Solía ocultarme debajo de mi cama, en el armario, correr detrás de los árboles e incluso hasta esconderme en el sótano, para que mi padre alcohólico no me encontrase y me diera una paliza sin razón aparente. Odiaba con todo mi ser el verlo borracho y escuchar el montón de estupideces que decía cuando el alcohol hacía efecto en su cerebro. Era un gran agobio aguantar todo eso.
Recuerdo haberlo visto llorar, haberlo visto enfurecerse por cosas insignificantes, haberlo visto feliz, divirtiéndose, cansado, harto y estresado, con y sin efectos del alcohol sobre él. Podría decirse que lo conozco más que de lo que se conoce a sí mismo. Es bastante extraño. Lo sé. Muchas veces me han entrado los pensamientos y las ganas de irme de mi hogar. Vivir solo, en algún lugar lejos de ellos, sin que me estén molestando. Quizá irme a otra ciudad, o vivir en un nuevo país.
Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar. Viajar.
Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar. Anhelar.
Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar.
Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar.
Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar. Resucitar.
Queriendo olvidarme de mi pasado, perdonándolo, para poder descansar y encontrar paz en mí, rehaciendo un nuevo capitulo en mi vida, para bien y no para mal.
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Aversión
Short StoryCohibido en una fúnebre y solitaria esquina de mi confort. Es ahí, dónde las llamas de una fogata engendrada por mis ganas y la voluntad de velar por mi propia vida se esfumaban. Son consumidas por una oscuridad inconmensurable. Es ahí, dónde me sie...
