En una soleada mañana de Las Vegas, Lali se despertó lentamente, sin tener mucha idea de dónde estaba. Le dolía la cabeza y ni siquiera abrió los ojos. Su cuerpo estaba exhausto, pero aún no había recuperado todos sus sentidos. No podía recordar qué había sucedido la noche anterior y cómo había ido a su habitación. Con un poco de esfuerzo, abrió lentamente los ojos y se volvió tranquilamente hacia la cama. Sintió que su cuerpo chocaba ligeramente contra algo. Se sentó en la cama, sin saber qué estaba pasando. Se rascó los ojos y los abrió lentamente, girando la cara hacia un lado para ver en qué se había topado. Sus ojos se abrieron al notar a un hombre a su lado. Ella ni siquiera podía notar su rostro, solo lo vio boca abajo con la espalda desnuda. Ella no sabía lo que había sucedido, y ver a un hombre totalmente desconocido a su lado la hizo gritar de inmediato.
Se sobresaltó y abrió los ojos rápidamente, sentándose en la cama y al mismo tiempo, totalmente perdido. Parpadeó varias veces hasta que su visión volvió a la normalidad y escuchó el grito que le hizo palpitar la cabeza, detenerse de repente. Se llevó la mano a la cabeza y volvió a cerrar los ojos. El dolor que sentía era muy fuerte y probablemente tendría resaca todo el día. Miró a la mujer a su lado. Hermosa, pero totalmente desconocida. Esa embriaguez lo había hecho olvidar por completo lo que había hecho, pero esta habitación y el hecho de que estaba totalmente desnudo le indicaron mucho. Estaba tan asustada como él podía ver en su mirada confundida. Respiró hondo, no podía ponerse nervioso ahora.- ¿Que pasó aquí? - Preguntó con la sábana aferrada a su regazo, cubriéndose los senos.
- Bueno, analizando la escena, diría que disfrutamos mucho la noche. - Respondió frotándose la cara.
- ¡Eso es una locura! No recuerdo nada! - Dije poniendose nerviosa.
- No cuentes conmigo para ayudar. Yo tampoco me acuerdo.
- ¡Dios mio! - Se llevó una mano a la cara y dijo. - Eso es vergonzoso. Me acosté con un hombre que no conozco y ni siquiera recuerdo cómo llegué aquí.
- Sí, Las Vegas es una ciudad increíble. - Se levantó - Necesito ducharme, despertarme una vez y finalmente comenzar a pensar.
Lali lo vio completamente desnudo y se cubrió los ojos con las manos. Era guapo, pero se sentía demasiado avergonzada por la situación como para pensar en mirarlo con algún interés.
- ¡Cúbrete! - Ella exclamó.
- cubriéndose los ojos.
- ¡Por el amor de Dios, esto es hipocresía! - se volvió hacia ella.
- Después de lo que hicimos aquí, quién sabe cuántas veces, te quejas de que estoy desnudo, es demasiado.- Pero no recuerdo nada, así que todo esto es nuevo para mí. - volvió la cara hacía otro lado.
- ¡Dios mio! - Se giró hacia ella - ¡Mira esto! - Mostró su mano con un anillo de bodas.
Lali miró su mano y vio el objeto dorado, miró hacia abajo y vio lo mismo en su dedo. Abrió mucho los ojos y pensó que esta pesadilla era aún peor de lo que habían imaginado. Además de beber mucho y pasar la noche juntos, se habían casado.
- Eso fue mucho más allá de lo que imaginamos. - Comentó asustada.
- Solo quería saber lo que me dijiste para casarme contigo. - Se pasó una mano por la cara.
- Tengo mi encanto. - Él sonrió desde la esquina.
- Deja de burlarte de eso. ¡Es un asunto serio! - Presionó la sábana con más fuerza contra su pecho. ¿Cancelamos?
- Técnicamente consumamos el matrimonio. - Se rascó la perilla.
- Oh fuck! - Cerró los ojos.
- Pero cálmate, esperemos a que lleguen los papeles y decidimos qué hacer. - Se giró hacia el baño.
Se duchó y después de unos minutos, con la toalla atada alrededor de su cintura, él regresó a la habitación, viéndola todavía sentada, cubriéndose con la sábana.
- ¡Dios mio! Ni siquiera sé tu nombre. - Dijo al verlo entrar a la habitación.
- Si te hace sentir mejor, placer, soy Juan Pedro Lanzani. - Se presentó. - Soy un locutor de radio, tengo veinticinco años y vivo en Nueva York.
- Mucho gusto. - Ella suspiró. - Soy Mariana Esposito, tengo veintitrés años, soy una buena artista y casualmente también vivo en Nueva York. - miró hacia abajo y notó una marca - ¡Dios mío! Mira lo que hiciste!
Lali bajó un poco la sábana y mostró una marca ligeramente púrpura, denunciando claramente que era una mamada cerca de uno de sus senos, hecha por él esa noche.
- ¡Mira lo que hiciste! Se está quemando! - le dio la espalda y mostró los rasguños - Bañarse fue casi imposible con este pequeño dolor.
- Wow! - Ella miró las marcas.
- Cambiando de tema. - Él la miró. - Hay algo que me preocupa más de todo esto que el hecho de que no nos conocemos.
- ¿Qué?
- No creo que usemos condones. - Fui directo al grano.
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Amor por casualidad
FanfictionMariana "Lali" Espósito se sorprendió cuando amaneció junto a un hombre del que ni siquiera sabía el nombre. Aunque guapo, Juan Pedro "Peter" Lanzani era un completo desconocido y después de la noche que pasaron juntos en Las Vegas, ella podría esta...