Tres Oportunidades ✔

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23 de abril de 2016, 14:23

— ¿Respeto mutuo? ¿Es en serio?—una divertida sonrisa adornaba el rostro del muchacho.

Estaban en una heladería no muy conocida, en una mesa aparte del resto. Su vestimenta parecía salida de una película mala de detectives, pero al menos servía en su propósito, no ser reconocido por nadie. Louis lo pensó muy bien antes de venir, primero estuvo la clara y obvia opción de negarse, pero cuando alguien te manda fotos con una fingida cara triste, o más bien cuando Harry Styles te manda fotos así, no lo rechazas. Estaba loco.

A parte de que, si bien su objetivo de mantenerse oculto funcionaba, algo no cuadraba. Y era que ¿A quién se le ocurría ir a algo "discreto" con un Teddy coat? A Harry. También, cuando le dijo que llevara lentes oscuros, se refería a unos como los suyos, pero lo que veía mientras el otro devoraba una gran cuchara de helado era totalmente... él. Debía admitir que los lentes de corazón con marco rojo le hacían justicia.

De nuevo, en la realidad, se percató de las gotas de helado que rodaban por lo largo del vaso. Comió grandes porciones de helado antes que se quedara aguado, aunque luego, como respuesta, obtuvo un pequeño dolor en la cabeza producto del frio y velocidad con que fueron ingeridos. Se había quedado un largo rato sin responder. Era vergüenza posiblemente. ¿Por qué? Bueno, por un lado, seguía aquel bochornoso incidente que había ocurrido la semana previa. Y por otro, las burlas constantes de su amigo rubio.

Niall había despertado confundido en la casa del rizado. Cuando escucho los gritos de su amigo, fue en su ayuda. Y también pudo escuchar lo que hicieron la noche anterior.

Aunque Harry no les contó sobre los halagos hacia su persona, después de todo era un secreto. Que se reservó para él mismo. Sonreía mucho cuando los recordaba. Justo como ese momento, cuando el carraspeo del otro se hizo espacio en medio de tanto silencio.

—No sé de dónde sacaron eso. —evadió con simpleza, por supuesto que no le diría que esa tonta frase fue la tonta maniobra de su mismo equipo.

—Es que ellos no saben como me tratas, Lou—dijo con una voz aniñada mientras hacía un puchero. Que imagen.

Louis no pudo evitar sonreír.

—No hagas eso

Un cambio de expresión rápido es lo que obtuvo como respuesta. Y esa era una de las pocas veces que lo había visto tan serio.

—Bueno... Gracias por venir. —su voz sonaba como el tipo de persona con la que no quisieras meterte en líos, le daba escalofríos.

—Dijiste que era importante. —respondió como si el efecto que le producía fuera nada, solo de vez en cuando era bueno disimulando.

—Dime, ¿Has estado enamorado? —cuestionó sin tapujos, metiendo un buen bocado de helado con galleta, sin perder de vista cualquier acción del presentador. Viendo como su espalda se contraía mientras sus facciones se tornaban molestas. Tal como esperaba.

— ¿Qué clase de pregunta es esa? —espetó con una pizca de furia asomándose en la entonación.

—Soloresponde, no lo evadas. —contestó tranquilo, tomando una cereza en su boca. Talgesto no podía pasar sin pena ni gloria, claro que Louis abrió un poco más losojos, rodando los ojos después para no mostrar su evidente sorpresa. Soltó unbufido antes de volver a responder.

—No entiendo el empeño que pones en esas preguntas. ¿qué si lo he estado? Olvidas que tengo...

—Novia, si. Louis repites eso tan constantemente que siento que lo dices más para convencerte a ti que al resto.

—Dijiste que querías hablar. No venir a atacarme.

—Y lo estamos haciendo. —volvió al tono calmado, como si estuviera tranquilizando una bestia, o de alguna forma hablando con un pequeño y terco niño.

—Entonces ¿qué querías decirme? —se cruzó de brazos tratando de apresurar la situación en la que se encontraba.

—Sé muy bien que no cambiarás de parecer sencillamente—comenzó relajado.

—No lo haré—replicó Louis, con una actitud un tanto retadora, como solía ser cuando se sentía amenazado.

—Esto será lo último que te pido—prosiguió, posicionando ambos codos en la mesa, entrecruzando los dedos para poder apoyar su cabeza sobre estos. Como si hubiera adquirido más fuerza en tan solo segundos, Louis se sintió débil, como si sus pobres huesos se convirtieran en hule por algún hechizo o maldición. Definitivamente la ultima.

— ¿Él qué? —preguntó mientras su mano derecha se ubicaban detrás de su oreja, rascando inconscientemente en esa área.

—Dame tres oportunidades—pidió mientras deslizaba los lentes por su nariz, hasta llegar a la punta. Mostrando sus bonitos y suplicantes ojos esmeralda. Aunque, él juraba que solo transmitían coraje y determinación.

— ¿Darte tres oportunidades? —repitió sin haber capturado la petición, en algún punto se había perdido en la mirada de Harry.

—Sí, déjame demostrarte lo bello de vivir fuera de la jaula.

Louis lo miraba sin poder creer lo que decía. En un principio no iba acceder, pero quería demostrarle que estaba equivocado. ¿En qué? no lo sabía. Pero quería ganar. Sentía que cuando se trataba de Harry, era un perdedor en cada una de las discusiones o conversaciones que solían tener. No había duda, cuando de dejar al otro sin respuesta se trataba, él era un asco.

Además, estaba el hecho de que ellos no debían dar ningún motivo a la prensa para hablar sobre su relación, era más, él ni siquiera debía respirar cerca de donde Harry lo hacía. Sin embargo, su mente se iluminó. Si se mantenía en las sombras un tiempo, nadie lo notaria. Claro, era la excusa perfecta.

—Bien, te daré tres oportunidades. Pero si al final nada funciona, te alejarás de mí.

No, él no quería eso. Pero sentía que era la única forma, podía evitar los problemas y en el camino, apagar todo sentimiento hacia el que por tanto tiempo había sido su platónico.

Estaba bien, era el plan perfecto. Pero, ¿Por qué se sentía tan mal?

Harry lo miró por un momento, intentando leer su mente, analizando cada uno de los movimientos del otro. Tenía algo entre manos, se podía notar a simple vista. Pero el solo hecho de haber aceptado le daba una contundente respuesta. "Él está en una jaula". Luego más conclusiones llegaron.

"Él no lo ha notado pero, quiere salir"

"Él está asustado"

"¿Yo podría protegerlo cuando este afuera?"

Con un suspiro pesado y una brillante sonrisa, le extendió la mano al presentador.

—Deacuerdo. —y ambos cerraron el trato con un apretón de manos. Un trato que losdos necesitaban tanto. 

My Straight Boy (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora