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En una habitación de algun hotel barato, una sinfonia de quejidos y choques de piel gobernaban aquel cuarto.

-John...m-más...ah~- exigio esa chica candente el cual John se habia encontrado hace no mas de dos horas

-No...comas m-mas de lo que puedes masticar ah~- dijo aquel moreno con el cuerpo bien trabajado

-¡Jhonny Ah~!- grito la rubia, cuando John habia comenzado a penetrarla con mas fuerza

John se habia hartado de esa posición la rubia ya se habia divertido era el turno de Johnny

-Date la vuelta- le exigió John a la rubia, esta obedeció y se poso sobre sus cuatros extremidades.

Johnny ya se estaba aburriendo, Johnny queria jugar.

-Johnny...¿No vas a seguir?- pregunto la impaciente chica

-hay algo que quiero hacer antes- dijo el moreno para levantarce e ir por su maletín saco un artefacto muy curioso.

-John que trajiste?- le dijo la rubia muy curiosa y con la temperatura de su cuerpo disminuyendo

-Oh...solo algo para divertirme- Dijo John haciendo una pequeña pausa

Un fuerte golpe detuvo los suspiros de la rubia y aumento los del moreno, haciendo que el calor corporal de la rubia se centrara en su trasero

-¡¿Que te pasa?!- grito la rubia molesta

-¿Qué?, ¿no lo conoces?...se llama látigo preciosa- dijo John con una sonrisa algo sinica.

-¡Pero!, ¡¿Por qué me pegas??!- dijo la rubia incorporándose

-Oye solo fue uno, unos cuantos mas y te acostumbras-le contesto riendo

-Ni uno mas, ¡yo me largo!- se levanto y tomo su ropa

-Oye maldita zorra, ¿soportas tener dos pitos dentro de ti pero no unos cuantos latigazos?- le dijo John algo irritado por la reacción de la mujer

-¡Oye a mi me respetas imbécil!- dijo la rubia terminando de vestirse

-Estas en un hotel barato, con un hombre que conociste en un bar hace dos horas y...¿tienes el descaro de exigir mi respeto?-dijo John burlandose de la rubia

-pudrete- le dijo la rubia y se fue dando un portazo

John dio un pesado suspiro, todas las chicas con las que salia eran igual de sensibles, ¿acaso nadie le gusta un buen latigazo en el trasero?, aveces John pensaba que debia dejar su gusto tan exótico...pero luego recuerda que el es John Seo y el no esta mal, las personas lo estan.

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-Buen dia señor Seo-dijo el pequeño asistente de John.

Un joven de cabellos oscuros al igual que sus ojos, esta bien vestido, tenía una fina y delicada cara, aveces cuando John se aburria, imaginaba asu pequeño asistente vestido de muñeca su complexión y cara siempre lo favorecían en esa pequeña y algo extraña fantasía

-Buen dia Mark...¿que tienes hoy para mi?- le dijo John con un tono de pesades y sentándose en la comoda silla de su elegante y gran escritorio colocado en la oficina de un importante jefe directivo.

-Bueno señor, hoy tiene que ver al grupo de diseño, tiene una junta para el nuevo proyectó con los inversionisatas Tailandeses...

Whiplash | Johnyong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora