Sorpresa

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Entro corriendo en la oficina juro que mi cuerpo se está revelando en mi contra, cubo corriendo al baño que utilizamos solo nosotras, aguanto, hago mucha fuerza, me contengo pero cuando llego al aseo meto la cabeza prácticamente dentro del aseo y vomito el desayuno. Juro por Dios que esto ya no es normal, llevo varias semanas así, voy a tener que ir al médico. Paso todo el día mareada, a las dos de la tarde le digo a Silvia que no me encuentro bien y que recuperaré las horas de la tarde en los siguientes días. Llamo a Sebas y le pido que venga a por mí.

- ¿Cómo estás enana?

- Me encuentro realmente mal.

- ¿Has ido al médico?

- No.

- Lya...

- Por eso te he llamado. ¿Me acompañas?

- Venga vamos.

Hace años que pago un seguro privado, no porque la sanidad pública no sea excelente, sino porque solo voy al médico cuando realmente no puedo controlar la situación y necesito rapidez. Entramos en la clínica y le pregunto a la recepcionista, me dice que tendré que esperar porque mi médico está con un paciente. Nos sentamos en la sala de espera, Sebas me mira, estoy mareada, me duele la zona baja del vientre y todavía tengo náuseas aunque no tengo nada que vomitar en la barriga. Tras cuarenta minutos de espera, el médico nos recibe, le comento que es mi hermano. Tras una breve charla y exposición del malestar que llevo acusando las últimas semanas el doctor me da un volante para que me hagan una analítica completa urgente, sangre y orina. Después de varios minutos de espera, me dicen que pase a consulta.

- Lya, creo que deberíamos hablar solos. - Me dice el doctor ya que mi hermano se apresura a entrar conmigo.

- ¿Es algo grave doctor?- Pregunta mi hermano.

- Creo que es un asunto que debo hablar con su hermana y ella debe decir si se lo cuenta o no.

- Doctor creo que me sentiría mejor si mi hermano estuviese presente.

- Está bien. Pasen. - Nos sentamos frente al doctor y Sebas me coge de la mano.- Veamos, en un primer momento las analíticas eran correctas así que he encargado unas pruebas mas completas, lo que le ocurre no es malo señorita Escudero. Lo que se observa en ambas analíticas es un aumento de la hormona GCH.

- ¿Eso qué quiere decir doctor?- Pregunta Sebas. Yo sé lo que quiere decir, estoy blanca, me mareo aun más, mis piernas tiemblan, estoy a punto de caerme y eso que estoy sentada en una silla.

- Su hermana está embarazada. - Noto que me caigo, la vista se me nubla. Noto la mira de mi hermana recaer sobre mí. Me desvanezco y caigo de la silla.

- Lya, Lya...- Es lo último que escucho. Me despierto en la camilla de la consulta, mi hermano está a mi lado.

- ¿Qué ha pasado?

- ¿Se encuentra bien?

- Un poco mareada.- Instintivamente me toco el vientre. Recuero lo que me ha dicho el médico.- ¿Es cierto?

- Si.

- Dios mio.

- Lya tranquila por favor.

- Creo que sería conveniente que se pasase por su ginecólogo y que le hiciesen una ecografía. Es normal que los primeros meses de embarazo las náuseas y los mareos estén presentes. Voy a llamar para verse la pueden atender ahora, si me disculpan.

- Lya ¿te encuentras bien?

- Esto no puede estar pasando.

- Parece que si.

Lolitas: LyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora