¡VIVA RUSIA!

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12 de junio, 1990, en un apartado bosque, justo a medio día, cuando el sol estaba en lo más alto, el viento comenzó a soplar, agitando los árboles y arrastrando la nieve. Los animales comenzaron a correr, listos para reunirse en un punto específico, listos para recibir al nuevo Rusia...

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México caminaba tristemente por la fría nación, perdido en sus pensamientos de desesperanza; el buen URSS comenzaba a debilitarse, era cuestión de tiempo para que desapareciera y eso le dolía en el alma; era su amigo, uno de los mejores, si se le permitía decir.

Un pequeño destello de luz lo envolvió y de pronto se encontraba en un bosque, cuando alzó la vista para observar a su alrededor, se percató de que estaba perdido.

- Chingado, esto me pasa por pendejo.- inspeccionó lo que le rodeaba, intentando recordar por donde había llegado cuando un frío viento le azotó.

<<~Ve por ella~>>

Fue como un susurro, el susurro de una potente y masculina voz, volteó a todos lados, buscándole, pero lo único que encontró fueron árboles

- Veeeeerga, ya decía yo que ese té que me dió rojito olía raro.- el mexicano sujeto su cabeza con ambas manos mientras los nervios comenzaban a invadirlo.

<<~Ve por la niña~>>

- No, ni mergas- iba a comenzar a correr a la que el creia era la dirección correcta, pero un gran oso se atravesó en su camino.

<<~¡SOLO VE POR ELLA, CARAJO!~>>

- ¡Tranquilovsky, fantasmovsky! Voy por ella, namás estaba bromeando- comenzó a andar por donde florecian algunas margaritas y la nieve se derretía, siendo seguido muy de cerca por el oso.

Un espíritu de bandera negra, amarilla y blanca sonrió con satisfacción y se desvaneció.

El latino no sabía bien lo que estaba buscando, solía hablar con fantasmas pero ninguno le pedía favores tan directos. Poco a poco más animales se veian entre los árboles, grullas, ciervos almizcleros, ovejas de las nieves, búhos, incluso creyó ver un tigre. Todos se dirigían a trote a un punto específico.

Cuando el tricolor llego a una gran cueva, quedó maravillado, todos las especies existentes en Rusia estaban ahí, incluso había nerpas*, nadando en un pequeño estanque en el fondo.

Parecían esperar algo, miraban con atención el centro del lugar, guardando una distancia de al menos 4 metros de radio. Ninguno se movía, ninguno atacaba, solo estaban ahí, observando.

De pronto, y ante la incrédula mirada del único "humano" ahí, el suelo se resquebrajo, con un potente temblor, la grieta se separó, dejando un hueco en la tierra del que comenzaba a emerger un orbe.

La burbuja se elevó en el cielo con un brillo celestial, cuando alcanzó el punto más alto, todos se inclinaron, excepto el americano.

Poco a poco, el celestial cuerpo bajo al suelo recién arreglado y reventó. El llanto de un bebé inundó la estancia. Los espectadores se acercaron, las hembras se acostaron alrededor del recién nacido y los machos formaron una barrera alrededor de ellas. México solo pudo caer sentado en el suelo.

Ay~ El amor ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora