Lo sé. Soy un maldito. Soy un desgraciado. Luego de tener intimidad con ella, soy del tipo de persona que le entra la depresión. Y luego está depresión trae consigo mismo las preguntas existenciales.
¿Fue correcto lo que hice? ¿Lo siento agradable ella? ¿Ella se dejó aun conociendo la verdad?
Después de buscar dichas respuestas a tales preguntas, me sentí levemente frustrado con mi persona. Soy un maldito. Solo busco mi beneficio. Miro como la situación está justificada, pero a la misma vez es ilógico. Si los demás supieran el tipo de persona que soy, estarían disgustados con mis acciones. Sí, soy del tipo de personas para caer muy bajo. Estoy absolutamente consciente del hecho que la gente no tiene una buena opinión de mi porque soy retraído. Pero esto... ¡seria el merengue que el pastel desnudo necesita!
Ella se quiso levantar de la cama, sin embargo, le agarre de la mano y la jale a mi cuerpo. Su cuerpo cayó encima mío y sentí sus hermosos cabellos en mi cara. El olor que yo quería no era complejo como el que yo deseo, pero si tenía sus aires.
-No quiero que te vayas. Quiero que sigas aquí. - le dije. No estoy acostumbrado a decir esas palabras. Pero para evitar que ella se enoje, debo ser todo juego: es decir, debo ser lo que ella desea, para que así ella no pierda interés en mí y yo pueda conseguir lo que deseo de ella.
Abracé su cuerpo y sentí su desnudez en la mía. ¡Cuánto quisieses que fueses Dolores!
-Sabes, - dijo ella en una voz baja, empleando cierta tristeza- a veces me pongo a pensar, ¿será que me estas utilizando?
Me quede en silencio analizando mis posibles respuestas. Sin embargo, ella siguió su pensamiento.
-Yo sé que eres. Ante mí, estás desnudo completamente, como alma y como persona. Puede que parezca estúpida, pero ya se me todos esos cuentos. Tu más que nadie sabe por qué...por quien es qué sé me esos cuentos.
-No te digas eso...mírate. Eres hermosa. Disfrutando la vida en su viva expresión. Quiero que salgas afuera. Que vistas la mejor ropa. Que utilices tu hermoso cuerpo como se te de la regalada ganas. ¡Eres la personificación en carne de la juventud!
La sujeté y la apreté contra mi cuerpo, para hacerle sentir mi calor.
Siempre he dicho, si hare algo, lo hare bien. Y no importa de la manera en que lo haga, lo que importa es que lo haga y que los resultados sean fenomenales.
Soy del tipo de persona que utiliza cualquier método para llegar a cumplir sus metas. Y pues con ella...deseo hacer algo maravilloso. Deseo hacer una flor de ella. Deseo hacerle un cambio hermoso para que ella pueda enfrentar al mundo entero; que hasta si fuera posible, vacilara a Dios mismo.
Besé su frente y le dije estas palabras de cariño:
-Yo sé todos los problemas que tienes. Eres joven e inmadura. Pero llegara el momento en que cambies. Serás de ese tipo de mujer que se reirá de los demás después de que la batalla termino porque fuiste la victoriosa. Mi única intención es hacerte fuerte. Es levantarte a un nivel que los demás no puedan llegar. Y todos reconocerán ese momento en el que no te podrán alcanzar. Allí te tomare en mis brazos y demostraremos a los demás como es que se deben hacer las cosas.
Dentro de mi alegría, me exalte y mencione tales palabras borrachas de esperanzas.
Ella me miro con ojos felices y soltó una lagrima.
Fue allí cuando supe que cayó en mis mentiras.
Oh querida, si supieras que simplemente te estoy utilizando para satisfacer mis necesidades...el vacío que Dolores causa en mi...
Quizás parezca el villano, y lo admito, me gusta este rol. Posee mucho más interés que el rol de aquel que es héroe y pelea por lo correcto. Quizás tenga esta dicotomía de vida. Pero esto es lo que le causa gracia y le da un sabor picante a la situación.
En medio de mi pensamiento, sonó una sintonía que interrumpió mi proceso. Ella agarro su celular contesto y colgó.
-Era mi novio. Me tengo que ir.
Me dio una sonrisa algo dolida pero feliz. Le di un apretón en la mano para que así sepa que le apoyo.
Ella no era Dolores. La sustituta de Dolores es ella: Gabriela.
YOU ARE READING
Las Penas de Un Mentiroso
RomanceEl día que el destino jugó conmigo, solo estas preguntas se me vino a la mente: ¿Puedo fingir mi amor ante una amistad? ¿Se me es permitido enamorarme de alguien que no puedo? Si me enamoro, ¿estare dañando a aquellos a mi alrededor? El dia que esas...