CAPITULO 5

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BY BILL

-uf...- estaba en el baño mojándome la nuca por el bochorno que acababa de sufrir, levante la cara frente al espejo viendo mi rostro aún muy rojo, recordando lo que había pasado después de que ese chico no apartara por mucho su penetrante mirada...

"era un tanto incomodo el sentir la punzante mirada del chico nuevo, yo por mi parte trataba de ignorarlo pero a pesar de ello no podía, de vez en cuando desviaba la mirada directo a su libro abierto pero era muy notable que tenía la mente en otra parte, no pude evitarlo y me le quede viendo por un momento, era diferente a todos, con sus largas rastas rubias sujetas en una cola, se había sacado su visera por respeto así que se podía apreciar mejor sus facciones, tenía un pircing en el labio con el que jugueteaba cuando me miraba, al apreciar esos pequeños detalles me descubrí con las mejillas ligeramente sonrojadas y de inmediato desvié la mirada justo cuando el volteo a verme nuevamente, lo que en un principio me pareció incomodo ahora me parecía... agrada.... No, pero que rayos pienso, me regañe a mí mismo por pensar en... cualquier cosa y no poner atención a clase, cuando anunciaron el receso de media hora solo quería salir al patio y distraerme y tomar aire pero una manada de chicas y chicos me lo impidieron haciéndome sentar nuevamente en mi pupitre, todos se amontonaron alrededor del chico nuevo... Tom... no me dejaban pararme y eso me cabreaba, me estire para ver qué es lo que hacían para alborotarse tanto y cierta frustración llego a mí al ver como varias chicas se acercaban al muy insinuantes con sus pequeñísimos trajes de puta..., una mano se posó en mi hombro sobresaltándome, era Andreas, no me llevaba muy bien con el pero éramos algo así como amigos de toda la vida, nuestras "familias" eran amigas así que fuimos "amigos" desde niños.

-vaya, no te parece lindo Bill?- y tuvo que hablar el gay de mi "amigo"

-te parece Andreas? Creo que ya estas coladito- me reí burlonamente, molestarnos, de eso se trataba nuestra disque "amistad".

-no me digas Andreas, me hace sonar como un viejo- demando algo molesto pero con esa boba sonrisa que ponía cuando me jodia en día con un comentario sin sentido o... algunas veces ciertos -a mí me parece que el coladito eres tú, con lo que no le quitabas los ojos de encima hace un momento, con lo que te cabreaste por el montón de chicas a su alrededor y como me das la razón poniéndote más rojo que un tomate, o me lo vas a negar Bill- con esas simples palabras había hecho que mi rostro ardiera, me había visto y se burlaba por eso.

-e-eso... yo...- no sabía que decir exactamente, estaba muy nervioso.

-tranquilo Bill, no se lo diré, pero, a ver quién se lo gana primero- diciendo eso ultimo siguió su camino atravesando el montón de chicas que había alrededor de Tom, Andreas las aparto y le tendió una mano con una sonrisa tan extravagante que me irrito, Tom lo miro por un momento y la tomo, Andreas sonrió victorioso y me hecho un vistazo con esa sonrisa arrogante por encima del hombro, no pude más con la irritación y salí totalmente cabreado"

Y yo ahora en el baño mirándome a mí mismo con las mejillas ardiendo, ya de por si había sufrido mucho con la revelación de mi homosexualidad y la decepción de mi primer "amor", ahora los insultos y acoso habían reducido a algunas miradas de asco y alguna que otra pelea, no podía dejar que pasara nuevamente, ya me había quedado en claro que el supuesto "amor" no existe.

-entonces... porque... yo...- de pronto la puerta del baño se cerró ruidosamente haciéndome voltear inmediatamente.

-M-Marcus...- tartamudee al ver a mi mayor acosador volver después de perderse casi medio año con un porte intimidante, el rubor desapareció dando paso a la palidez en cuanto se me acerco.

-vaya marica, parece que no me has olvidado- tenía una sonrisa siniestra que me intimidaba haciéndome retroceder instintivamente –hey, no te escapes de mí, al menos dame la bienvenida, o es que no me extrañaste perra?!- su tono de voz ronco era muy amenazante.

-b-bienvenido... Marcus- estaba que me moría de miedo, el me ganaba en fuerza obviamente, era una montaña andante, lleno de tatuajes para nada atractivos a la vista, tenía anillos de plata gruesos en las manos para que sus golpes fueran aún más letales, con el corte militar parecía todo un nací homofóbico que me odiaba por el simple hecho de existir.

-Mm... no me suenas nada sincero marica, esto amerita un castigo- trague saliva al imaginarme lo que venía, conociéndolo, no se contendría, maldita suerte que tenía- sabes, odio a los maricas como tú- el dolor de mi labio partido por el tremendo guantazo que me había dado me penetro hasta los huesos haciendo que las lágrimas se me saltaran cayendo al piso, Marcus me agarro del mentón haciéndome daño obligándome a mirarlo -pero reconozco que tienes el rostro como el de una puta así que lo dejare solo en eso- se levantó y se volteo yendo hacia un balde de agua sucia que alguien de la limpieza había dejado y me lo tiro encima, no en la cabeza pero si en el cuerpo, estaba helada y olía mal –bueno marica, si quieres seguir viviendo no te cruces en mi camino, nos vemos- de dio la vuelta y salió agitando la mano.  

DULCE PECADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora