CAPITULO 8

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BY BILL

Maldita sea, el me vio, y ahora sabe que soy gay, podría jurar que hace un momento se me insinuó, o tal vez no, ah... no lo sé, tenía las mejillas levemente rojas, y al parecer yo también.

Marcus volvió y no pude defenderme de él, fui tan patético, jamás podré hacer nada por mí mismo... mi mente es un embrollo, sonreír tontamente es lo único que puedo hacer, pero con él, no fue una sonrisa falsa, esas sonrisas me nacieron desde lo más profundo, no sé qué es lo que tiene pero, quiero estar cerca de él, me siento muy bien cuando está cerca, dijo que era bueno el ser mi compañero de habitación, tal vez él se siente tan bien con migo como yo con él, tal vez... no, no, no... Bill basta, no debes caer nuevamente, recuerda lo que paso la última vez que lo intentaste, y no quieres que vuelva a pasar, es mejor llevarnos bien solo como amigos, eso es, solo amigos...

El agua caliente es reconfortante, es agradable sentir las pequeñas gotas que caen sobre mi cuerpo como si lo conocieran a la perfección, se moldean y caen como un roce que no para por un momento, me gustaría quedarme así por mucho tiempo, pero aun no acaban las clases, y además... Tom, estará afuera? O se habrá ido... bueno, eso lo sabré luego, acabo de entrar y no pienso salir durante un rato, el tiempo pasa sin siquiera darme cuenta, es tan agradable el agua caliente que me adormila sin notarlo, las palmas de mis manos ya están arrugadas por el largo contacto con el agua, así que mejor ya decido salir, el tomar una larga ducha caliente me hace sentir dormido, seco un poco mi cabello y me envuelvo una toalla en la cintura, quisiera dormirme pero aún tengo que volver a clases... si... clases...

El vapor de la ducha me marea, tardo un poco hasta encontrar la cerradura para salir, con los ojos casi cerrados salgo directamente a mi armario, saco un conjunto de unos vaqueros, una sudadera y una chaqueta obviamente todo negro, voy hacia mi cama y pongo allí mi ropa, justo cuando agarro la toalla de mi cintura para quitármela oigo un murmullo, me froto los ojos y los abro de par en par al ver a Tom sentado en la otra cama tratando de desviar la mirada y con las mejillas levemente rojas, me quedo de piedra al instante, había olvidado que Tom aún podría estar en la habitación, y yo a punto de desnudarme completamente en sus narices.

-l-lo siento- es lo único que alcanzo a decir no sin antes sonrojarme como loco por la vergüenza e inmediatamente agarrar mis ropas para cubrir algo de mi dorso desnudo dirigiéndome a el baño nuevamente.

-descuida, estás acostumbrado a estar solo, perdóname a mí por no haber dicho nada o por lómenos un sonido o algo- tan amable... y con esa sonrisa que hace que mis rodillas se aflojen, no puedo controlar todo lo que el provoca en mí.

-g-gracias... ahora... disculpa, voy a cambiarme- sin mirar atrás entro al baño rápidamente evitando el bochorno que sentía, me pregunto... que es lo que pensara el...

DULCE PECADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora