•Capítulo 26•

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Aurora

Me despierto sedienta, miro hacia delante y Ezequiel sigue manejando.

- Tengo sed - mi vos sale rasposa siento como si fuera una liga.

- Justo ahora tienes que molestar - me dice y me mira un segundo y vuelve la vista al frente, frena de golpe y se baja, me siento cuando lo veo que abre mi puerta - vamos baja - no me muevo, por miedo a que me haga algo, me toma del brazo y me baja bruscamente - camina.

- No me hagas nada, por favor - sueltos unas lágrimas por el miedo, me sube a la parte de adelante de la camioneta.

- Mira, quiero que no hables y no digas nada, en la guantera hay una botella de agua - sin decir nada abro la guantera y abro la botella, y bebo - espero que no me causes problemas - bebo casi toda el agua cuando termino de beber cierro la botella miro al frente y hay unas patrullas, los policías nos hacen una seña para que paremos.

- No hagas nada estúpido, escuchaste - me aprieta fuertemente el muslo, donde seguro me lastimo más de lo que ya estaba, me sonríe y baja el vidrio.

- Hola buenas tarde, necesitó que me muestre los papeles de la camioneta y abras el baúl - dice el policía. 

- Si, como no oficial - le responde con una sonrisa, como si fuera la mejor persona del mundo, como si nunca haya hecho ninguna maldad en su vida, pero solo verlo así, me da asco me repugna su persona la mierda que puede llegar hacer.

- Señorita, ¿le sucede algo? - mis pensamientos quedan en la nada cuando escucho la voz del oficial, lo miro y no me sale nada, no se que hacer, en ese momento siento un apretón en mi muslo, y miro a Ezequiel.

- Emm sisi todo bien - el oficial parece que no me cree y cuando esta por decir algo Ezequiel se le adelanta.

- Esta un poco distraída por la muerte de su padre, estamos yendo a su velorio, me gustaría que ya nos pudiéramos ir - bajo mi mirada al piso, no quiero escuchar más nada de lo que sale de su boca, todo lo que sale de ella es mentira.

- Lo lamento tanto, ya se pueden ir y un ves más lamento la pérdida - se despide y Ezequiel arranca la camioneta.

- Te portaste muy bien, quizás no te trate tan mal - me mira con una sonrisa malvada.

Trato de quedarme a dormir otra vez, pero no puedo, siento que me mira, siento su mirada, abro los ojos y lo encuentro mirándome.

- ¿Cuánto falta para llegar? .

- No falta tanto, mira ya se puede ver el pueblo - me dice señalando unas casas que se ven. No pasa mucho cuando llegamos a una casa más alagada, que casi ni se ve, la tapa muchos árboles.

- Llegamos querida Aurora - dice y se baja, da la vuelta y me abre la puerta, me baja del brazo y me empuja hasta la entrada de la casa - espero que te guste tu nuevo hogar - dice abriendo la puerta, al entrar me encuentro con un sillón hay una mesita ratona, también una tele, hay unas escaleras que supongo que hay segundo piso al lado izquierdo esta la cocina y al lado de esta hay una puerta, siento como se para detrás de mi y pasa su mano por mi hombro, me trato de alegar, pero me lo impide.

- Podríamos estrenar la casa - dice dejando besos en mi cuello.

- No quiero, no lo hagas - le digo tratando de soltarme de su agarre.

- Quieta - me da vuelta quedando cara a cara, cuanto esta por besarme se escucha el sonido de su teléfono, el suelta un poco mis brazos y aprovecho ese momento para salir corriendo escaleras arriba, al terminar de subir las escalera me encuentro una venta, la intento abrir pero no se puede, veo que hay dos puertas, abro la primera y es un baño, que no tiene venta.

Aurora (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora