Todo menos ella... 💔🖤

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˗ ˏˋ Final bien pinches sadˎˊ ˗

El imperio Zarista le miró con tristeza, gruesas lágrimas salían de sus fantasmales ojos.

- Lo siento...- el espíritu desapareció, dejando al mexicano completamente solo.

En el piso del baño, flotando en sangre, estaba su querida esposa, lo que antes fue una larga cabellera estaba en llamas, de su boca entreabierta salía humo y su mirada... Su hermosa mirada estaba perdida en el techo.

Entre sus piernas, estaba su hija. México se acercó lentamente y tomo en brazos el cuerpo quemado de su pequeña.
Observo en trance su rostro, tres rayas diagonales de color blanco azul y rojo lo cruzaban, en el centro de su carita, un águila real de dos cabezas, que sostenía un cetro y un orbe con sus patas, rodeaba un rectángulo verde donde había una dalia negra.
Era muy hermosa, justo como su madre.

Lágrimas recorrieron el rostro del mexicano, mientras caía arrodillado en el suelo.

- No... No, no, no, no. ¡Despierten! ¡Por favor, despierten! ¡Ya estoy aquí!- su cuerpo se sacudía con violencia, las saladas gotas caían en los cuerpos sin vida de su esposa e hija.- ¿¡POR QUÉ!? ¡ELLAS NO POR FAVOR! ¡DESPIERTEN! ¡RUSIA! ¡RUSIAAAA!

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Muchos countrys se reunían en la ceremonia, la mayoría lloraba de arrepentimiento. Arrepentimiento por haber despreciado a Rusia, por tenerle envidia, por maltratarla, por dañarla; lastima que ya era tarde.

Estaban a los pies de un gran árbol, dónde ahora descansaban Rusia y su hija.
Asia y Europa se tomaban de las manos, deseaban haberle dicho a su protegida lo mucho que en realidad le querían.
Alemania lloraba en silencio, preguntándose si acaso la eslava hubiera estado con él, esto sería diferente.
Las amigas de la fallecida se abrazaban y sollozaban, anhelando ver la sonrisa de la hermosa mujer una vez más.

Y México... México solo estaba parado ahí, su alma se había ido con ellas. No sentía nada más que dolor.

Cuando la ceremonia concluyó. Uno a uno, los presentes se retiraron. El único que se quedó fue el viudo. Se sentó en el pasto, frente a la lápida que rezaba el nombre de su mujer e hija.

- ¿Sabes algo, mi reina? No me había dado cuenta de lo gris que es el mundo, tú lo coloreabas.- delicadas lágrimas se deslizaron por su rostro, mientras metía una mano en su bolsillo.- ¿Estás allá arriba con nuestra bebé, verdad? No te preocupes... Voy para allá.- en su mano izquierda ahora estaba un pequeño revolver, que dirigió con firmeza a su sien.- Te amo Rusia, te amo hija, juntos hasta el final.

Un disparo se escuchó, y el espíritu de un hombre y una mujer subieron al cielo, abrazando a su hija que no pudo conocer el mundo.

Ahora nada podría separarlos

Ay~ El amor ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora