Afrontando temores ✔

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Duérmete en un son

👞👟

En una oleada de mareos perdió su enfoque, justo en ese momento podía ver meticulosamente como cada pequeña gota de agua se deslizaba por la ventana, unas superando a otras, siempre terminando en el mismo sitio, desapareciendo en un punto no visible. No estaba muy seguro, pero en algún momento de su vida todo se sentía así. Todos estaban seguros de quien era porque veían todo lo que se les mostraba, mas, su verdadero yo se perdía en un lugar invisible que ya nadie quería recordar que existía.

Estaba a la deriva esperando finalmente caer a lo que sería su eterno descanso por lo que más quería, jamás se había sentido tan vacío como cuando todos se empeñaban en decir que él era la persona más afortunada del mundo. Ni siquiera conocía del todo a la persona a la que supuestamente amaba, no estaba seguro de quien era.

Porque en medio de una actuación de tiempo completo, su sonrisa se había convertido en el acto más solicitado y difícil de realizar cuando a lo lejos podía ver como todo él se estaba estropeando sin ayuda alguna.

Hasta que un pequeño y brillante fenómeno pasó, un arcoíris chispeante que se lucia en su esplendor. Entonces, comenzaron las cuestiones en lo profundo de su tan lastimada alma. Si alguien podía ser capaz de atreverse a salir y estar en su mejor momento, ¿Por qué él no?

Y pronto, como si todo hubiera sido escuchado por alguien supremo. El arcoíris de colores se acercó a él para tomarlo de la mano y sacarlo de ese lugar, la jaula de oro a la que había sido condenado a danzar sin parar hasta su fin o que la gente se cansara, lo que ocurriera primero.

Una vez afuera, el sabor de la libertad era casi tan dulce como la verdadera alegría que hacía de su sonrisa algo verdadero. Y por un momento, se sintió seguro, luego, acabo. Llegó tanto miedo a su corazón que sintió que el único lugar en el que estaría a salvo seria de vuelta en la jaula. Cuan equivocado había estado.

Saliendo de todos los pensamientos en su mente, puso su atención de nuevo en el hombre frente a él, estaba tan seguro que en un pasado, lo admiró demasiado. Ahora solo le causaba malestar, verlo con esas notables arrugas en la frente y esa mueca en la boca que parecía ser parte de su reacción a lo que había expresado.

― ¿Qué estás diciendo? ―repitió una vez más al no recibir respuesta alguna luego de un largo rato.

― Ya no quiero salir con Eleanor―espetó con suma seriedad en su rostro, sin inmutarse ni mostrar temor alguno. Casi ni podía reconocerlo.

― ¿Por qué? ¿Alguna discusión? ―cuestionó dejando el respaldar de su silla, acomodando ambos codos en la mesa, observándolo sin ocultar su desazón por aquello. Besmond no podría considerarse un iluso, pero llegó a creerse su papel del titiritero perfecto, tanto que había olvidado como se sentía ser confrontado por uno. De alguna forma, pensó que lograría hacer cambiar de parecer a su pequeña mina de oro.

―No, solo ya no quiero seguir con eso. ―no quería comprender lo que estaba sucediendo, estaba tan seguro de que Louis estaba amedrentado con todo lo que había pasado recientemente.

―De acuerdo, podemos sacar provecho de eso. Luego conseguiremos otra chica. ―dijo aun mostrando calma, siendo evidente de cómo veía cada oportunidad para poder sacar provecho de su miseria. Louis negaba con la cabeza mientras mordía sus labios y fruncía el entrecejo.

―No entiendes, ya no quiero eso. No Eleanor, ni ninguna otra. ―respondió firme.

―No estás diciendo lo que creo que dices. Sabes muy bien que eso no se puede. ―la sonrisa emitida con sus palabras, era tan falsa como ese viejo y feo peluquín que cubría su calvicie prematura.

―Ya estoy harto de todo esto. ―habló cansado de la situación tan tensa, hastiado de ver como aquella persona que llegó a ver como ejemplo, ahora se convertía en una vil escoria. Porque aunque había costado, las vendas en sus ojos se desvanecieron con cada lagrima del primer desamor. 

―Lo dejare claro, si tú haces eso. Acaba tu contrato, y nosotros nos encargaremos de que ninguna otra productora te contrate.

― ¿Cuál es su problema? Solo quiero poder ser yo finalmente. No hay nada malo en mí, ni en nadie que ha sentido lo mismo que yo, y estoy seguro de que muchos piensan lo mismo. ―aseguró con llaneza, tanto que dejó al otro boquiabierto por unos segundos. 

―Alguien te ha estado metiendo ideas erróneas. Louis, este no es un mundo para homosexuales. Solo las personas normales triunfan. 

―Tú tienes ideas erróneas, no continuare con esta farsa. No hay personas normales, solo personas. 

―Piénsalo. Si te hubiéramos dejado hacerlo hace años, hoy serias un desconocido. Un don nadie con gustos extraños.  

―Hace años, en verdad me lo creí. Pensé que ustedes se preocupaban por mí. Pero ahora se, que solo lo hacen por ustedes mismos. Me dan asco. ―escupió bastante iracundo.

La respiración de Louis se había distorsionado a tal punto que pensó que se ahogaría en esa gran oficina. Simplemente se paró y caminó hacia la puerta, seguro de su decisión. Ya no estaba dispuesto a jugar ese papel nunca más, justo en ese instante no tenía duda alguna de su elección.

―Si sales por esa puerta, ten por seguro que tu carrera estará acabada, no te quedara nada.

Él se detuvo en seco. Frunció el ceño y volteo a verlo. 

―En eso, estas totalmente equivocado. Aun tendré un hogar.

Finalizó y salió del lugar, temblando. Porque la cobardía había desaparecido, por un momento. Ahora estaba a la merced de las tormentas que se avecinaban. La libertad le sabía demasiado distinta a la primera que la había probado, en cierto aspecto se le hizo amarga. Aún era tiempo para retractarse, pero esa no era opción alguna que figurara en sus planes. No cuando contaba con las personas más importantes en su vida, no cuando solo bastaba con aquello, nada podría valer más que el apoyo de su familia, sus amigos, su corazón.

Y por primera vez en mucho tiempo sentía las cadenas resbalar de sus manos y de su desgarrado corazón, pobre y desafortunado, aun latía con sentido. Había sobrevivido a algo tan maligno, como lo que era arrebatarle la esencia de su ser, su vida, su aliento. Lo había hecho, una vez más.

Ahora, era tiempo de recuperar ese diamante que dejo en el polvo.

My Straight Boy (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora