Capítulo 5

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-Gracias Sai eres un amor

-Bueno nos vemos Ino, te veo al rato, hola Temari, nos vemos.

-Bye Sai, wow que lindo conejito.

-No es un conejo Temari, es un oso.

-Pues parece un conejo.

-¡¿Dónde está?! –una molesta Tenten, se acercó a las dos amigas, quienes la quedaron mirando desorientadas, estaba que echaba humo.

-¿Perdón? –contesto Ino con gran duda.

-No se hagan ¿dónde está Hinata?

-No nos hablas desde varios meses, ¿y ahora te acercas así?, gritando, pero qué te pasa, tan siquiera buenos días.

-¡Déjense de tonterías! ¿Dónde está ella?

-Pues como podrás ver, ella no ha llegado, y a todo esto ¿para qué la quieres? ¿Qué no querías que nos alejáramos de ti?

-Eso Temari, precisamente eso es lo que quiero hablar con ella, mejor me voy, se me olvidaba que ustedes la protegen a capa y espada –Tenten se alejó molesta.

-¿y eso?

-¿Quién sabe?

En la entrada de la preparatoria estaba Hinata, esperando que el chico de cabellera rubia apareciera, pues no había podido regresarle el dinero que gasto por ella.

-Hola, Hinata ¿verdad? –su corazón comenzó a bombear con fuerza, su nombre en sus labios era un verdadero deleite, lo miro fijamente a los ojos con un gran esfuerzo de no caerse.

-¿Estas bien?, tu cara esta toda roja.

-Toma

-¿Qué es?

-E-es el-el dinero del sábado.

-Pero si me pagaste ese día, ¿lo olvidaste?

-Es l-lo que gastaste cuando me curaste.

-Descuida, eso fue por mi cuenta, no tienes que regresarme nada, o ¿es acaso no te dolió el golpe?

-Pe-pero

-Más bien, soy yo quien aún está en deuda contigo.

-¿En deuda conmigo?

-Sí, la verdad, gracias a que te lleve a tu casa, evite la asistencia a una fiesta a la cual no quería ir, además también estoy en deuda con tu hermana.

-No entiendo

-Gracias a su emparedado no pase hambre, además evito que sufriera un dolor estomacal

-Pe-perdona pero sigo sin entender.

-Mira así la dejamos, me tengo que ir, adiós. –No entendió nada, pero estaba feliz, había hablado con el como si fueran amigos, la vida le estaba sonriendo, ahora si tenía la oportunidad de ganarse su amistad y posteriormente su amor.

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Después de clases varios adolecentes se marchaban a sus casas, otros a cafeterías, mientras otros pocos a sus clubs, en la cancha oeste del instituto, se encontraba el club de futbol americano donde el entrenador realizaba actividades con sus chicos, al otro extremo de ellos se encontraban unas jovencitas que practicaban maniobras.

-¡Bien es suficiente por hoy!, ! Muevan sus traseros a las regaderas! ¡Y de ahí a sus casas!, buen movimiento Lee, vas mejorando.

-Muchas gracias.

-Pero que fastidio.

-Soy yo, o terminamos temprano hoy.

-Lo que pasa, es que hemos mejorado bastante.

ÍMPETU:  SOLO MÍO (NH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora