4. Opciones.

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El pecho de la pelinegra subía y bajaba con rapidez, podía notar a kilómetros que estaba molesta, el cambio de sus bellos ojos celestes a un amarillo intenso, casi brillante, me lo confirmaba, podría saltar sobre nosotros en su forma salvaje en cualquier momento.

– ¿Y bien Jackson? Estoy esperando una maldita explicación.

– No siento que deba darte una – sin apartarse, protegiéndome– Becca es mi máxima prioridad y estoy en medio de una clase, le enseño a transformarse en lobo y como bien sabes, la ropa se rompe por completo.

– ¿Por eso también tienes que desnudarte tú?

– ¿Va a correr sola por el bosque acaso? Soy su guardián te guste o no.

– No, no me gusta. Hablaré con tu padre sobre esto, se supone que ibas a pasar el calor conmigo, ni siquiera me has marcado, no puedo salir de casa sola.

– No te veo acompañada.

– Me escapé para buscarte, necesitamos hablar.

– ¿No estamos haciendo eso ya?

– No te hagas el gracioso conmigo, iremos a tu casa ahora.

Uug... vaya temperamento que tiene la morenita.

– ¿Sabes qué? No eres mi mate, no estamos acoplados y definitivamente no te elegí como mi pareja ¿No crees que es una de las razones de por qué no te he marcado aún? A ti ni siquiera te gusto, te gusta mi posición y no toleraré que alguien como tú, un ser egoísta que disfraza su verdadera identidad de los demás controle mis decisiones – apretó los puños indignada– puedes ir a hablar con mi padre si quieres, no necesito una Omega para limitarme, sé cómo controlarme yo solo y ayer lo confirmé.

Esas son parte de mis palabras, se las tomó muy a pecho, pero en sí tiene razón.

– Tu padre no estará contento de que no sigas las reglas de la manada.

– No estoy rompiendo ninguna regla, si puedo controlar mi propio temperamento no necesito de una Omega como pareja, así que como verás, no necesito más de tu falsa "Contención".

– ¿Es por esa perra que me dices esto ahora? Antes bien que disfrutabas mi compañía – dando un paso hacia nosotros– antes de que ella pusiera un pie en este pueblo tú no pensabas de esa manera.

– Supongo que se dio cuenta de que no necesita correa linda – sonriéndole hice mi cabeza hacia un lado para que me viera– Jackson es un líder increíble y debería poder elegir con quien pasará el resto de sus días.

– No es su decisión – otro paso– No te metas en las conversaciones de pareja.

Garras. Sus malditas manos tenían garras y el pelo le estaba brotando por todas partes.

Santa virgen de la papaya, que esta no la cuento.

– No somos pareja y por favor cálmate, vete ya.

– Y busca una barbería, estás de lujo para ser la pareja de chewbacca linda.

Jackson hizo el ademán de sonreír, pero no tuvo tiempo antes de que un lobo de pelaje rojizo, grande y furioso saltara hacia nosotros. Sin mayor esfuerzo se interpuso entre ella y yo empujándola con la fuerza suficiente para hacerla caer unos metros más allá, sentí vergüenza de mi misma cuando chillé del miedo, su hocico estuvo muy cerca de mí.

– ¿Asustada castaña?

Sonriendo de lado observándome divertido.

– Sorprendida en realidad.

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