Instinto

27. Hogar.

Dejé a Thomas con los hermanos Hale, subí al Jeep y salí a toda leche en dirección al bar para saber qué joder estaba pasando y qué hacía Ryan ahí ¿Cómo llegó? ¿Cómo se enteró? ¿Qué joder quería? Tenía muchas preguntas que hacerle.

Bajé del Jeep siendo recibida por Lucas, el pobre me explicó un poco la situación, Jackson podría matar con la mirada al chico, no lo ha dejado moverse ni siquiera un centímetro, me contaba en lo que entrabamos y observaba la escena por mí misma.

– ¡Becca! ¡Demonios Becca! – corrió hacía mí rodeándome con sus brazos– Pensé que te habían matado, dijeron que te matarían, me sentí tan culpable que te he buscado por todas partes hasta que uno de ellos me dijo que aquí era donde vivías, eso fue hace bastante tiempo, me costó tomar valor y venir a probar suerte, creí... creí que te habían matado, pero aquí estás.

Jackson me observó de brazos cruzados alzando una ceja en mi dirección sin entender nada.

– Ryan ¿Quién te dijo que me matarían? ¿Cuándo fue eso?

Alejándolo de mi cuerpo.

– Hace meses, luego de que desaparecieras cuando te di... esa pastilla y nosotros en el baño... ya sabes.

Jackson rodó los ojos, ya sabía quién era.

– ¿Te dijeron que me matarían en ese entonces?

– Así es, por eso comencé a buscarte, me tomó mucho tiempo, creí que llegaría tarde, pero aquí estás.

Intentó abrazarme otra vez, pero lo aparte, esta no era una reunión alegre.

– ¿Tú sabías qué era la pastilla que me diste?

– Me la vendieron diciendo que debilitaba lobos y era alucinógeno para ellos, pero él estaba drogado ¿Por qué iba a creerle? Además, no es como si en ese entonces yo supiera que los lobos existían.

– ¿Tú sabes de los lobos?

Un humano sabía de nosotros, eso era peligroso. Como futura Alfa, debía evaluar que tan peligroso resultaba que él supiera esto y tomar una decisión.

– Claro, ellos me dijeron que se hacían llamar forasteros, viajé con ellos un tiempo creyendo que podía encontrarte, quería pedirte perdón.

Miré a Jackson con los ojos abiertos.

– ¿Tú sabes lo que soy yo?

– Eres una loba también, lo sé, y eso me da igual Becca, eres la chica que conozco desde siempre.

– ¿No que fue un polvo con un desconocido?

Mi enojado esposo caminó hasta nosotros, no estaba dispuesto a quedarse al margen.

– ¿Con un desconocido? – sonrió de lado– Claro que no, vivimos juntos un año – rascó su barbilla– algo así. Ella y dos personas más en el mismo departamento.

Jackson me observó, solo me encogí de hombros, ya mentí ¿Qué quería que le hiciera?

– Ryan, ya cállate, estás metiéndome en problemas.

– ¿Problemas por qué? ¿Quién es él?

Señalando al chico a nuestro lado.

– Es mi esposo, Jackson Hale, por cierto, estoy embarazada, así que te agradecería si mantienes tu distancia.

Mi chico sonrió, ya no se sentía excluido.

– ¿Esposo? ¿Embarazo? ¿De qué me perdí?