capitulo 11

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La semana siguiente, Lali se levantó un poco mareada, pero pronto mejoró y decidió ir a su estudio. Trabajó todo el día y comió poco. Durante la noche, comenzó a sudar y a sentirse mareada. Su cuerpo estaba flácido y decidió levantar el teléfono para llamar a Peter. Lo llamó pero nadie respondió, la ponía aún más nerviosa estar sola y tenía miedo de levantarse y desmayarse. Lo intentó un par de veces más, pero su llamada no fue respondida. Ella continuó acostada en la cama respirando profundamente y terminó durmiendo.

Afortunadamente, despertando solo por la mañana, sintiéndome mejor.
Peter, levantándose en una cama que no reconoció al principio, miró a su alrededor y recordó la noche anterior. Había ido a una discoteca con sus amigos y se había acostado con la prima de Azul. Miró hacia un lado y la vio todavía durmiendo. Suspiró y se frotó la cara, intentando despertarse. Se sentó en la cama y luego se levantó, agarrando sus pantalones y sacando el teléfono celular que tenía en el bolsillo. Su intención era ver la hora, pero lo olvidó por completo cuando vio la cantidad de llamadas que Lali había hecho. Le preocupaba saber de su insistencia en querer hablar con él. Se puso la ropa interior y los pantalones y se sentó en un sillón en el dormitorio, respondiendo la llamada.

- Lali? - Preguntó tan pronto como escuchó la voz al otro lado de la línea.

- Hola. - Respondió ella.

- Vi tus llamadas ahora, ¿Te pasó algo? - Preguntó preocupado.

- Me sentí mal ayer, te llamé para ayudarme.

- ¿Ya estas mejor? - Se levantó de la silla, muy preocupado - Realmente no escuché sonar el teléfono celular, me siento terrible por eso. ¿Puedo irme a tu casa ahora? - Preguntó mientras se inclinaba para recoger su camisa - Para saber qué pasó y ver si todo está bien contigo.

- Si puedes. - confirmó ella - te espero.

- De acuerdo, no tardaré mucho.

Colgó apresuradamente su teléfono celular y recogió el resto de sus cosas, comprobó que todo estaba en su bolsillo y se fue apresuradamente, sin siquiera decirle adiós a la prima de Azul. Lali y el bebé eran más importantes y necesitaba asegurarse de que todo estuviera bien.
En quince minutos llegó a la casa de Lali y ella abrió la puerta, vestida con un vestido rosa claro sobre su camisón. Ella lo dejó entrar y luego cerró la puerta.

- Buen día. - lo saludó

- Buen día. - respondió él volviéndose para mirarla - Dime exactamente qué pasó, Lah. Quiero saber cómo te sientes ahora.

- Yo me siento bien. - respondió ella mientras caminaba hacia el sofá - Pero ayer empecé a sudar frío y sentir algo de mareo. Como tenía miedo, decidí llamarte. - se sentó

- Será mejor que vayamos al médico. - comentó - Para saber como  actuar en estos casos.

- Voy a hacerme otra ecografía en dos días, puedo preguntarle.

- Vamos juntos. - besó la mano de ella - Necesito irme a casa ahora, después del almuerzo volveré.

- Está bien. - ella sonrió levemente.

Lali pudo ver que Peter no había dormido en casa y se preguntó dónde había pasado la noche. No es que fuera asunto suyo, después de todo, solo eran amigos que tendrían un hijo. Sin duda Peter estaba con una mujer, en casa o en un motel. Le molestaba, pero ella pensó que era porque él era el padre de su hijo y debería ser más consciente de todo lo que le sucedió y no en la cama divirtiéndose con otra mujer, dejándola indefensa y sola en casa.

El día del ultrasonido, Lali estaba acompañada por Peter y ambos tenían curiosidad por saber si estaba esperando un solo hijo o si en realidad eran gemelos. Entraron en la oficina con bastante ansiedad y ella estaba nerviosa por saber el resultado de ese examen. El médico hizo las preguntas de rutina y luego le pidió a Lali que se acostara en la cama, donde le haría el ultrasonido. Peter la apoyaba, sería hora de averiguar si Lali esperaba o no gemelos. Él tomó su mano, pasando la seguridad y mostrando que no se alejaría de su lado por ninguna razón.

- Vamos mamá. - Dijo el doctor - Veamos cómo está el embarazo.

Después de pasar el gel un poco frío en el vientre de Lali, el médico pasó el dispositivo y miró el monitor. Peter no entendió nada, solo difumina, pero estaba encantado de saber que la imagen de su hijo estaba allí. Ella sonrió y miró a Lali, que también estaba sonriendo de emoción. Después de buscar por un momento, el médico sonrió y se volvió hacia los dos.

- Sí, felicidades, papás. - El doctor sonrió - Lali está esperando gemelos.

- ¿Gemelos? - Ambos preguntaron al unísono.

- Exactamente - confirmó - Simplemente no puedo decir el sexo de los bebés, porque todavía es muy temprano, pero hay dos, eso es seguro.

- Dos bebés ... - dijo Lali mirando en silencio a Peter.

- Nuestros bebés, Lali. - besó su mano - Aunque un poco asustado, estoy feliz.

- Yo también. - sonrió dejando fluir una lágrima.

Lali terminó de hacer la ecografía, decidió preguntarle al médico qué sintió la noche que estuvo enferma. Quería saber si era normal en ese momento del embarazo, porque ella y Peter estaban preocupados.

- Doctor, esta semana me sentí un poco mareada y débil. Me pregunto si esto es normal en esta etapa del embarazo. - comentó

- Es normal que la madre se sienta mal, especialmente al comienzo del embarazo, pero ya hemos notado que es propensa a la presión arterial alta debido al cambio en las hormonas, por lo que no es aconsejable aburrirse. - Explicó - Mejor aún, Lali, que tienes a alguien a tu lado la mayor parte del tiempo. No es bueno para usted estar solo, ya que puede sentirse mal en otros momentos y es recomendable tener a alguien que lo ayude.

- Puede dejarlo, doctor. - dijo Peter mirando al doctor - Lali no estará sola.

Salieron de la oficina y él la llevó al auto. Mientras conducía, pensó en sus hijos y en la salud de Lali. Se le ocurrió una idea, pero esperaría hasta que llegaran a casa para hablar con más calma. Mientras tanto, decidió comentar sobre el nuevo descubrimiento de sus vidas.

- Gemelos ... - sonrió - Soy bueno para apuntar, ¿no?

- Ah, Juan Pedro. - no pudo evitar reírse - Qué tonto.

- Dos a la vez, no para todos. - Dijo que se relajara.

Lali se rio más relajada. El miedo que había sentido al principio dio paso a la seguridad que sentía al saber que Peter estaba a su lado, listo para enfrentar las dificultades de esa situación. Era una madre primeriza, no entendía mucho acerca de los bebés, pero sabía que podía contar con él en cada situación. Juntos llegaron a esto y juntos harían lo que fuera necesario para que sus hijos pudieran crecer de la mejor manera posible. Ella comenzó a acariciar su vientre, imaginando a sus hijos creciendo dentro.

- En poco más de un mes, nuestra vida ha cambiado mucho. - comentó mientras conducía - En el fondo, no me arrepiento.

- No? Preguntó sorprendida.

- Ni un poco. - respondió sinceramente - Si sucedió, fue porque tenía que suceder. - Peter sonrió - Después de todo, voy a ser padre de dos hijos a la vez, estoy muy feliz.

- Yo también. - Apoyó la cabeza en el banco - Cuando descubrí que estaba embarazada, tenía miedo de decírtelo, porque no sabía cuál sería su reacción cuando supiera la realidad.

- Pero ahora estamos contentos con lo que está sucediendo, y eso es lo que importa. - Él le sonrió.

Amor por casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora