Capítulo 4

7 0 0
                                    

¿Será que deje alguna marca evidente en el cuello de Gabriela?

Dos amigos le seguían a medida él iba caminando. Parecía demasiado raro que jóvenes de otras secciones se metieran como si nada, a lo que causó revuelo dentro de mis compañeros.

El novio poco a poco se iba acercando. Note como Lucas se puso tenso. Pobre e indefenso Lucas, preocupándose más por mí que por el mismo. Lucas sabe también de mi amorío con Gabriela. Para tranquilizarlo, le pasó una mano y le sonreí mientras le murmuré las palabras "No hay de que ponerse así".

Lucas volteo a ver al joven enfrente de mí.

Este joven, con cejas arqueadas, como si pareciese que fuese enojado, me miró fijamente.

No quise dar mi brazo a torcer así que fui el primero en hablar:

- ¿Le puedo ayudar en algo joven?

El muchacho miro a sus dos amigos y una vez que encontró coraje en ellos, este me pregunto:

- ¿Tu madre todavía vende joyería?

Quede perplejo ante la pregunta.

Sin más preámbulo le dije:

-Sí, mi madre vende todavía.

-Perfecto. - dijo el joven, satisfecho.

Se sentó atrás mío y nos pusimos a hablar.

La intención del joven era comprarle una cadena de acero como celebración de haber llegado a un año de noviazgo con su novia, Gabriela.

Hubiese sido exageradamente cínico si me hubiese echado a reír en ese instante por el "bonito detalle que tiene" con Gabriela

Nos pusimos de acuerdo y le dije que cuando llegue a casa, le tomare fotos al producto y se las enviare para que el decida cual comprarle.

Tan pronto se fue, Lucas soltó un respiro.

- ¿Tan preocupado estabas? - le pregunte- pero ni yo, que iba a ser la victima me preocupe. - solté una pequeña risa.

-Estúpido. - me dijo, de una manera sarcástica.

Toda su preocupación mostrada, en una palabra. Tanto así quiero a este amigo.

En eso note que Dolores se levantó de la silla y se dirigió hacia donde nosotros. Medio arregle mi apariencia y levante mi cabeza para verla. Se sentó en mi mesa, justo en medio de Lucas y de mí.

- ¿Trajiste lo que te pedí? - me dijo, en una voz imperativa.

-Sí, su majestad.

Buceé en mi mochila en búsqueda del objeto deseado y se lo entregué en sus manos.

-Quiero que usted cuide del como cuidaría de un novio preciado. ¿Me escucho?

Abrió los ojos, entre asustada y enojada. Luego dirigió su mirada a Lucas y le dijo:

-No entiendo cómo puedes tener un amigo como él.

-La verdad, yo también me pregunto lo mismo. Aparte de bromista, estúpido. -contesto Lucas.

Dolores soltó una risa.

Momentos como estos en los cuales dos personas que aprecio muchísimo que estén riéndose el uno con el otro son los que me traen alegría.

Fingí ignorar lo que dijeron y mencioné:

-Total, yo sé que soy indispensable. Sin mí, no podrían vivir ustedes.

Dolores y Lucas se miraron al mismo tiempo e hicieron un gesto que demostraban lo incrédulos que estaban.

-Ya quisieras. -dijo Lucas.

Cuando Dolores iba a responderme, en eso el maestro entra al aula y Dolores tuvo que regresar a su asiento.

Fue en eso cuando note...la exagerada confianza que Dolores nos otorgó a Lucas y a mí. Me pareció demasiado extraño que ella hable con Lucas como si ya se conociesen desde hacen días. Y conmigo también.

Se podría decir que me comencé a llevarme bien con ella desde ayer, después de que me devolviese mi libro, salimos del colegio y nos tomamos un café mientras hablábamos de literatura de los criminales. Resultó que teníamos muchas cosas en común. Hasta un sentido del humor algo crudo y violento.

Pensé si quizás ella era de mi tipo de persona...en el aspecto de que nos comprenderíamos a fondo la ideología. Pienso que sí. El pensar que si me da consuelo como para seguir pensando que puedo llegar a tener algo con ella.

Después de salir del café con ella, cada quien, con su rumbo, fue cuando decidí llamar a Gabriela. Todas mis energías las utilizaría en ella. Talvez ella me comprende lo que se siente dar todo por alguien aun cuando no se sabe si esa persona da todo por uno mismo. Y da la casualidad que llame justo en el momento correcto.

Gabriela habría tenido un problema de celos con su novio como cualquier otro. El joven no le intereso los pensamientos a ella y le dijo ciertas cosas hirientes. Como cualquier hombre bueno, fui y le di unas cuantas palabras de consuelo. Claro, no me responsabilizaba de lo que ocurriría una vez ya allí.

Fue allí cuando hice la conexión de que su novio le estaba comprando la cadena para remendar la situación. Con toda honestidad soy del tipo de persona que está muy en contra de comprar a alguien con un regalo u algo por el estilo. Mis padres hacían eso conmigo. Y detestaba que ellos creían que toda la situación se arreglase así no más, sin dar una disculpa apropiada.

¿Pero no haces tú acaso lo mismo con Gabriela? Solo que, en lugar de comprar objetos, lo que haces es llenarla con palabras y mentiras vacías, en combinación con sexo. Esa fue tu forma de consolarla, ¿no? Tu forma de "remendar la situación" ...asco es lo que das.

Con estas palabras que brotaron desde mi interior decidí mejor no indagar en ese asunto y enfocarme en otro punto...Dolores.

¿Sera que Dolores nos habló ya que está peleada con sus amigas?

¿Sera que nos está utilizando? ¿Una vez que pase todo este rencor con ellas, nos dejara de hablar a Lucas y a mí?

El resto del día estuve acompañado por estas dudas inquietantes.

De una manera latente, la flor del mal dentro de mí, estaba naciendo. Poco a poco, enraizaba en mis pensamientos y mi corazón.

Las Penas de Un MentirosoWhere stories live. Discover now