segundos en reaccionar. El chico río un poco y Marinette se sonrojo. No era una sonrisa burlona, era linda.

Marinette apretó los puños y trató de mirar al chico a la cara pero estaba nerviosa. Aun no sabía por que estaba aqui y cómo habían llegado a esto.

-los seres eran diferentes entre ellos mismos, así que empezarón a rivalizar y se dieron cuenta de que podían usar su poder para hacer daño...experimentaron el miedo y el odio...ahí surgío el encarnado de la destrucción, un ser lleno de esos sentimientos...- Marinette se tomó un respiró y levantó los ojos para mirar al chico y este le pidío amablemente con un asentimiento que continuara. La peliazul tomó más fuerza y pudo continuar mirandolo a los ojos.

-pero a la vez estaban tan llenos de esperanza que esos sentimientos de amor dieron como fruto al nacimiento de flores del mañana...cuando la bestia de la destrucción pasaba por un lugar...las flores florecían al mismo tiempo...- esta vez, el chico fue el que continuó.

-se dice que aquellos seres que causaban dolor a la tierra comieron de las flores...tanto de las que estaban por marchitarse, pues abrigaban esperanza de que esas flores lo salvarían de la destrucción...al final, esos seres terminaron muriendo, pero eso dejaba libre el campo recién cortado para que la vegetación creciera nuevamente, y las nuevas generaciones ya no tuvieran ese odio de sus antecesores...-

-es comó...- dijo Marinette en un susurro captando el interes del chico. -si cuando comieron lo marchito...trataron de areglar los problemas que habían hecho y así la nueva generación fuera un nuevo brote- el chico sonrío.

-es una manera de verlo...a mi me parece que todo tiene que morir para que algo nuevo nazca, no es algo malo...después de todo, la muerte trae el renacimiento- Marinette asintío y probó el té, un poco frío pero era bueno.

-gracias- dijo Marinette más tranquila. El gemelo negó con la cabeza.

-no, gracias a ti por haber venido. Te esperabamos aqui desde hace tiempo cómo puedes ver- señaló al escritorio o más bien a la foto de Marinette de niña.

-¿por qué tien?- nuevamente tenía un mal presentimiento sobre esto.

-de hecho, solo sabiamos de ti gracias a...- se calló el mismo como si no debiera haber dicho esto. -hoy en la noche necesito que vengas al jardín de atrás...hay una fuente de hadas...¿alguna vez haz visto una?- preguntó, Marinette ya no sabía que pensar de todo lo que estaba pasando. Así que solo negó con la cabeza.

-ah, ya veras lo lindas que son- contestó el chico mirando la fotografía de la mujer en el escritorio.

-no te preocupes, ya le avisamos a tus padres que estas aqui, así que no hay nada de que temer-

Marinette palideceo, al menos sabían sus padres donde estaba pero ¿qué tan cierto era eso?. No podía mentir, estaba asustada y las manos empezaban a temblarle. ¿Por qué la fuente de hadas, por qué en la noche, por qué había terminado aqui?

Nikolaj se dío cuenta de que no importara lo que hiciera, la chica tenía miedo. La verdad es que a penas la conocía en persona, pero lucía tan linda y temerosa. Miró a su madre en la fotografía y trató de recordar que hacía cuando su hermana lo consolaba cuando estaba triste.

Sacó unas piedras de su bolsillo y se las enseñó a Marinette, aunque esta no parecía entender por qué. Le pidío que pusiera su mano sobre las piedras y aunque dudo en un principio, lo hizó.

-ahora, espera...-Dijo el chico, Marinette rozó con sus delgados dedos la textura lisa de las piedritas. Era muy cuidadosa pero eso fue suficiente como para que empezaran a romperse lentamente.

Pequeños tallos de plantas empezarón a nacer, Marinette se recargó en el respaldo de la silla sorprendida. Largos y delgados tallos donde empezarón a brotar capullos que florecieron en solo unos segundos. Los petalos eran blancos, puros y bellos. Y en el centro eran de un color rosa brillante y hermoso.

Después de un silencio eterno y bello Marinette sonrío por fin.

-son hermosas...- dijo con ternura. El gemelo Selwyn asintío mientras los tallos y raices se enredaban en sus manos.

-¿de qué especie son?- preguntó ella con esperanza.

-son flores del mañana...más conocidas como las flores de la creación...- Marinette ahogó un grito de sorpresa.

-solo aparecen cuando el fin del mundo esta cerca- dijo Nikolaj oliendo el dulce olor de las flores.

El bestiario una bruja en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora