Superación

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Papá: hombre de estrés incesante, feliz porqué al fin sus hijos son adultos, porqué ya hizo lo que tenía que hacer con ellos. Está lleno de orgullo el viejito.

En un punto de quiebre en su estabilidad emocional le dice a su esposa que le gustaría saber qué es lo que piensa su hijo menor respecto a su vida, es muy maduro dice él, y que le creo, se denota a flor de piel, le cuestiona:

-"no tengo idea de lo que quieres hacer con tu vida, te quiero, pero te conozco muy poco, a pesar de llevarnos bien. Conoces nuestra situación económica, incluso tienes que trabajar medio tiempo, y no me quejo, estoy por bien servido que como mínimo no me pides dinero para pagar tus facturas. Querías ser diseñador gráfico, pero estás estudiando informática, no sé si quieras seguir con lo mismo o estudiar otra cosa, de hecho, no sé si quieras ir a la universidad, el qué quieras hacer tienes que decírmelo, somos familia, ¿no?".

(Entra mamá a la conversación): "Quedes en la mañana o en la tarde en la universidad, tienes que buscar otro trabajo de medio tiempo. Que trabajes no significa no te dejaremos de apoyar. Tendrás más gastos. ¡Queremos que seas un maestro profesional!" -el hijo sólo sonríe de felicidad, al fin es consciente del verdadero concepto de: familia, y para sus adentros dice: "ya sé que estudiar".

El (ser yo) mismo me permite mi trascendencia como persona, y ser feliz, ser una luz más que constante entre el umbral abrasivo del ímpetu dolor inconmensurable, que sigue su vericueto con latigazos marcados en la espalda, yagas que ya no duelen y comienzan a cicatrizar, digo que es amor propio, causa del fervor amor propio que me tengo, causa del amor que me acoge, causa del amor que expía mis pecados, causa de todo y nada. Amigo mío, eres libre tus cadenas. Con amor...

Tú mismo.

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