Seis meses, exactamente seis meses vivimos en el bosque, asustados, en constante peligro y también en constante cambio, convirtiéndonos en mejores lobos, más veloces, menos compasivos con el enemigo, matando junto al clan Nix sin titubear, viendo cabezas rodar, sangre chorrear, quemando sus cuerpos cada noche en las enormes fogatas que encendíamos para celebrar que cada vez habían menos de ellos y más de nosotros.
Fue muy extraño cuando todo acabó, la tía de Leah se entregó voluntariamente, pagó con su vida sus pecados contra la manada, con ellas muertas, los forasteros se marcharon lo bastante lejos y probablemente jamás volverían, la manada de los Hale era de temer, no querrían volver a entrometerse en nuestro camino otra vez.
Agradecimos a los Nix y celebramos una ultima vez cerrando el pacto de paz con intercambio de sangre, Daiana y Tyler nos dieron la oportunidad de cerrar el pacto en lugar de ellos, después de todo, pronto tomaríamos nuestro lugar como líderes, ellos llevan bastantes años en ello, olvidaba que los lobos no envejecen como los humanos, eso me recordaba por qué el abuelo Nicholas parecía un señor de unos treinta y tantos cuando ya cumplía más de cien, aun hay muchas cosas de este mundo que no comprendo, pero con los compañeros indicados... aprender no será tan difícil.
– Jackson ¿Dónde está la mamadera?
Revisando por toda la casa, las provisiones llegaron por la mañana cuando yo iba a dejar a Thomas a la guardería, él las recibió y las guardó en donde estimó conveniente, pero no lograba encontrarlas.
– Están justo en las puertas sobre tu cabeza, arriba arriba.
Señalando.
– Pero no alcanzo ¿Cómo planeas que pueda hacer sus mamaderas?
– ¿Para qué estoy yo preciosa?
Pegándose a mi espalda, rozando todo su paquetón por mi retaguardia.
– Eres un pervertido – moviendo mi trasero hacia atrás aumentando la fricción– tú no cambias.
– ¿No lo sientes? ¿Está en el aire?
Rodeando mis caderas con sus manos.
– Así es, comenzó el calor justo a tiempo – volteando entre sus brazos quedando atrapada entre su cuerpo y el mueble de cocina– ¿Aún quieres una familia numerosa?
– Yo sí ¿Cuatro hijos?
– ¿No crees que es demasiado?
– Nosotros fuimos muy felices.
– Bien, perfecto, que sean cuatro – quitándome la ropa– más te vale preparar la herramienta Hale, para que salgan muy guapos.
– Hemos practicado por semanas, ya somos expertos en el arte del sexo.
Con uno de sus brazos me levantó depositándome sobre el mueble, separó mis piernas y se coló entre ellas comenzando a desnudarse.
– No sabes cuanto me excita ver tus caninos fuera de esos apetitosos labios.
– Son más apetitosos durante estos días mi amor – lamiéndolos– te invito a probarlos.
– Acepto preciosa.
Acercándose a mí, lamió mis labios, comenzando a besarme lento, produciendo esos calientes sonidos cada vez que dejaba mi boca para volver a atacarla después, introduciendo su lengua en mi boca, tomando todo lo que podía entregarle mientras usaba sus dedos para estimular mi clítoris, calentándome más si era posible.

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Instinto
WerewolfFría. Arrogante. Intensa. Así es Becca Mitchel. Regresar a Raventown luego de un atentado en su contra y como consecuencia, su primera transformación. Volver al pueblo en pleno calor del apareamiento con muchos lobos solteros hambrientos de sexo...