Capitulo 27

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Al día siguiente, Peter se veía mejor y se afeitaba para verse mejor. Como había llegado un poco antes, buscó a Tincho y lo encontró en su oficina leyendo algo que debería estar en la agenda de su programa. Se acercó en silencio y se sentó en el sofá de cuero marrón en la esquina.

- Buen día. - Peter saludó a su amigo.

- Buen día. - Tincho levantó la vista - ¿Cómo te sientes?

- Mucho mejor, créeme. - respondió él y luego respiró hondo - Gracias por llevarme a casa. Recogí mi auto hoy antes de venir aquí.

- No te dejaría ir a casa solo, sería una locura en tu estado. - Puso los papeles sobre la mesa - ¿Y Lali?

- ¿Qué tiene ella? - miró a su amigo

- No le gustó la marca que vio en tu camisa. - Se reclinó en su silla - Pensé que iba a ser un desastre.

- Realmente lo hizo, pero luego lo decidimos. - sacudió la cabeza - No recuerdo mucho, así que no hice nada, ¿verdad? - Preguntó con inseguridad.

- Relájate, no hiciste nada.

- Qué bueno, me sentiría terrible. - se frotó la cara.

- Pero no es porque no haya estado con ninguna mujer que deba sentirse relajado, sino que debe sentirse terrible por la forma en que llegó a casa. - Tincho decidió llamar la atención de su amigo - ¿No se te pasó por la cabeza lo mucho que Lali se preocuparía por ti? Ella está embarazada, Juan Pedro!

- Lo sé, no tienes que recordarlo.

- Bueno, parece que no lo sabes. - Tincho se levantó - Peter, tú mismo dijiste que Lali estuvo enferma una vez y por eso se mudó contigo para poder tener a alguien que te ayude si es necesario ... - volteó a la mesa - Y ahora en lugar de cuidar de su salud, te emborrachas poniéndola nerviosa. - Se apoyó contra el borde de la mesa.

- No había pensado en eso. - Echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos.

- Pero soy tu amigo y lo digo porque creo que tú y Lali forman una hermosa pareja y también me preocupo por ella y los bebés.

- Intentaré arreglar las cosas. - se levantó - Hablaremos más tarde, Tincho.

Peter salió de la sala de su amigo reflexionando sobre lo que acababa de decirle y supo que Tincho tenía razón. Lali se había ido a vivir a su casa para tener a alguien que cuidara su salud y la salud de los bebés, pero él había hecho lo contrario. Tan pronto como terminó su reunión de agenda, se fue directamente a casa, con una propuesta en mente.
Lali estaba en la sala leyendo una nueva revista que había comprado al regresar del estudio. Se trataba de decorar habitaciones para bebés y estaba bastante distraída sin siquiera darse cuenta de que Peter había llegado. Se acercó lentamente y se detuvo con las manos en los bolsillos.

- Lah ... - la llamó suavemente.

- Hola Peter. - levantó la cabeza y le sonrió - Llegaste temprano.

- Es que quería venir antes de que empezaras a preparar la cena. - se sentó a su lado en el sofá.

- por qué? - Ella lo miró con curiosidad.

- Quiero llevarte a cenar. - él le tomó la mano.

- ¿Pero por qué? ¿Es el cumpleaños de alguien? - sacudió la cabeza.

- No, Lali. - comenzó a acariciar su mano - Es una forma de disculparme por lo que sucedió durante el fin de semana y también para mostrar que estoy aquí para cuidar de su bienestar y no traerte más preocupaciones. - él besó su mano - Así que hoy no quiero que te canses de cocinar, quiero llevarte a un hermoso restaurante.

Amor por casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora