Despierto muy temprano y la primera visión que tengo me have muy feliz, es él, está conmigo, se le ve tranquilo, duerme profundamente. En ese momento confirmo que aquello es lo que quiero todos los días de mi vida, escuchó como Rubén comienza a llorar y ello nos llevará a que Vega lo haga también. Diego abre los ojos de golpe y se sorprende al verme despierta.
- Buenos días. Sigue durmiendo.- Le doy un beso en la mejilla y salgo dela cama. Cojo a Rubén y lo llevo en la cama junto a su padre, en el momento que lo he cogido en brazos ha dejado de llorar, cuando entro en la habitación a su padre se le ilumina la cara. - Buenos días, papá. - Le sonrío. - Voy a por Vega, no tardará en empezar a berrear, estaba despierta. - Lo dejo en la cama y vuelvo con Vega en brazos. Nos metemos en la cama las dos. La pequeña Vega va corriendo a los brazos de su padre.
- Buenos días, princesa.-Los miro embelesada. Mi móvil comienza a sonar.
- Dime, tate.
- ¿Estás sola?
- No, estoy con Diego y los niños, ¿qué ocurre?
- Escúchame, las huellas que se encontraron en el cuchillo coincide con unas huellas que también recogimos en la galería, era una obra que tenias en tu despacho. ¿Llegaron a entrar en el despacho?
- No. En el despacho había unas obras para tasar. Pero no recuerdo que llegasen hasta allí.- Me he sentado en el sofá y veo salir a Diego con los pequeños en brazos. Me mira esperando entender algo.
- Hay algo más Lya. La grabaciones e las cámaras de seguridad ya están aquí, Diego entra este medio día a trabajar, tendrá acceso a las grabaciones. Lo que quiero decirte es que hables con él, porque lo que se va a encontrar no le va a gustar.
- ¿Qué me quieres decir?
- Que hemos confirmado lo que me contaste el otro día. Pero habían dos personas en la galería, esta persona no sale en las grabaciones con suficiente claridad para poder identificarla. Lya son imágenes muy duras, por favor, antes de que entre a trabajar habla con él.
- Lo haré. Gracias tate. - Colgué el teléfono.
- ¿Quieres café?
- Si.- Llamé a mi madre.- Mamá, se que esto es pasarme pero, puedes venir a por los niños. Diego y yo tenemos cosas que hablar y...
- En media hora estoy allí.
- Gracias mamá.
- Solo quiero que arregléis las cosas de una vez.
Desayunamos tranquilos en la terraza y visto a los pequeños, Diego no entiende porque tenemos que hablar con tanta urgencia. Se que esta conversación va a ser muy complicada. Cuando estamos solos le pido que se siente en el sofá conmigo, le miro y siento que mi corazón se acelera, eso es buena señal, vuelve a latir como cuando empezamos, como cuando aquellos mensajes llegaban a mi móvil. Me levanto del sofá y voy a por agua tengo la boca seca, no se como voy a ser capaz de decírselo. Me apoyo en la encimera de la cocina para coger aire y lo siento en mi espalda, respira en mi nuca y comienzo a temblar.
- Podemos hablar después.- Me da un pequeño beso en el cuello.
- Diego...- Sus manos se meten debajo de mi camisón, roza mis pezones y se me escapa un gemido.
- No sabes cuanto tiempo llevo deseando tenerte así, eres mi perdición.- Me gira de golpe y me sube a la encimera. Abre mis piernas y se encaja en ellas, escabulle sus manos por mis muslos, los acaricia y tiemblo. Llega hasta mi sexo y lo toca por encima de la ropa interior. Frota mi clítoris. Abro la boca para soltar el aire contenido, cierro los ojos y me acerco a él.- Mírame Lya.- Los vuelvo a abrir y me pierdo en su mirada.- Quiero recuperar tus orgasmos.
- Nunca los has perdido.- Me besa, mete su lengua en mi boca y hace que se me erice la piel, presiona mi sexo cada vez con más insistencia.mis manos buscan la cinturilla de su pantalón, meto la mano y cojo su erección. Lo acarició y puedo notar como tiembla. Entre sus dientes se escapan gruñidos que me animan a seguir.
Muerdo su labio, me obliga a sacar la mano, y me coge en volandas. Me lleva hasta el sofá, se deshace de mi ropa interior y se pierde entre mis piernas. Noto su aliento, su lengua me tortura, esta arrodillado ante mi y nada me puede calentar más, su mirada, sus movimientos, me masturba hasta que no puedo más y estallo. Cuando se incorpora se lame los labios, demostrando las ganas que tenía de mi. Tiro de su pantalón y lo obligo a sentarse en el sofá, me siento a horcajadas sobre él. Comienzo a moverme, me frena y me obliga a mirarlo, veo mi reflejo en sus ojos y empiezo a encontrar esa parte de mi que creía perdida. Noto como mis ojos se empañan, me he quedado inmóvil, me mira de esa forma intensa, como si llevase esperándome toda la vida.
- Eres mi perfecta mitad. - Le sonrío.
Le beso, me muevo, busco estallar otra vez y arrastrarlo a él conmigo. No puedo apartar la mirada de sus ojos, quiero atesorarlo en un rincón de mi corazón para volver a partir de cero, para disfrutar de nosotros, para ser esa familia que tanto añoré desde muy pequeña.
- ¿Estás bien?- Me dio un beso en el pelo.
- Si. Tengo que contarte algo... - Ahora era cuando estas horas de paz y tranquilidad volvería a ser el caos absoluto. Comenzó a reí.- ¿Te ríes?
- Dime cielo, ¿no podemos tener un par de días una vida normal de familia?
- Ninguno de nosotros es normal, y lo que nos rodea tampoco.
- Te juro que si pudiese me encerraba en este apartamento con los niños durante un año.
- Créeme en cuanto te diga la verdad querrás salir corriendo
- ¿Qué verdad Lya?
- Hace dos noches en el hospital me vino un recuerdo de lo que sucedió en la galería. Verás, yo no estaba segura del todo pero se lo conté a Lucas y él lo ha confirmado con las grabaciones de seguridad...
- ¡Suéltalo ya!
- Sonia fue una de las personas que estuvo en la galería conmigo, de hecho fue la que...
- Esa hija de... ¿ella te mandó al hospital? ¿por qué coño no me lo habíais contado?
- Porque todavía estáis a la espera de que se celebre el juicio y no quería que esto te preocupase más de la cuenta.
- ¿Preocuparme? No sé, dime que harías tu, la desequilibrada mental de mi ex ha hecho daño a la persona con la que acabo de formar una familia y está criando a su hijo.
- Bueno dicho así...
- Voy a llamar a tu hermano para que me ponga al día.
- Espera... ella no lo hizo sola, había alguien más allí.
- ¿Quién?
- No, no lo sé... no logro recordarlo.
- Tengo que ir a comisaría.
- No. Quédate por favor. No me dejes sola.- La lágrimas brotaba de mis ojos.- No te vayas otra vez, por favor.- Supliqué.
- Sh... ven aquí.- Me abrazó.- No me voy a ir, pero déjame llamar para saber que está pasando.
- Está bien.
- Deberías acostarte en la cama. Venga te acompaño y cuando estés tranquila llamaré a comisaría.
Me tomé la medicación y supongo que en cuestión de minutos me quedé dormida, llamadme loca pero aun estando dormida noté como se iba. Cuando conseguí abrir los ojos escuché como mi niña lloraba, lo vi frente a la cama, vestido con su uniforme, esta era la normalidad que deseaba, este era el momento de paz que nos merecíamos, aunque era consciente de que ello no duraría mucho.
- Me tengo que ir.- Me dio un beso.- Tu madre acaba de llegar con los niños.
- ¿No puedes quedare?
- Lya...
- Solo quería intentarlo.
- María ha hecho algo de comer venga levántate.
Lo vi desparecer por la puerta de casa mientras me sentaba en la alfombra con mis niños y me inundó esa sensación de plenitud, pese a lo oscuro de toda la situación, pese a todos los cables sueltos que había me sentía feliz por primera vez en mucho tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Lolitas: Lya
RomanceCuatro mosqueteras, cuatro amigas de la infancia, cuatro historias de amor. Primera parte de Lolitas, una historia centrada en la amistad y la incondicionalidad de las relaciones. La primera historia de amor que te llegará al alma y te tocará el cor...