Encontrarla no fue tan difícil.
Hablarle no fue tan difícil.
Convencerla de que saliéramos de clase no fue tan difícil.
Besarla no fue tan difícil.
Después de todo lo que pensé, esto era tan fácil. Note que ella quería algo conmigo en la tarde que salimos corriendo por el bien de ella.
Es más, se puede recalcar lo siguiente:
Engañarla fue fácil.
Manipularla fue fácil.
Hacerla que se quite la ropa fue fácil.
Ella es fácil.
Pensé que por ser ella, todo iba resultar muy mal. Pero ella accedió. Me pareció muy raro, al principio. Pero, aun así, seguí con el acto, obviando el acto. Llegamos a la habitación y nos besamos como si fuésemos dos desesperados necesitados del uno al otro. El empuje contra la pared, donde la bese. Agarre parte de su cuello y cara y la traje contra el mío. Ella comenzó a quitarme la camisa y el anillo como si estuviese en llamas. Me reía en ciertas ocasiones porque esto está totalmente fuera de su carácter. Sus manos llegaron a mi cara, y me trajo a su cara. Ella comenzó a quitarse su blusa, pero la pared. Haciendo la pausa necesaria, le hice sentarla en la cama y le dije que se acostara sin quitarse la blusa. Note como en sus ojos ella quería acción. Pero conmigo no va a ser así.
Acostada, me puse encima de ella. Tenía su blusa medio desbotonada. Impresionada por como la trataba, estaba sonrojando. Quizás el efecto del atardecer rojo me hacía verla así, pero esa cara me hacía pensar que no me equivocaba. Tracé con la punta de mis dedos por su quijada y luego por su cuello. Toqué su clavícula y me dirigí hacia sus senos. Todavía tenía puesto su sostén, territorio virgen para mí. Saboreando la situación, desabotone el resto de su camisa. Y volví a mi territorio favorito y sin descubrir. Los agarré suavemente. Luego los apreté por encima del sostén. Ella no poseía senos grandes ni pequeños. Tenían un tamaño normal y adecuado. Su pezón rosáceo me atrajo. Con una mano, desabroché el sostén. Pasé mi lengua por uno de ellos, y después como un bebé en lactancia, la introduje en mi boca. Le apreté con mis dientes hasta que ella gimió. En estos momentos lo único que deseo es hacerle sentir placer.
A este punto, no era yo quien hacía estas acciones. Era mis emociones que actuaban por mí.
Poco a poco ella y yo llegamos a la conclusión de dicho acto. Ella gritó un poco y sentí como sus líquidos femeninos se esparció en mi regazo. Se acostó a mi par y la abracé.
-Dolores, debo confesar algo.
Ella no movió ni siquiera un músculo.
-Quiero decirte que te quiero. Tú eres mi inspiración a ser la persona que soy.
Se sentó y me miró fijamente. Agarro mi cabeza y la trajo a su pecho desnudo. Sentí el leve aroma a su sudor y me hizo excitarme un poco.
-Si tan solo supieras lo que siento por ti...
-Tu y yo podemos alcanzar a ser algo Dolores.
-No. No vamos a tener algo. Nunca
- ¿Por qué no?
No me respondió. Cierta oscuridad cayó sobre su cara, impidiéndome ver sus gestos. El hecho de que no puedo ver su cara me enoja.
Me dirigí hacia uno de sus pezones y se lo mordí hasta que gimió. Hice esto con la intención de vengarme de ella, y me senté para que así estuviésemos a un mismo nivel. Esta vez, yo la tomé en mis brazos y repetí la pregunta que había hecho anteriormente.
-Porque no estoy disponible para una relación emocional.
-Ah. Pero, ¿si esta lista para una relación meramente sexual, ¿no?
Vaciló en responder. Pero su silencio fue lo único que me dio.
Fue en ese momento cuando aprendí que, a pesar de que hayas tenido una conexión íntima con alguien, no necesariamente significa que las almas y las emociones lo han hecho.
Para llenar el vacío, besé sus hermosos labios una y otra vez. De esta manera ella no se verá forzada a responder, pero yo tampoco me veré forzado a esperar una respuesta.
Sin embargo, ella paró. Estaba intentando decir algo. Algo de lo cual estoy muy seguro que quiero oír.
-Tengo algo que decir.
-Hazlo.
-Cuando te hablé por primera vez fue por un motivo: Me acosté con el novio de mi amiga. Por eso todo el mundo me odia.
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Las Penas de Un Mentiroso
RomanceEl día que el destino jugó conmigo, solo estas preguntas se me vino a la mente: ¿Puedo fingir mi amor ante una amistad? ¿Se me es permitido enamorarme de alguien que no puedo? Si me enamoro, ¿estare dañando a aquellos a mi alrededor? El dia que esas...