Vivir en ti | Albalia

Sentirte otra vez 1/2

Soy una pesada, lo sé. Pero esta canción en concreto sale en dos series que me encantan: 'Las Chicas del Cable' y 'Skam'. Así que, escuchadla.

12:23

La insuficiencia de aire captado por mis vías respiratorias acarreó con el agarrotamiento de mi sistema fisiológico, acción que conllevó mi parcial asentamiento sobre el banco más próximo.

Era tal el cúmulo de emociones que se arremolinaban en lo más transparente de mi moralidad que no sabría decantarme por mi estado psicológico actual.

Aunque, ciertamente, el espacio recorrido en los últimos instantes constaba de una trayectoria de, aparentemente, diez metros desde la entrada principal del multiusos donde se estaba llevando acabo el evento.

Me deshice de la sudadera que portaba como consecuencia del recién cúmulo de energía calorífica que se me estaba antojando verdaderamente asfixiante; acto que aportó una grata ayuda al proceso de estabilizar mi respiración con la habitualidad con el que el aire se filtraba por mis pulmones.

—Hola.

Me cago en mi puta estampa.

Girarme con tal de afirmar a mi conciencia la procedencia de aquellas cuatro letras era un hecho plenamente innecesario, aunque por el que me decanté por corresponder. Roté sobre mi anatomía para observarla con no sé qué puta expresión.

—No—me limité a pronunciar.

Soy gilipollas.

—¿No?, ¿No, qué?—cuestionó ella con un ápice de incomprensión.

Alba, ¿siempre se te forman esas arruguitas tan monas en la frente cuando preguntas cosas?

—No sé. No sé si debería alegrarme de verte o odiarte. No lo sé. Ni si quiera sabía si estabas viva.

Alba optó por un asentamiento conlindante y fue entonces cuando comprendí la necesidad por mi estado interno de apaciguarse. Ni si quiera dotaba de la fuerza de voluntad digna de sobrellevar el contacto visual.

—Natalia, no se me ocurre ni como empezar, me va a llevar tiempo explicártelo. Quiero que sepas que esto es un encuentro casual, no tenia ni idea de que estabas aquí. Yo... he pasado el peor año de mi vida.

No me das pena.

Presenciaba como la rabia se hizo hueco entre el cúmulo de sensaciones que aglutinada para llevar las riendas de mi moralidad.

—Ah, vale perfecto. Entonces de haber sabido estaba estudiando aquí no habrías venido a estudiar sabiendo que nuestras facultades están pegadas, ¿o qué?—recobré la comunicación visual. Seguía teniendo los ojos más jodidamente bonitos que jamás presencié. Ni presenciaré.
—Al revés. Llevo queriendo encontrarte mucho tiempo y estoy muy cómoda en esta universidad—afirmó en un intento de derrochar sinceridad plena—Pero bueno, ya que estás...
—¿Qué?—la impaciencia hizo presencia.
—Que si quieres hacer un trío. Conmigo y con mi novio.

Joder hostia puta mierda. Que hostias le pasa a esta loca del coño. Como cojones se le ocurre preguntarme algo así después de estar más de un año sin verla, será gilipollas.