24. Lo quería todo

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Estaba tan ocupada preocupándome del resto, que no me percaté del lobo que saltó hacia mí con intenciones de morder mi cuello, era Leah y vino aquí para matarme. Uno de los vampiros cercanos, me empujó con la suficiente fuerza para cambiar el objetivo del ataque, al menos era mi pata delantera la lastimada, una mordida en mi cuello y terminaría bajo tierra.

– "Maldita seas perra"

Saltando hacia ella mordiéndola por todas partes, recibiendo los mismos ataques, ninguno mortal, pero podía apostar que sentía suficiente dolor para enlentecer sus movimientos.

– ¡Yo te ayudo Alfa!

Carmilla apareció de la copa de los arboles saltando sobre Leah, sujetó su cabeza y con un sutil movimiento, le rompió el cuello.

La perra estaba muerta.

Aullé de felicidad viendo a la maldita de Leah inerte en el piso, definitivamente llevaría su cadáver con la manada para lanzarla a la fogata juntos, ella no merecía ningún tipo de sepultura especial.

– ¡Hacemos un buen equipo!

Me transformé en humana chocando cinco con ella, Carmilla estaba tan eufórica como yo.

– ¡Yo sabía que una alianza era la solución! Gracias a ti, terminamos con una de los dos mayores problemas que teníamos.

– ¿El otro problema es su tía no es así?

Pateando al lobo inerte a sus pies.

– Así es. Cuando ella caiga, todo habrá terminado – observando a mi alrededor– mira a los forasteros, corren asustados, su esperanza está muerta.

– Hay tratados de paz, no puedes tomar las cosas porque te apetecen, es por eso que la manada de los Hale y mi clan Nix se llevan bien, respetamos las leyes y nos apoyamos en tiempos de crisis. Hace cien años, ellos hicieron lo mismo por nosotros, y sé que lo volverían a hacer.

– Sin duda Carmilla, mi manada estará dispuesta a ayudarte siempre que lo necesites, en la generación que sea.

Amablemente, estrechamos manos, volví a mi forma de lobo y subiendo a Leah sobre mi lomo, corrí con ella atravez del bosque llegando al centro donde la manada ya estaba reunida gracias a mi aullido.

– ¡Leah a muerto! –Adoptando mi forma humana– ¡Gracias a la ayuda del clan Nix, pronto podremos reestablecer la paz en nuestra manada! – todos celebraron euforicos– ¡Enciendan la fogata! ¡Quemaremos a esta traidora!

Estaba bastante herida.

Luego de dar ese pequeño discurso a mi manada, caí de espaldas siendo sostenida por unos fuertes, gruesos y morenos brazos conocidos.

Sonreí.

– Ya estamos por conseguirlo.

– ¿Cansada mi amor?

Cargándome como un bebé directo a nuestra tienda.

– Me mordió demasiado la condenada, déjame beber un poco de sangre y ya estaré como nueva.

– Por supuesto – Tomó asiento sobre la cama conmigo sobre sus piernas– bebe cuanto quieras preciosa que hoy celebraremos.

– Que delicia – lamiendo su cuello– desayuno a la cama.

Riendo.

– Para estar débil físicamente, estas de buen humor.

– Se acabó todo el problema de Leah ¿Quién no estaría feliz?

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