ÍMPETU: SOLO MÍO (NH)

Capítulo 18

La tarde estaba cayendo decorando el cielo con hermosos destellos naranja, en el cielo visualizo algunas pequeñas nubes que adornaban la vista, el vuelo los había dejado cansados agradeció a sus amigos por ser ellos quienes lo recibieran, después de darse un baño se recostó en la cama quedándose profundamente dormido.

Al día siguiente despertó con la ligera luz cubría su habitación, se levantó y cambio para dar comienzo a su día en el cual acompañaría a sus padres a asuntos importantes, posterior a ello se reuniría con sus amigos. Ya era tarde cuando regresaba al departamento donde se estaban quedando ya que habían vendido su casa, las calles transitadas daban prestigio de la gente que iba y venía. Estaba asombrado de lo rápido que había pasado el tiempo, se detuvo en un puente peatonal donde hace algún tiempo pensó en quitarse la vida, se sintió avergonzado por esa idea, un simple berrinche pudo haber arruinado su vida y la de sus seres queridos, de pronto la suave brisas se encargó de alejar ese recuerdo, siguió su caminata hacia su destino.

Entro al lujoso edificio, tomo el elevador hacia su piso cuando bajo del ascensor visualizo la figura de Shizuka saliendo con los ojos hinchados, había estado llorando. Se quedó ahí parado viendo como ella se alejaba lentamente por los escalones, pensó en acercarse para consolarla cuando dio dos pasos hacia ella, su madre salía de su habitación.

—Déjalo así hijo... no tienes nada que ver con esa muchacha, ni ella contigo. Ven ya es hora de cenar.

—Mamá, ¿Qué le dijiste?

—Hijo... será mejor que entres. Vamos ya es hora, me encargue de pedir algo sumamente delicioso. –Naruto no dijo nada se quedó quieto pensando que tenía razón, debía de demostrarle que ya no tenía nada que ver con ella, Shizuka debía entender que hablaba en serio, ante el silencio su madre lo tomo del brazo para meterlo.

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Por primera vez tembló de miedo y angustia, siempre creyó que a ella jamás le pasaría lo mismo que a su compañera Salle, siempre disfrutaba del sexo salvaje pero esta vez era diferente, el hombre que tenía en frente era guapo siempre lo considero uno de sus preferidos, cuando estaba con él lo disfrutaba pero ahora su mirada estaba llena de frustración y enojo.

Ella estaba tirada en el suelo con una herida en la cabeza y golpes en su rostro, la había abofeteado en continuas ocasiones con una fuerza brutal, no le importó hacerla chocar con objetos y muebles. Sora se relamió los labios al ver su cuerpo tan bonito e inerme a pesar de que estaba sangrando, siempre le había parecido hermosa pero no se comparaba con la imagen de Hinata. Ella era una diosa digna de ocupar más que su cama, ahora estaba molesto por el rechazo de la mencionada, pensó en saciar esa hambre de su cuerpo con la prostituta de siempre, pero tenerla ahí ya no le generaba ni una seducción, solo infortunio ya que le recordaba que ella jamás estaría ahí.

La joven miró con horror a Sora quien sacaba una navaja de sus pantalones.

—¿Ya empiezas a llorar? Ja, tú la gran y sensual Minal, a la que nadie se le resiste, está llorando. Descuida preciosa no tiene que ser así.

—P-por favor no lo hagas, yo...yo si quieres vuelvo otro día ¡Ahhh!! -se quejó cuando la tomaba del pelo. —¡¡No¡¡ ¡Por favor no me hagas nada Ayyyyyyyy!

—¡Por que no eres ella! –Grito mientras la apuñalaba sin controlo. —¡¡Sería más fácil!!!

Las esperanzas de la joven cayeron junto con su sangre que se desbordaba por donde la navaja entraba, ya no pudo gritar, no pudo forcejear más, la razón la abandona perdiendo la vida en un instante.