Aurora (corrigiendo)

•Capítulo 3•

Aurora

Cuándo me despierto y miro el celular noto que no tengo ningún mensaje de Miguel, me siento un poco ¿triste? no sabría poner en palabras lo que siento, no le doy tanta vuelta al asunto y me levanto a desayunar bajo las escaleras hasta el baño, al salir me encontró con mis hermanas tomo asiento y tomamos el desayuno juntas, yo eligió tomar un café ya les dije que me encanta el café, bueno como les decía me prepare un café y unas tostadas con mermelada de durazno. 

— ¿Qué les parece si vamos a lo del tío? — pregunta mi papá entrando en el comedor.

— Si — responden mis hermanas con entusiasmo, por mi parte no respondo.

— ¿Y vos? — me mira esperando una respuesta.

— Dale vamos — dice mi mama, la miro con desconfianza y parece que lo nota y vuelve a hablar   —. Si no te vas a quedar sola y eso no es bueno o no Fabián  — me parece un poco raro que mi mama me ínsita en ir ya que siempre que estamos juntas nos terminamos paliando, pero quizás esta intentando arreglar la relación y solo estoy algo paranoica.

Cuando mi papa esta por hablar lo interrumpo — okey voy a ir — mi mama me mira y me sonríe le devuelvo la sonrisa.

— Bueno, miren que a las 16:30hs salimos, nos vamos a quedar dos semanas, preparen todo — dice mi papa saliendo y yendo a su cuarto.

A las 13:00hs comimos unos ñoquis con tuco y carne picada, después de comer me bañe y prepare todo lo necesario en una mochila grande, después de eso ya estaba lista para ir a lo de mi tío. Todavía no tengo ningún mensaje de Miguel, ¿Le habrá pasado algo? No lo pensé mas y agarre mi celular, le escribo un mensaje pero ni siquiera le llega. Así que les escribo a mis amigas.

Les menciono que me voy unas semanas a lo de mi tío y ella me desean un buen viaje, les hablo un poco mas hasta que mi mama me habla. 

— Aurora ya tenemos que irnos — me dice mi mama —. Toma lleva a las perras.

— Bueno, vamos — les digo a las perras, salimos a fuera y las subo a la camioneta, ya esta todo listo y nos vamos a lo de mi tío. Bueno les voy a comentar como esta compuesta la familia de mi tío, es mi tío por parte paterno por surte mi tía es muy buena conmigo y ellos tiene tres hijos, dos niñas y un niño. con mi primo me levo bien, pero con mis primas no y mas cuando se juntan con mi hermana Blanca me hacen mi vida imposible. Después de un corto viaje de una 4h llegamos, nos bajamos y vamos a saludar.

— Holaa — saludamos todos.

— Hola — me saluda mi primo.

— ¿Qué hay de comer? — me muero del hambre.

— Facturas — mmm que rico.

— ¡Vamos a la pileta! — grita Blanca, me siento en una reposera que está afuera y me quedé mirando el cielo.

— ¿No te metes? — me pregunta mi tía.

— No se nadar — le miento.

Me mira no muy segura — Mm bueno, ¿me quieres ayudar en la comida?

— Bueno — le respondo feliz.

No me meto por vergüenza, no me siento segura con mi cuerpo y seguro mi hermana me va a molestar, así que lo que queda de tarde lo paso con el celular y hablando con mis amigas. Salgo un rato a caminar con los perros por el campo porque estoy aburrida, mientras ellas juegan con su pelota yo me siento bajo de un árbol mirando una la laguna.

Es escucho que las perras empiezan a ladrar como locas, las miro y le están ladrando a un chico muy lindo, tiene la piel un poco bronceada, el cabello es castaño claro, por lo que veo, es alto con un par de pecas en su cara.

— ¿Son tuyas? — me pregunta mirando a las perras.

— Si, ¿porque? — me pare y camine hacia el.

— Estaban asustando a las gallinas — me mira molesto.

— Uy bueno perdón ya me las llevo — lo miro mal, por lo bajo digo —. Pelotudo.

— ¿Dijiste algo?.

— No, ya me las llevo — agarre a las perras de sus collares  y me voy para la casa de mi tío, después de comer me fui a dormir.

*******

Me levantó muy temprano y como mis primos y hermanas están durmiendo, me meto a la pileta me pongo una bikini de color negro.

Está tan linda el agua que pierdo la noción del tiempo, hasta que escucho una voz que me habla levanto la mirada y me encuentro con el chico de ayer, tiene un cigarrillo en la boca se lo saca y me habla.

— Nadas muy bien — me mira sonriendo, salgo rápido y me tapó con la toalla lo miro mal y no le contesto, cuando estoy a punto de entrar a la casa lo escucho habla.

— Perdón por lo de ayer — me dice.

— Si como sea — le respondo borde.

— Empecemos de vuela, me llamo Ezequiel, ¿Y vos? — me estira su mano.

— Aurora — le respondo estrechando su mano.

— Un gusto Aurora — lo miro y cuando estoy a punto de responder se escucha.

— ¡Aurora! — grita mi mama de adentro de la casa.

— Perdón, me tengo que ir — y salgo corriendo para adentro de la casa, cuando entro mi mama se está riendo y me dice.

— Crees que es chico tan lindo podría salir con alguien como vos, no seas idiota y date cuenta — me lo dice con un desprecio en sus voz.

La miro dolida como es capaz de decirme eso es mi mama, siento que los ojos se me llenan de lágrimas, siento que no soy capaz de decirle algo y salgo corriendo escaleras arriba hacía la pieza en la que me estoy quedando, cierro la puerta de un portazo, me siento en un sillón que esta a lado de la ventana, miro hacia abajo y me encuentro con la mirada de Ezequiel me saluda moviendo su mano, con una sonrisa yo intento sonreír pero solo me sale una mueca y cierro la ventana después de un rato me quedo dormida.

Me despierto cuando siento que alguien me mueve, abro los ojos y me encuentro con mi papa.

— Ya está lista la comida — me dice con una sonrisa.

— No tengo hambre — le digo sin mirarlo a la cara.

— ¿Qué paso mi niña?.

— Nada — le respondo tratando de sonreír pero se da cuenta que estoy mintiendo, es el único que se da cuenta cuando miento.

— Decime que paso, ¿Fue ese chico? — me pregunta enojado.

— No, fue mama — le digo —. Pero tranquilo no pasa nada — le digo parándome del sillón.

— ¿Qué paso ahora?.

— Nada tranquilo, ya paso — le digo y sonrió.

— Bueno cualquier cosa me decís — me mira serio.

— Si tranquilo — le sonrió.

— Bueno vamos a comer — asiento y ambos vamos a salir pero el me detiene. 

— ¿No te quieres cambiar? — me mira de arriba a abajo y es ahí cuando me doy cuenta de que tengo la bikini todavía.

— Ay si me olvide que la tenia puesta — le digo riendo.

— Bueno, cámbiate y baja así comemos — me dice riendo yo asiento con una sonrisa y el se va cuando lo veo que ya cerró la puerta voy para el baño y me cambio, me pongo un short y una remera suelta. Cunado bajo ya están todos en la mesa, por mi parte no hablo, pero mis familia habla de un poco de todo en la cena.