Capitulo 37

894 32 1
                                    


- ¿Hola? - ella contestó el teléfono.

- Candela, realmente necesito tu ayuda. - Dijo directamente - ¿Sabes dónde está Lali?

- Sabía que llamarías, pero ella está durmiendo en este momento. - respondió con calma - Ella está aquí en casa y le di té y terminó durmiendo. No sé qué pasó entre ustedes, Lali no me contó nada, solo pidió para quedarse aquí por un tiempo hasta que logre arreglar su propio departamento.

- Entonces ella tiene la intención de mantenerse alejada de mí.

- Aparentemente sí. - confirmó - Déjala descansar por hoy, mañana hablaré con ella y te contaré cualquier cosa.

- Lali no puede huir de mí, a pesar de que no quiere verme, sigo siendo el padre de sus hijos.

- Lo sé, Peter. Mantén la calma. - preguntó calmadamente.

- Todo bien. - suspiró

- Hablaremos mañana, hasta luego.

- Besos. - apagó el telefono.

Peter se puso la camisa en su lugar y salió de la habitación entrando en la sala de estar y sacando el paquete de cigarrillos del bolsillo. Encendió uno y se lo llevó a la boca, lentamente expulsando el humo tratando de relajarse. No sabía qué hacer sin Lali allí y ahora estaba completamente consciente de que la amaba. Se acercó a la ventana y miró hacia afuera, recordando las veces que hacía esto mientras fumaba y Lali miraba televisión. Sin darse cuenta, en medio de sus pensamientos ya había terminado su cigarrillo y lo había puesto en el cenicero tomando otro después y encendiéndolo.
Permaneció allí unos minutos, luego subió a su habitación y se sentó en la silla del porche, todavía con el cigarrillo entre los dedos. Cerró los ojos, imaginando que probablemente en ese momento él y Lali estarían cenando y hablando sobre los bebés. Ahora la realidad era diferente, estaba solo como en el pasado, pero solo ahora se dio cuenta de lo grande que era ese piso. La presencia de Lali le dio vida a ese lugar y ahora todo parecía frío otra vez, sin el toque de alegría que le daba.

Después de un tiempo, sin darse cuenta de cuántos cigarrillos había fumado, se levantó desanimado, se duchó, preparó un sándwich y comió mientras veía un programa de entrevistas. Agotado mentalmente, se arrojó sobre la cama durante unas horas, antes de despertarse nuevamente para presentar el programa del amanecer.

Durante el programa, Peter se mantuvo muy serio, sin hacer las bromas típicas con su actitud tranquila. Obviamente, Daniel se dio cuenta de que algo andaba mal y decidió hablar con él tan pronto como terminó el programa. Al acercarse a Peter mientras bebía agua, colocó unos papeles sobre la mesa del equipo de audio y lo miró.

- ¿Qué pasó, Peter? Preguntó de manera profesional.

- Cualquier cosa. - respondió secamente sin mirar a su amigo.

- Está bien, no tienes que hablar, pero no puedes dejar que tus problemas personales interfieran con tu trabajo. ¡Sé profesional, Peter! - llamó su atención.

- Mira Daniel, ya no soy un bebé, no tienes que decirme qué hacer o qué no hacer. - tiró la botella de agua en un bote de basura que estaba en la esquina - Y tenga la seguridad de que mañana estaré mejor. - Salió de la sala.

No fue exactamente lo que sucedió. Durante el programa a la hora del almuerzo, Peter permaneció de mal humor sin hacer bromas y Tincho que había estado escuchando el programa fuera del estudio, se dio cuenta de que algo no estaba bien con su amigo, especialmente después de que Candela le dijo esa noche anteriormente que Lali pasaba tiempo en su departamento.

Dos horas después, Peter estaba en su oficina leyendo el programa para el día siguiente y Tincho entró sin llamar, acercándose a la mesa con expresión preocupada.

- ¿Que paso hombre? - Preguntó directamente haciendo que Peter levantara la vista.

- Cualquier cosa. - Volvió a centrarse en sus roles.

- Dile a otro, Juan Pedro. - se sentó en la silla frente a la mesa - Te pusiste de mal humor todo el día y ayer cuando fui a la casa de Candela me dijo que Lali estaba pasando tiempo allí. Es obvio que algo sucedió entre ustedes.

- Nosotros peleamos. - Dejó los papeles sobre la mesa y se recostó en la silla, frotándose la cara - Fui un idiota, no debería haberle gritado.

- ¿Y no hay forma de convencerla de que vuelva? - Tincho preguntó.

- Yo no sé. - Levantó la vista - Solo sé que la extraño a ella y a mis hijos.

- Estás muy enamorado, está escrito en tu frente. - Dijo Tincho mostrando confianza - Ve y habla con ella, discúlpate, creo que las cosas no pueden seguir así.

- Tienes razón, necesito disculparme. - Miró a su amigo - Y creo que ya sé cómo. - Se levantó a recoger los papeles - Necesito irme a casa, hablaremos más tarde. - fue a la puerta pero se detuvo con la mano en el pomo - ¿Y tú y Candela?

- Estamos muy bien. - respondió el amigo sonriendo.

Peter sonrió y salió de la habitación, Tincho había estado saliendo con Candela durante dos semanas y al ritmo de la relación, pronto estarían saliendo. Cuando llegó a casa, Peter arrojó los papeles en el sofá y fue directamente a la habitación a buscar la cámara digital. Esa sería la forma en que había encontrado para disculparse con Lali y en consecuencia, hacerla volver a casa.

Amor por casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora