Dangerous {Kim Taehyung} ©️

Capítulo 1:

Natasha's POV:
El ruido de la puerta principal hizo que me sobresaltara de mi cama. El corazón me iba a mil por hora, ¿qué había sido ese ruido?
Miré al otro lado de la cama, estaba vacío.
— ¿Otra vez?— susurré para mi misma llevando la mano derecha a mi frente.
Se oían los pasos tambaleantes de Taehyung en el piso de abajo, seguro que venía borracho, otra vez...
Salí de la cama y me encaminé al pasillo, quedando a la altura de las escaleras que conectaban ambos pisos. Ahí estaba él, tratando de caminar mientras se sujetaba de la pared, el olor a alcohol inundó mis fosas nasales. En efectivo, estaba borracho.
Bajé las escaleras cuidadosamente y caminé hacia él.
—Nat— colocó ambas manos en mis hombros— vete a dormir, yo puedo.
— ¿Pero tú te has visto? Estás que te caes
La mirada de Taehyung se posó sobre la mía. Su mirada estaba llena de frialdad y impotencia.

— Te he dicho que no quiero que me ayudes. Quiero que te vayas a la cama y me dejes en os de una jodida vez, ¿lo has entendido?
Asentí y subí las escaleras a paso ligero. Cada noche era lo mismo, pero al día siguiente era todo como si nada, por las mañanas Taehyung era la persona más romántica, delicada y cariñosa que podía alguien tener a su lado. ¿Qué le pasaba?
Me tumbé y apreté las sábanas fuertemente entre mis manos. El sueño se había desvanecido por completo y solo eran las tres de la mañana.
— Joder...—susurré exhausta. ¿Cuándo me podría dormir?
Oí unos pasos y segundos después sentí la cama hundirse a mi lado.
— Te quiero—susurró en mi oído mientras con una de sus manos pegaba mi cuerpo junto al suyo.
No respondí, simplemente apreté los ojos tratando de dormirme, pero no podía. Que el sueño no llegara me puso muy nerviosa.

— Si me quisieras no me harías esto—no me molesté en encararlo, simplemente mantuve mi postura.

Sentí els agarre de una de sus manos apretar mis caderas.

— Créeme cuando digo que te quiero—su voz ronca chocó contra mi nuca— te quiero como a nadie he querido.

—Entonces—me giré sobre mi mismo eje para darle la cara, aunque estuviera oscuro podía verle esos ojos brillantes que tanto me fascinan— si tanto me quieres no me trates de este modo.
No respondió, pero sentí como una de sus manos se posaba en mi mejilla para empezar a acariciarla.
Poco a poco se me fueron cerrando los ojos, por fin el sueño llegaba a mi.